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Productores del Sur advierten sobre la complicada situación del sector

Aunque reconocen que las últimas medidas del Gobierno ayudan, consideran que faltan políticas de largo plazo para sortear un presente 'desesperante'

04 de febrero, 2019 - 10:17

Tormentas graniceras, heladas tardías en plena floración, presión impositiva, aumentos en los insumos, falta de mercados y una dramática ausencia del recurso hídrico que implica el río Atuel, hacen un combo complicado sobre todo el arco productivo del Oasis Sur de la provincia. Se agrega a todo eso la ausencia de planificación y políticas de Estado para el sector, tal cual observan los propios productores.

A los anuncios recientes del Gobierno provincial los toman y los reciben bien, pero observan que eso no alcanza y que a la producción no hay que observarla por la coyuntura, sino por la planificación estructural a corto, mediano y largo plazo.

Aníbal González Luna, productor de esa importante zona de la provincia, hizo para El Ciudadano un análisis de lo que sucede allí. Sobre las últimas medidas anunciadas por la Administración provincial, expresó: “Todo lo que se nos da, ayuda. No es malo, sirve, pero no alcanza. El tema es que hace muchos años, aproximadamente desde el 2009, venimos peleando la posibilidad de tener un seguro. Por eso, lo que está instrumentando el Gobierno provincial en los últimos días son ayudas paliativas. Pero no hay un proyecto real que le permita a la producción estar bien”. 

“Todo esto está dentro de la problemática coyuntural y lo que hoy necesita el productor es estructural. Se necesitan políticas de Estado que nos permitan planificar los tiempos que vienen. Hoy, toda la producción vive el día a día. Con esta coyuntura se paga Irrigación y todo lo rápido y lo emergente. Pero sucede que no puede proyectarse”.

A los manotazos con la coyuntura

A la hora de hablar de costos y precios, González Luna explicó que “lo que sucede con la poca cosecha o la falta de rentabilidad hace que al levantar su producción ese agricultor lo piense. Si lo hace para envasado de durazno, consigue cosechadores eventuales a los que se les paga bien. Cuando hay poca fruta, ese trabajo temporal en pocos días se termina”. 

Y agregó que “algo similar sucede con la ciruela Dahie en fresco, que es muy buena, pero hay pocos kilos y entonces la cosecha solo dura diez días. Los montos que se manejan son de $10 a $12 el kilo de esa variedad de ciruela. Es un buen precio, por eso algunos hacen ofertas de $10 de contado, y otros de $12 a 30 y 60 días”.

En el plano de las comparaciones, González Luna destacó que “en la temporada 2017/2018 la ciruela Dahie en fresco tuvo una muy buena cosecha, mientras que su valor real no fue como el de hoy, que con mucho menos a cosechar, es mayor”.

“Por eso, insisto, se tiene que planificar seriamente y con políticas de Estado a corto, mediano y largo plazo. Creo que el campo productivo lo necesita sin dilación alguna, porque no se concibe que los productores tengan que andar a los manotazos con la coyuntura”, expresó.

Clima adverso, altos costos y presión impositiva

Mostrando el complejo panorama, el productor sureño detalló que “las tres fuertes tormentas graniceras en San Rafael que se precipitaron en la zona productiva del durazno de industria, fueron determinantes para que esa fruta quedara destrozada. Obviamente, lo que ha quedado no sirve para ser envasado y el precio, de estar entre los $6 y $7, bajó a $4 o $3. Esta última cifra es la que hoy paga la pulpera más importante del Sur”. 

“En cuanto a ciruela, tuvimos una helada tardía en plena floración que hizo bajar el rinde productivo a niveles que nos preocupan a muchos. Para tener una idea, el año pasado la producción de ciruela Dahie en fresco osciló entre los 110 y 130 millones de kilos, pero hoy esa cifra es notablemente menor. La situación es más que preocupante con un productor que tiene que enfrentar perjuicios climáticos, altos costos en insumos, presión fiscal y baja rentabilidad en lo que produce”, indicó González Luna.

Sobre la delicada situación hídrica, explicó que “se debe pensar seriamente en el Sur con presurización de riego o de riego por goteo, malla antigranizo y buscando unidades productivas de tres a cuatro hectáreas. El emblemático río Atuel está lejos de ser lo que era 20 años atrás, y entonces, si tenemos que pensar en un plan forrajero tenemos que pensar con qué regamos”.

Finalmente, reflexionó: “Si bien reconozco que en el Oasis Sur recibimos el crédito del Programa de Mejora Competitiva (PMC) a tasa cero, el productor tiene que volver a ‘armar’ el frutal y lo debe hacer con un plan de producción que hasta ahora no ha existido. Con objetivos claros dentro de una economía regional, como es salir a buscar mercados. Lo que viene sucediendo desde hace rato, sobre todo en tiempos de mucha producción, es que es buena pero no tenemos a quién vendérsela. El ejemplo que le doy es bien de nuestra tierra: en un pueblo chico se instala una fábrica de bombachas de campo; en el primer mes se venden 100, en el segundo 50, en el tercero 10 y en el cuarto no sabrán a quién venderle”.