|10/02/19 09:00 AM

¿Qué piensa un político mendocino cuando decide un camino?

11 de febrero, 2019 - 07:10

Qué piensa un político mendocino cuando decide un camino es parte de los interrogantes que se hace un grueso de la gente en Mendoza que, por supuesto, no es parte de ese jolgorio que se desató por estos días tras la decisión del gobernador Alfredo Cornejo de desdoblar y señalar a quien él piensa que lo debería suceder en el sillón de San Martín. Tampoco de ese otro sector del arco opositor que tiene el ceño fruncido ante las determinaciones del oficialismo.

Hablamos de un importante segmento de la ciudadanía que mira equidistante los hechos de la provincia, la misma gente que deja siempre permanentes mensajes a los políticos vernáculos. Población que da una ancestral imagen a esa nación que respeta y admira la calidad institucional que tiene la tierra de los mendocinos.

Sobre la culminación del 2018 nos preguntábamos cuál será el destino político de Cornejo. En el análisis decíamos que “cuando el incendiado 2018 se va buscando el esperanzador 2019, Cornejo, frente al Océano Pacífico, espera el nuevo año mirando la inmensidad y pergeñando el año de su vida política como Gobernador de la provincia, como definidor final del destino del Frente Cambia Mendoza, como dueño absoluto de su destino político y como presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical”.

Y ahora, el hombre tomó las decisiones y actuó a su modo en el momento que creyó conveniente y no en el que muchos esperaban.

Sin restar valoración a la cintura política del mandatario provincial, so pena de caer en inaceptables contradicciones, se debe reconocer que su estratégico envión contó con otras determinaciones de ciertos dirigentes. Los mismos que hasta dos meses atrás le habían complicado el interior de Cambia Mendoza a punto tal de ensombrecer el 2019 que ya transitamos.

Ayudita que tiene todas las lecturas puertas adentro y afuera de la coalición oficialista y en la que, los que la dieron, deberían prepararse para esos pases de factura que siempre tiene reservado el mundo de San Política.

Ante este panorama es lógico interpretar las preguntas que se hace ese sector alejado d todo bastión político. Interrogantes como “¿por qué Julio Cobos amagó haciendo una cosa y terminó haciendo otra?; ¿se bajó de esa precandidatura que nunca oficializó?; ¿qué significó esa advertencia que vertió en una nota de este diario cuando le dijo a un sector de la Unión Cívica Radical local que no se abuse de su racionalidad?

Pero hay otras cuestiones que se envuelven entre signos de interrogación, las que seguramente no tendrán tampoco respuestas. Por ejemplo, la movida de enojo, alejamiento e imposición que tuvo frente al poderoso esquema de Cambia Mendoza el intendente de Junín, Mario Abed. ¿Era para ver si alcanzaba un lugar superior en la política mendocina, como ser compañero de fórmula del dirigente que eligiera Cornejo?

Por otro lado, ¿para qué fue la cumbre de Las Heras donde se mostraron dirigentes de peso como Cobos, el intendente de Luján Omar De Marchi, la vicegobernadora Laura Montero y el cacique de Las Heras Daniel Orozco? Después de esa cumbre que encrespó con mucha preocupación el corazón oficialista, Cobos se reunió estratégicamente en por lo menos tres oportunidades con De Marchi. ¿Fue para proponerle algo al titular del PRO? O en vista a lo que ha sucedido ¿era en realidad para convencer al hombre que mide mucho frente a cualquier candidato radical para que se baje de su precandidatura?

Muchas y urticantes preguntas que circulan entre la gente y los laberintos de la política local. Quizá tengan sus respuestas, de hecho que las tienen, pero nunca llegarán a ver la luz del día. Es parte de intensos diálogos, especulaciones, negociados, pases de factura, cálculos y todas esas yerbas que están detrás de los muros inexpugnables del terreno político.

Por eso se hará imposible saber lo que piensa un político cuando decide un camino.