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Precios esenciales: productos con pocas proteínas y muchos carbohidratos

El análisis desde el punto de vista nutricional de los productos contenidos en la canasta de descuentos, arroja un balance bastante pobre, básicamente por la abundancia de carbohidratos y la escasez de proteínas, necesarias para una dieta correcta, sobre todo en la población en etapa de crecimiento

25 de abril, 2019 - 08:45

Desde el anuncio oficial del lanzamiento del programa ‘Precios Esenciales’, se han hecho análisis desde diferentes puntos de vista, básicamente tomando en cuenta lo económico, los problemas de abastecimiento y la disponibilidad de los productos de acuerdo a las zonas geográficas. La polémica por los lácteos, e incluso por los cortes de carne, que serán inconseguibles en Mendoza, fueron de los temas más abordados.

Pero hay otro enfoque interesante, y es que tiene que ver con una nutrición balanceada, con los productos que necesitamos consumir por cuestiones de salud y prevención, sobre todo en franjas etarias en que el equilibro es fundamental para la calidad de vida futura, como niños y adolescentes. En este terreno es donde el programa presenta algunas flaquezas.

A Mendoza llegan 62 productos de los 64 anunciados, debido a que dos leches no estarán disponibles. Para ese análisis, resultan reveladores los dichos de la licenciada en nutrición Luciana Miceli, quien en diálogo con CNN Radio Mendoza señaló: “La verdad es que es una canasta bastante carente en varios nutrientes, sobre todo en aquello que tiene que ver justamente con el tema de las proteínas”, agregando que “no solamente ellas, hay varios alimentos que son fuente de proteínas que también tienen otro aporte, como por ejemplo, el tema de las carnes; la anemia que puede llegar a aparecer por el bajo consumo de las mismas”.

Los niños en riesgo

En lo referente a consecuencias, la licenciada aclaró: “Verdaderamente es preocupante, porque el acceso a este tipo de alimentos fomenta y favorece más el tema del sobrepeso y la obesidad en la población”. Este es un punto crucial, ya que en la realidad se vive la obesidad infantil como una epidemia, que ha sido reconocida como tal a escala planetaria por la Organización Mundial de la Salud. 

La nutricionista, Luciana Miceli

Con respecto a ello, Miceli precisó: “Ahora se está viendo que el 40% de la población infantil en Mendoza sufre de sobrepeso y obesidad, y lo alarmante es que eso después, con el tiempo, se desarrollan enfermedades crónicas no transmisibles”.

“Tenemos chicos que son muy pequeños y que ya tienen hipertensión, y tienen diabetes de tipo 2, entonces es bastante alarmante. El escaso aporte de proteínas también afecta mucho el crecimiento de la población infantil”, puntualizó.

El equilibrio necesario

Siempre que se habla de nutrición se habla de la búsqueda del equilibrio. Al respecto, la nutricionista fue clara: “Tenemos diferentes grupos de alimentos y debemos tener un equilibrio entre ellos. Los hidratos de carbono son importantes, porque aportan energía para tener día a día, pero en exceso se transforman en grasa. También tenemos que tener frutas y verduras. Es importante el aporte de cinco porciones, dos de verduras y tres de frutas diarias. Debemos contar siempre con esos productos”. 

Finalmente, recalcó que “tenemos el grupo de los lácteos. Importante por el tema de las proteínas, en esta canasta están los yogures, pero preocupa mucho el escaso aporte de leche, que suma calcio y proteína”, y a continuación sugirió que “se podría haber colocado la leche en polvo, porque se puede almacenar y no se vence”.

Analizando por el opuesto, se consultó sobre cómo, con lo que se ofrece, se puede lograr una alimentación saludable: “Se puede complementar con frutas y verduras. Es una canasta que se puede adaptar bien a desayuno y merienda, pero si pensamos en almuerzo y cena nos faltan proteínas, que es lo que verdaderamente importa, las fuentes mayores de proteínas buenas son las carnes rojas, pollo, pescado y huevo, el huevo debería haber estado dentro de esta canasta básica”.

Cómo mejorar la alimentación infantil

Como se ha dicho, la obesidad y mala nutrición infantil siempre preocupan. El exceso de grasas saturadas, el consumo de golosinas en las escuelas y en la vida cotidiana, conspiran contra el deseado balance. 

Miceli señaló que “se está incursionando mucho en meriendas saludables, hay una ley sancionada al respecto, pero no está reglamentada, entonces las escuelas no pueden contar con quioscos saludables, que ofrezcan alimentos como frutas o porciones de yogur, y además está el peso de la industria, que siguen ganando”. Como solución, aclaró que “está bueno que la merienda se la lleve el chico desde su casa, para cumplir con los nutrientes que necesita, y no estar expuesto a grasas, azúcares y sal que contienen todos los productos industrializados que venden en los quioscos”. 

También fue consultada con respecto a tendencias alimentarias como el vegetarianismo y el veganismo, sobre lo que expresó: “Desde mi punto de vista no los recomiendo, porque el chico está en crecimiento y volvemos a señalar que las proteínas son estructuras para formar los tejidos y el sistema cognitivo. Si al chico le sacamos las fuentes de proteína, a edades más grandes puede traer deficiencias”, concluyendo que “el tema de la vitamina B12, que se encuentra más que nada en las carnes, es crucial, y la deficiencia en los chicos puede traer retrasos en la parte cognitiva. Es aconsejable darle todos los nutrientes de chico, y luego, que de grande pueda decidir lo que quiera consumir”.

Casos no contemplados

El programa oficial de ‘Precios Esenciales’ también ha recibido críticas por parte de un sector de la población que padece patologías relacionadas con la alimentación y que no han sido tenidas en cuenta.

El caso más relevante es el de los celíacos, que normalmente están condenados a tener una dieta mucho más costosa que el resto de la población.

Aunque en la mayoría de los supermercados hay góndolas específicamente destinadas a ellos, en la lista no aparece ninguno de los productos específicos, lo que ya causó malestar. Lo mismo ocurre con alérgicos a la lactosa y otra serie de problemas que, al menos por ahora, no han sido considerados.