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Heredero del Torrijismo

La llegada de Laurentino Cortizo al poder augura más dudas que certezas respecto a los alineamientos regionales

09 de mayo, 2019 - 09:33

El pasado domingo se realizaron elecciones presidenciales en Panamá. Las mismas fueron las sextas elecciones que se dan en el país desde la última invasión norteamericana en 1989 que culminó con la destitución del, en ese entonces, presidente Noriega. El Partido Revolucionario Democrático, que surgió con la figura del dictador Torrijos, predecesor a Noriega entre los años 1968 y 1981, es el espacio político por el que ganó las elecciones el recientemente electo presidente Cortizo.

Cercano al socialismo, y en un país dominado por las elites y la cultura estadounidense, las elecciones en Panamá generan dudas sobre el futuro de la política exterior panameña. Aunque la ambigüedad expresada por Cortizo hasta ahora no deja ver claramente el futuro de la postura panameña ante algunos conflictos regionales. El presidente electo hizo referencia a que se debía rever en el Grupo Lima la decisión de reconocer a Juan Guaidó como presidente, pero en otra declaración en una entrevista a un canal panameño expresó que: ‘Venezuela tiene un presidente y es Juan Guaidó'.

Por otro lado, el nuevo jefe de estado se expresó sobre la crisis de gobernabilidad y social desatada con el gobierno de Ortega, vencedor sandinista que liberó a Nicaragua del régimen de Somoza en 1979. Hizo referencia a que apoyará la democratización del país y aconsejó al actual presidente negociar y dialogar, aunque no dio su posición respecto al dictador Daniel Ortega.

Lo que claramente se puede interpretar es que lejos de continuar siendo un paraíso para el libre mercado, Cortizo tiene propuestas que van de la mano con un ideal socialista de colectivismo y redistribución de la riqueza.

No se debe pasar por alto que Panamá posee un canal por el cual pasa alrededor del 5% del comercio mundial; esto lo hace ser un país interesante a los ojos de los Estados Unidos, su principal socio comercial, así como de la República Popular China. Esta situación deja claro que Laurentino Cortizo, el flamante presidente panameño, gobernará un país por de mas importante en la esfera de influencia China y estadounidense. El canal sirve sobre todo al comercio estadounidense, y la presencia de China incomoda al gigante del Norte. El interés de ambos países en avanzar en acuerdos de comercio bilateral con Panamá no es nuevo.

Cortizo ofrecerá a todos los países su rol de conciliador y se abstendrá de tomar posiciones en conflictos, según dieron a conocer cercanos al presidente. Vendrá un cambio de postura internacional más neutral y mesurada, coincidiendo con la postura elegida por el presidente mexicano López Obrador, histórico aliado panameño,  en relación a la no injerencia en los asuntos de otros estados y autodeterminación de los pueblos. ¿Resultará positiva una presidencia tibia en un país disputado por dos potencias al borde de una guerra comercial y en una región con profundas crisis de gobernabilidad?