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Pólvora en Crudo

El ataque a buques petroleros en el estrecho de Ormuz dispara las alarmas en esa región y sus consecuencias podrían afectar, de forma sensible, a la Argentina

14 de junio, 2019 - 14:56

Históricamente, el apodado “crudo” o “oro negro” ha sido el detonante de ríos de pólvora que alimentaron cuantiosos conflictos armados en diferentes partes del mundo. Desde que los combustibles fósiles se instalaron, definitivamente, a principios del siglo XX como el motor que impulsa nuestro modelo civilizatorio y que se mantendrá, como tal, mínimamente hasta mediados de la presente centuria; hemos sido testigos de intervenciones militares a países soberanos, alzamientos civiles, caída de regímenes y sistemas de gobierno, transformaciones culturales y hasta reconfiguraciones territoriales que cambiaron las fronteras de decenas de naciones; con el argumento de preservar y controlar un recurso energético que se traduce en un aumento o pérdida de una cuota de poder e influencia, no solo de los principales actores corporativos o estaduales del sistema internacional, sino también, de cualquier colectivo humano que busque mayores espacios de autonomía y libre determinación.

Con esta antesala que entrona al petróleo como la génesis contemporánea de la existencia humana volvemos a enfocarnos en esa zona geográfica que, sin temor a equivocarme, es el centro gravitacional y disipador de acontecimientos recurrentes y preocupantes que han puesto en vilo, y más de una vez, a la sociedad mundial: Oriente Medio.      

El ataque, hace escasas horas, a dos cargueros civiles pertenecientes a empresas mercantes navieras de Noruega y Japón mientras transitaban el estratégico Estrecho de Ormuz recrudece las tensiones entre los “países vecinos” de la región y aumenta la retórica de agresividad discursiva entre Estados Unidos e Irán.

Frente a lo sucedido, es necesario sopesar algunas variables que pueden servir como una “guía” de lo que podría acontecer en los próximos días.

Reacción del Mercado

Para comenzar es importante visualizar  como respondieron los mercados ante este incidente y en ese sentido el precio del barril de petróleo, que toma mayoritariamente de referencia para fijar su valor al denominado Brent del mar del Norte, tuvo un notable incremento del 3,22%. Podría decirse que esta alza está dentro de lo previsible tras este reciente ataque y, más aún, si sumamos también el sabotaje de otros cuatro  barcos frente a las costas de los Emiratos Árabes Unidos hace apenas un mes. Pero lo realmente preocupante es que el incidente está afectando las Bolsas de valores regionales ya que muchos inversores están vendiendo rápidamente sus acciones ante el temor de que un conflicto armado destruya todo el capital cotizante.

Para traer tranquilidad a los mercados es de gran relevancia que se determine, con pruebas fehacientes, quienes son los responsables de esta agresión.

¿Responsables?

Ante la insistente acusación de EE.UU., en palabras de su Secretario de Estado Mike Pompeo, que señala como responsable a Teherán; la tesis que defiende el propio Gobierno persa es de negar toda responsabilidad e inclusive su Ministro de Relaciones Exteriores Javad Zarif ha calificado el incidente de “más que sospechoso”. En sintonía, el presidente Hasan Rohani ha comparecido en la televisión pública para manifestar: “La seguridad es de gran importancia para Irán en la región sensible del Golfo Pérsico, en Oriente Medio, en Asia y en todo el mundo. Siempre hemos intentado asegurar la paz y la estabilidad en la región”.

Mike Pompeo.

Sin embargo, cabe gran posibilidad de que el ataque sí sea obra de los iraníes, acuciados por un ahogamiento económico sin precedentes, (una situación “peor que durante la guerra Irán-Irak de la década de 1980”, advirtió recientemente Rohani). Situación que ha debilitado la posición de los moderados del régimen y ha dado mayor desenvolvimiento al ala radical y fundamentalista.

Este extremismo “in crescendo” es visible en sucesos como los que han tenido lugar hace una semana: autoridades gubernamentales han cerrado 547 cafés y restaurantes en apenas 10 días en Teherán por no adherirse a los “principios islámicos”, y se han difundido en la prensa conservadora videos de fiestas en legaciones extranjeras, por las que los radicales piden ahora la detención y expulsión de varios diplomáticos occidentales. El ala dura se afirma como el sector dominante dentro de la cúpula iraní y, ciertamente, le favorece una estrategia de aumento de tensión con sus enemigos exteriores. Podría interpretarse que estas acciones servirían para mandar un mensaje de que Irán tiene la capacidad de hacer mucho daño a la economía mundial sin llegar a tener que mover la “arriesgada ficha” de cerrar el Estrecho de Ormuz, un acto de poco criterio que inmediatamente desataría una intervención militar de Washington y sus aliados que conllevaría duras consecuencias para el régimen del Ayatollah.

¿Qué sucedería en un conflicto armado entre Estados Unidos e Irán?

Ante un escenario hipotético de una escalada bélica, para Teherán el procedimiento lógico sería cerrar el Estrecho de Ormuz, por el que pasan unos 18,5 millones de barriles de petróleo al día, aproximadamente el 20% de todo el crudo mundial. A eso se le suma la posibilidad de que las milicias huthíes de Yemen; aliadas, financiadas y entrenadas por el régimen; impidan también el paso por el Estrecho de “Bab El Mandeb”, en el Mar Rojo, la vía de tránsito de otro 5% del petróleo de todo el mundo. Sin duda, un escenario terrorífico.

El impacto económico de esta situación sería enorme pero los analistas sostienen que no sería duradero ya que se estima que la Casa Blanca tiene un plan de contingencia militar para enfrentar esta crisis  y lograría la reapertura de los estrechos.  En sintonía con este “supuesto” el Departamento de Defensa de EE.UU. anunció hace escasos días que reforzará sus tropas de tierra desplegadas en Oriente Medio con el buque de asalto anfibio USS Arlington y misiles de crucero Patriot. Tanto el buque de asalto como los misiles forman parte de la iniciativa para reforzar los componentes y capacidad ofensiva de la 5ta flota con asiento en Bahrein y cuya responsabilidad principal es custodiar las rutas marítimas comerciales del golfo Pérsico.

El despliegue militar de Washington fue el centro del debate ayer jueves, en el marco de una sesión a puerta cerrada del Parlamento iraní, en la que compareció el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, Hosein Salami.

¿Cómo afectaría al comercio mundial?

Los expertos estiman que, incluso en el peor de los casos, el mercado sería capaz de adaptarse a la situación y regresar a una relativa normalidad en el plazo de un mes. De todas formas, el impacto sobre bolsillo de los ciudadanos de casi todo el mundo sería alto. El precio del barril se dispararía por encima de los 100 dólares, se produciría una merma de la producción, una reorientación de las rutas de suministro, se encarecerán las tarifas de los seguros de los barcos petroleros y algunas navieras dejarán de operar al considerar el riesgo prohibitivo, todo lo cual acabará por repercutir en los precios de casi todos los productos y servicios que llegan al ciudadano común, sobre todo si la inestabilidad se prolonga.

Argentina: ¿Riesgo de reelección para Macri?

No hace falta aclarar que lo que aconteciera en gran parte del mundo repercutiría en nuestro país, con el agravante de que las consecuencias, dada la fragilidad de nuestra economía, serían más duraderas en el tiempo. Los altos costos de la logística de transporte, la volatilidad cambiaria, el impacto por el cambio de rutas de comercio dado nuestro marco periférico en la geografía global, el todavía desarrollo incipiente de Vaca Muerta  y el alto precio del barril de referencia nacional denominado: “del Golfo de San Jorge” impactaría sobre las complejas economías regionales y sobre todo el espectro de la ciudadanía tirando por la borda cualquier proyecto de estabilización económica del oficialismo y, muy posiblemente, cualquier expectativa de ser reelecto.

Esperemos que la diligencia del mercado y el puente interesado y ambicioso, pero también pacificador y precursor del dialogo llamado comercio impere para que el lento transitar a través del “Estrecho” de los grandes tanqueros continué incesantemente por las décadas que les quede y no nos veamos sumidos todos, directa o indirectamente, en la hoguera de la pólvora que siempre acompaña ese vergel energético llamado “crudo”.