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Perspectivas positivas para la ganadería vacuna en Mendoza

Con más de medio millón de cabezas, el Sur provincial lidera una producción que tiene grandes posibilidades de desarrollo. Qué se ha hecho y qué resta por hacer

08 de abril, 2019 - 16:51

Así como hay sectores económicos de la provincia que evidencian una incómoda situación, como el inmobiliario, el de la metalmecánica y la producción primaria, algunos otros muestran una progresiva recuperación.
Es el caso de la ganadería, que podría aportar a nuestra provincia ingresos interesantes si se trabaja con inteligencia y responsabilidad, aprovechando los mercados que se están abriendo.

Desde que en 2002 se sancionó la Ley Provincial 7.074, de fomento a la producción ganadera, ha pasado el tiempo y se ha desarrollado una actividad que suma importancia y, por el momento histórico, presenta una potencialidad que entusiasma a muchos y promete, frente a las crisis sucesivas de la agricultura, una salida rentable y de mayor previsibilidad.

Si vamos a los números, encontramos que en los informes del Clúster Ganadero se señala que “según lo informado por Fundación COPROSAMEN en el Informe Final de Vacunación y Certificación de Stock - Campaña 2018, el stock bovino de la provincia de Mendoza es de 523.879 cabezas. La zona Sur (departamentos San Rafael, Alvear y Malargüe) concentra más del 60% de las cabezas bovinas en 2018. A nivel nacional, el stock de Mendoza representa un 0,96% de las cabezas bovinas en el país”.

 

 

Ganando mercados

El objetivo del sector para los años venideros es alcanzar una cobertura del 20% del consumo provincial. Según explicó en diálogo con CNN Radio Mendoza Andrés Vavrik, titular de la específica de Ganadería de la Cámara de Comercio de General Alvear: “Estamos en el 14% actualmente, hemos mejorado mucho pero el techo todavía está lejos de lo que Mendoza puede dar en la producción de carnes”.

Una de las particularidades, cuando se habla del negocio de las carnes bovinas, tiene que ver ciertamente con la calidad del producto. Al respecto, agregó: “La calidad que podemos lograr no difiere de las calidades que puede lograr cualquier emprendimiento de producción que sea intensivo en el resto del país. La formulación de dietas es la misma, en Mendoza se pueden lograr silos de cereal, se pueden preparar dietas muy balanceadas que no difieren de lo que se puede dar a consumo en San Luis, Córdoba, La Pampa o Buenos Aires”.

Pero la producción local tiene una ventaja decisiva al bajar los costos de flete. “Lo que se produce, con los costos de flete de hoy en día, se vende toda la producción. Al contrario, tenemos muchos terneros que se nos están yendo y vuelven en camiones frigoríficos como medias reses de novillo gordo, y estamos perdiendo ese valor agregado que se lo están dando en otras provincias”, reflexionó Vavrik.

En la provincia se pueden hacer todas las etapas de la producción, la más compleja es el engorde, pero la cría y recría se pueden hacer prácticamente en todo el territorio. La etapa del ternero termina entre los 120 y los 150 kilos en el campo natural, en el secano, de ahí pueden pasar a un sistema bajo riego, una finca, con producción de forrajes y picado de cereales, y tranquilamente se llega a los 250 o 300 kilos, y ahí se pasa a un sistema intensivo, conocido como feed lot, para la terminación.

A la hora de buscar las razones de este desarrollo, el dirigente señaló: “Tenemos que ir a la sanción de la Ley 7.074, de fomento a la producción de carne en Mendoza. Ahí se empezaron a poblar los departamentos del Sur, y sobre todo de estos sistemas intensivos de producción de carne. Actualmente tiene una pequeña ventaja San Rafael sobre Alvear, porque aprovecha mejor la ley, produce mucho bajo riego y está a la cabeza de Mendoza; después, Alvear y el resto están lejos”.

El futuro del negocio

Para la carne argentina se han abierto recientemente nuevos mercados, haciendo el negocio mucho más atractivo. También se ha vuelto más predecible, por ejemplo, con los mercados a futuro, como el Rofex. 

¿Podría Mendoza ser un exportador? Para Vavrik, “habrá que buscar los mercados que se adapten a la calidad que podemos producir, pero tenemos un mercado bárbaro a pocos kilómetros, que es Chile, y otro que es Perú, que no es un destino difícil. No sé si para el mundo, pero podemos pensar en abastecer países limítrofes y cercanos que se pueden alcanzar desde Mendoza, tranquilamente”.

Ahora bien, si la mirada es optimista, tampoco quiere decir que todo esté resuelto. “Nosotros consideramos que faltan ajustar algunas cosas para que la actividad explote totalmente, necesitamos fomentarla más. El Sur tiene mucha tierra ociosa, tierra apta para este tipo de emprendimiento, y nuestros agricultores están desfinanciados, están un poco desanimados con la actividad agrícola y tenemos que poner los esfuerzos para que esa gente que sabe producir pueda poner en marcha tanta tierra y agua que tenemos todavía”, explicó, agregando: “Acá en el Sur, el agro está muerto; son muy pocos los productores que han entrado en los sistemas que son viables, que tienen todos los métodos para cubrirse del granizo, combatir heladas, que tienen su cadena de comercialización. Hay pequeños vestigios de ese agro pujante que tuvimos alguna vez, y lo demás está en ruinas, endeudados con Irrigación, con la ATM, con los bancos. Hay que buscar el modo de que esa tierra entre en producción, porque es muchísima, y son muchísimos los kilos de carne que se pueden producir acá en el Sur”. 

La composición del stock bovino está conformada principalmente por vacas, luego terneras, terneros y vaquillonas, indicando que Mendoza es una provincia donde se practica mayoritariamente la actividad extensiva de cría. Las categorías de mayor peso representan una proporción menor, lo que refleja que los eslabones de recría y engorde están poco difundidos.

Con las medidas correspondientes, la provincia podría alentar una actividad que brindaría una buena salida a la crisis agropecuaria del Sur. El potencial está, será cuestión de aprovecharlo.