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El portugués que retrató la antigua Mendoza

A través del tiempo, cientos de viajeros europeos visitaron nuestra provincia. Algunos realizaron interesantes descripciones de la geografía y las costumbres de los pobladores, otros se animaron a dibujar o grabar rincones característicos de Mendoza, pero uno en especial dejó plasmada en su lente hermosas vistas de un pueblo que quería convertirse en ciudad. Fue el gran fotógrafo lusitano Christiano Junior

20 de febrero, 2019 - 17:53

De profesión: fotógrafo

Se llamaba José Christiano de Freitas Henriques Junior, pero era más conocido por Christiano Junior. Nació en 1832 en el archipiélago de las Azores, perteneciente al por entonces reino de Portugal.

En 1855 emigró al Brasil con su familia, integrada por su esposa y dos hijos; tiempo después inauguró su estudio de fotografía en Maceió, estado de Alagoas, Brasil.

Luego se instaló en Río de Janeiro y de allí se trasladó a Buenos Aires.

En diciembre de 1867, inauguró su primer estudio en la Argentina. Fue el más famoso fotógrafo de la época y tuvo como clientes a políticos, militares y gente de la más alta sociedad argentina, como Sarmiento, Alsina y Luis Sáenz Peña, entre otros.

En 1879, el portugués vendió su estudio ubicado en la ciudad de Buenos Aires a Robert Mackern y su socio, e inició una gira por las provincias de Santa Fe, Córdoba, Mendoza, San Luis, San Juan, Santiago del Estero, Catamarca, Tucumán, Salta y Jujuy con el objetivo de completar su “Álbum de vistas de la República Argentina”.

La llamó “Gira artística” y le llevó cuatro años. Tiempo después se dedicó al comercio y a las letras. Más de 4.000 imágenes dejó este prolífico fotógrafo.     Falleció en 1902 en la ciudad de Asunción del Paraguay.

Su llegada a Mendoza

Después de visitar las provincias de Santa Fe y Córdoba, Christiano Junior llegó a Mendoza, y el 15 de marzo de 1880 abrió su estudio fotográfico. La fama que tenía de haber retratado a las personalidades más importantes del país repercutió en el ambiente mendocino, y muchos personajes de la sociedad de aquel tiempo visitaron su negocio.

Vista de la plaza Independencia, Mendoza de Christiano Junior (1880)

Con su cámara, realizó impresionantes tomas de las ruinas del terremoto de 1861, en la antigua ciudad -estas imágenes son hoy verdaderos documentos históricos-, también de la plaza Independencia, de la Alameda y otros lugares como El Challao y la Lagunita.

Pero el intrépido fotógrafo quería vivir nuevas experiencias, y una de ellas era retratar la cordillera de los Andes. Una aventura que lo marcaría para siempre...

La Alameda de Mendoza, de Christiano Junior (1880)

El viaje al techo de América Los preparativos se hicieron a principios de marzo de 1881. El destacado fotógrafo, alquiló mulas y contrató varios arrieros para que lo llevaran a la cordillera. Todo estaba preparado para la travesía, junto a su equipo fotográfico lo acompañó su fiel perro llamado “Pacha”.

En la madrugada del 25 de marzo partieron rumbo a la cordillera por el camino de Uspallata. A la noche de ese día llegaron a Villavicencio a una posada donde no había ni camas ni comida, pero como Christiano era un gran previsor, llevó mantas y provisiones. Con un asado de por medio pudieron pasar bien la noche.

Domingo F. Sarmiento quien fue retratado por Christiano Jr en 1873

Desde allí marcharon por los Paramillos de Uspallata y llegaron por la tarde a la posta de Uspallata, propiedad en aquel entonces de la familia González. Después de unos días siguieron por el camino cordillerano con destino a Puente del Inca en donde estuvieron diez días. El portugués se dedicó a tomar con su cámara algunas vistas, pero al llegar a las casuchas del “Paramillo de las Cuevas”, un intenso temporal de nieve los azotó. Después de varios días, ya casi sin víveres, cesó la tormenta y todos sanos y salvos regresaron a Mendoza.

Campamento de ingenieros en el Ferrocarril Andino, de Christiano Junior (1880)

En mayo de ese año viajó hacia la provincia de San Juan en donde realizó cientos de retratos.

La labor fotográfica de Christiano Junior en Mendoza fue parte de su proyecto llamado "Vistas y costumbres de la República Argentina". A fines de junio de 1881 interesó al Gobierno de la Provincia para suscribirse a su obra. El 31 de agosto, el fotógrafo portugués se ausentó definitivamente de Mendoza. Dejó su mirada, testigo de una ciudad que nunca volvería a ser la misma.