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Los hechos del 25 de Mayo en Mendoza

22 de mayo, 2019 - 14:52

A Mendoza, la noticia de los acontecimientos del 25 de mayo de 1810 llegaron veinte días después y se registraron escenas de gran tensión entre las autoridades y los respetables vecinos de la ciudad. Conozcamos más sobre la historia oculta detrás de la Revolución en Mendoza.

La llegada de los despachos

El 6 de junio de 1810, un particular trajo a Mendoza la noticia de que en Buenos Aires se había destituido al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y formado una Junta de gobierno. Al enterarse de lo ocurrido, las autoridades locales se mantuvieron a la expectativa de informaciones oficiales.

La noche del 13 de junio, un joven miliciano bajó rápidamente de su caballo para entrar a la sala del Cabildo mendocino. Se llamaba Manuel Corvalán y llevaba los despachos oficiales de la Junta Gubernativa instalada en Buenos Aires el 25 de mayo.

La noticia confirmó el rumor del día 6 y estremeció a las autoridades locales, que inmediatamente se reunieron en la sala Capitular y resolvieron convocar a los vecinos más representativos de Mendoza.

La convocatoria

Los ciudadanos concurrieron al edificio del Cabildo y colmaron sus instalaciones. En un costado estaba el oficial Corvalán rodeado de un público fervoroso que le preguntaba por los acontecimientos desarrollados en Buenos Aires. Uno de los cabildantes leyó el acta del día 25 de mayo en la que decía “que había sido depuesto el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y se conformaba una Junta a favor del rey Fernando VII”.

Los vecinos que se encontraron en el recinto celebraron este acontecimiento.

Cuyanos indecisos 

A pesar del júbilo que había en una parte de los mendocinos por la formación de la Junta, las autoridades que estaban presididas por el subdelegado de la Real Hacienda y Guerra, don Faustino Ansay, Domingo de Torres y Joaquín Gómez de Liaño, trataron de ser más cautas y esperaron a que se desarrollaran los acontecimientos. Sucesivas reuniones se celebraron en torno de este delicado asunto y comenzó a surgir una oposición por parte de Ansay y sus colaboradores a adherirse a la Junta de Gobierno. 

En tanto, el gobernador intendente de Córdoba, de quien dependía nuestra provincia, presionó para oponerse a las nuevas autoridades de gobierno.

Cabildo Abierto en Mendoza

La situación era muy tensa y existía incertidumbre por parte de los representantes. Fue por eso que organizaron en la Sala Capitular un Cabildo Abierto, para definir la posición de Mendoza.

A la reunión concurrieron 46 vecinos que debatieron sobre si se apoyaban o no a la Junta. Las autoridades, encabezadas por Ansay, Torres y Gómez de Liaño se opusieron al gobierno de Buenos Aires.

Algunos de los asambleístas quedaron molestos por esta decisión y los dos alcaldes, temiendo una posible confrontación, exigieron que el comandante Ansay entregara las armas y pertrechos.

Varios vecinos supieron de la oposición de las autoridades, y un grupo que apoyaba a la Junta se volcó a las calles y tomó la Sala de Armas del Cabildo. La presión fue tan grandes que se convocó a una nueva asamblea y se decidió elegir a un diputado para que representara a Mendoza ante la Junta. Fue elegido Bernardo Ortiz y se votó a Isidro Sáenz de la Maza como nuevo comandante de armas.

Escarapelas, sin French y Berutti

Una parte del vecindario salió a la calle y manifestó su apoyo a la Junta. Para esta ocasión, se repartieron escarapelas de color blanco, las que fueron puestas en sombreros y chaquetas con el retrato de Fernando VII.

Como podemos observar, se repartieron escarapelas al igual que en Buenos Aires el 25 de mayo (allí la distribución estuvo a cargo de Domingo French y Antonio Luis Berutti), pero esos distintivos eran de color rojo a los que se le agregó un ramo de olivo.

Nunca las cintas o escarapelas fueron de color celeste y blanco como se creyó y difundió por muchos años.

Ánimos caldeados 

En la fría noche del 28 de junio, Faustino Ansay, Torres, Gómez de Liaño y treinta vecinos asaltaron el cuartel para apoderarse de las armas.

Entre ellos, se encontraban varios británicos y portugueses. Ya en el cuartel, y con los pocos soldados que habían reunido, se dispusieron a sostener la negativa de la Junta.

A pesar de la actitud, no hubo derramamiento de sangre gracias a la intervención del presbítero Domingo García, quien calmó los ánimos y propuso que se celebrarse un acuerdo entre las partes. La reunión se realizaría el 1 de julio.

El triunfo realista

El acuerdo celebrado el 1 de julio por una junta reconoció que era importante la adhesión a la causa del rey Fernando VII mediante la Junta de Buenos Aires. Días después de firmar este convenio, el gobierno de Córdoba solicitó armas y tropas, las autoridades del Cabildo de Mendoza negaron el envío, diciendo que había tenido lugar un acuerdo y que no podían socorrerlos.

En la mañana del 10 de julio, el coronel Morón llegó a nuestra ciudad, con la misión de reclutar tropas y reunir armas para la expedición militar contra Córdoba. Esto produjo el apoyo incondicional a Buenos Aires y la destitución del comandante Faustino Ansay.

La revolución había triunfado en Mendoza.