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El 'Mendozazo': el día en que el pueblo salió a las calles

10 de abril, 2019 - 11:24

Días atrás se cumplieron 47 años del Mendozazo, un triste episodio que dejó una víctima fatal y muchos heridos en aquella jornada violenta que vivieron los mendocinos. Como consecuencia de estos hechos, el entonces gobernador Francisco Gabrielli presentó su dimisión como primer mandatario de la provincia, en un contexto político confuso y con un gobierno de facto a nivel nacional.

Mañana tempestuosa

Era una mañana de otoño de 1972. El día, el 4 de abril. Para muchos mendocinos que se preparaban para trabajar, parecía que todo sería normal en la ciudad. Pero no fue así.

El día anterior, la CGT local dispuso un paro de dos horas y una marcha hacia la Casa de Gobierno en protesta por el incremento de la tarifa eléctrica que dispuso el Poder Ejecutivo provincial.

Gabrielli, prohibió a través de un comunicado aquella convocatoria de los gremios y otras instituciones para el 4 de abril. Por otra parte, el mandatario mendocino dio la orden de montar un operativo para que en caso de desmanes, se reprimiera a los manifestantes.

Fue una marcha de sangre y fuego a la que se la llamó “Mendozazo”.

Cuando el pueblo se calentó

En la ciudad, diferentes sindicatos se concentraron para marchar junto a los dirigentes de la CGT a la Casa de Gobierno. Los maestros estaban reunidos para unirse a la convocatoria de la CGT, pero la Policía inició una salvaje represión contra ellos.

Enfrentamiento entre la Policía y una multitud de manifestantes en la avenida San Martín.

Muy cerca de allí, gremialistas y obreros se preparaban pacíficamente para marchar hacia el Centro Cívico, pero también fueron reprimidos por un pelotón de infantería de la policía provincial, quienes arrojaron gases y balas contra la gente reunida en la central obrera.

Ante este ataque de las fuerzas públicas, los trabajadores reaccionaron y tiraron piedras contra los represores. Un grupo de manifestantes, entre ellos dirigentes estudiantiles, se dirigieron hacia la avenida San Martín gritando cánticos. Pero al enterarse de los hechos de represión, este grupo ocasionó la rotura de vidrios y la destrucción de varios automóviles que estaban estacionados.

Los revoltosos formaron barricadas con otros vehículos particulares por varias calles céntricas y apedrearon todo lo que se encontraba en el camino. El grueso de los manifestantes se dirigió hacia la Casa de Gobierno, donde había unas 15.000 personas.

Un sector de la Casa de Gobierno fue quemado por los manifestantes.

Otra imagen del incendio provocado frente a la Casa de Gobierno mendocina.

La explanada quedó sin custodia, lo que fue aprovechado por la multitud para correr rápidamente hacia la escalinata. Desde la puerta de Casa de Gobierno se advertía una muchedumbre con carteles.

Instantes después, el delegado regional de la CGT, Carlos Fiorentini, habló a los manifestantes.

Un grupo de manifestantes amenazaba con entrar al edificio, y algunos policías pudieron cerrar las puertas mientras los exaltados, con banderas argentinas y palos, arremetían contra ella a puntapiés y con piedras. Fiorentini trató de impedir la pedrea, pero le fue imposible contenerlos.

Varias personas fueron detenidas por la Policía.

En esos momentos, los uniformados arremetieron contra la multitud, y se produjo una batalla campal. Aproximadamente alrededor de la una de la tarde, los manifestantes se retiraron hacia la avenida San Martín.

Un campo de batalla

En la Casa de Gobierno, cientos de uniformados se ubicaron para frenar el avance de la multitud. Los manifestantes fueron atacados y repelieron el ataque lanzando piedras contra la fuerza policial. Cuando fue más intenso el accionar de la Policía con sus granadas lacrimógenas, el grupo que actuaba enfrente y en el ala Este del edificio gubernamental, se reagrupó y empezó a volcar automóviles y a quemar varios vehículos oficiales. Todo era fuego y destrucción en aquel mediodía.

Otro de los piquetes que asistieron a la marcha asaltó un camión hidrante Neptuno y lo ocupó, llevándolo por la calle hacia el Este. Los disparos de armas de fuego fueron más intensos y cerca de la Municipalidad de la Capital murió una persona que acompañaba la marcha en el acto.

Trolebuses incendiados en San Martín y Colón.

Los revoltosos atacaron algunos troles que estaban detenidos en José Vicente Zapata y San Martín y los prendieron fuego. Cuando llegaron los bomberos, los trolebuses eran ya una masa de hierros humeantes.

A la tarde recién hubo calma, contabilizándose hasta entonces un muerto y cientos de heridos. Por la noche, el gobernador Gabrielli comunicó su renuncia.

Fue el epílogo del Mendozazo.