|15/05/19 11:11 AM

De la militancia política al abuso, la violencia y la supresión de la conciencia

El caso del profesor Mauro Aguirre, preso por abusos, y sus cómplices, desnuda un comportamiento que, por el ámbito en que se dio, es de una gravedad inusitada

Por Redacción

15 de mayo, 2019 - 11:13

“Nuestras vidas ya no son las mismas. Ya no somos las estudiantes de 18 y 19 años que ingresaron en una agrupación universitaria con la adrenalina de comenzar la vida después de la secundaria y con la convicción y los ideales de militar por causas e ideas que consideramos justas”. Así comienza la carta de las estudiantes que denunciaron abusos por parte del profesor Mauro Aguirre, preso desde el viernes, y además dirigente político peronista que ocupó cargos en el partido a nivel provincial.

Viviana Beigel, abogada de las víctimas, señaló en CNN Radio Mendoza que “la denuncia se realizó hace 20 días, y a partir de la declaración de las víctimas se generó una investigación más profunda, y la fiscalía decidió detener a Mauro Aguirre e imputar a tres personas más por los hechos de abuso sexual, simple en algunos casos, y agravado por acceso carnal en otros. Se trata de tres imputados en calidad de partícipes primarios”.

Pero no se trata simplemente de otro caso de abuso. En éste, las circunstancias anexas determinan el montaje, dentro del ámbito de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo, de toda una organización para permitir al profesor Aguirre llevara adelante sus delitos, al amparo de una supuesta militancia repleta de ideales. “Esto comienza hace mucho tiempo, en 2010 es el primer hecho que denuncian las víctimas, después otros en 2013 y otros en 2015”; agregó la doctora Beigel, puntualizando que “lo más llamativo es que se produce en el marco de una agrupación estudiantil, la agrupación AUN de la Facultad de Ciencias Políticas, pero que además funciona en otras facultades”.

La abogada Viviana Beigel.

Las chicas tenían entre 18 y 19 años, habían ingresado con la intención de iniciar su militancia política, pero, agregó la letrada,  “lo que se produce son situaciones donde empiezan a ser como reclutadas en la agrupación, y se les imponen determinadas normas de conducta, como por ejemplo, cómo debían vestirse, quiénes debían ser sus amistades, que no podían ser ajenos a la agrupación, que no podían tener novio por fuera, que debían independizarse de su familia, y es así que se generaba una situación de vulnerabilidad y de aislamiento que les ocasionaba exponerse de una manera diferente. No es lo mismo una persona que tiene los vínculos afectivos normales que otra que tiene como único grupo de pertenencia esa agrupación estudiantil”.

Parece el trabajo de una secta, disimulado en la pertenencia a un partido político. “En ese marco, el profesor Mauro Aguirre elegía a determinadas chicas, y el resto de los imputados, Mario Codoni, Lucía Fernández y Leandro Fontán (hasta hace horas asesor del diputado nacional Omar Félix, que lo despidió una vez conocido el caso), realizaban todo tipo de acciones que permitían que esos abusos se cometieran. Por ejemplo, aportaban el lugar, llevando a la chica y dejándola sola. La mecánica de los hechos es mucho más grave que un simple abuso de un profesor, porque se daba en el marco de toda esta organización de personas que hacen lo que el profesor dice y le satisfacen los deseos con este tipo de cosas”, concluyó Beigel.

Según ha trascendido, la condena que le podría caber a Aguirre, teniendo en cuenta los delitos por los que está acusado, podría llegar a 20 años de cárcel.

Desde el Partido Justicialista, unánimente procedieron a repudiar sus actos, e informaron que renunció a la secretaría que ocupaba a nivel provincial.

Desgraciadamente, esto no es nuevo en la política argentina. Remeda directamente a prácticas que en los 70 eran consideradas normales. Ya todos conocemos el saldo de aquella historia.