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Verdades y mitos acerca de nuestros amigos caninos

20 de diciembre, 2019 - 12:49

Los perros presienten los desastres naturales

Todos hemos oído relatos de animales que presintieron tormentas, derrumbes, terremotos e inundaciones y otros desastres naturales. Estas historias han ido tejiendo en el saber popular una serie de teorías sobrenaturales de sus capacidades predictivas. Es posible que más de uno de los lectores lo haya experimentado en carne propia. ¿Qué hay de cierto sobre estas capacidades? ¿Es un mito construido por la ignorancia o son virtudes que la ciencia ignora sobre sus características más impresionantes?

Comencemos por las situaciones más habituales y cotidianas, como las tormentas eléctricas o lluvias torrenciales. 

Muchos animales alteran su conducta momentos previos a una tormenta y esto es capitalizado por el propietario como un anuncio de que lloverá o habrá una tempestad. 

Si bien no todos los animales lo exteriorizan, todos perciben el advenimiento de estos acontecimientos y se notará muchos más en aquellos que sufran sensibilidad especial hacia los petardos o truenos. 

La explicación subyace en que antes de las tormentas hay cambios en la presión barométrica de la atmósfera al igual que suceden modificaciones en las cargas eléctricas del aire que suelen presentarse minutos previos a las lluvias y tormentas eléctricas o estruendosas. 

Estos cambios son percibidos por los perros que pueden, según su capacidad de tolerar el temor a los sonidos fuertes, presentar cambios notorios en su comportamiento. Es frecuente verlos temblar, jadear y hasta esconderse, mostrando intranquilidad y ansiedad anticipada, que junto a su sensible capacidad auditiva que les permite escuchar los truenos más leves o lejanos, nos avisan que la tormenta está en camino.

Es natural que si el propietario observa esta conducta previa antes de la lluvia, le confiera a su perro una capacidad predictiva más precisa que la de los meteorólogos profesionales.

Algo semejante sucede con los temblores y terremotos. Los perros tienen una sensibilidad auditiva superior a la nuestra y poseen una herramienta clave para la audición que son las orejas, ya que permiten moverse y modificar sus ángulos y así orientarlas hacia las fuentes sonoras para captar con más precisión y nitidez los sonidos. Detectan mejor los sonidos de alta frecuencia inclusive los rangos ultrasónicos que resultan inaudibles para nosotros.

Es por ello que los sonidos y vibraciones que comienzan a escucharse segundos antes en los temblores no son detectados por nosotros, pero sí por nuestras mascotas que reaccionan antes que el temor llegue a nosotros junto con la desagradable percepción.

Su sensibilidad auditiva permitió que se elaboraran justificaciones erróneas en relación a los comportamientos de los perros ante los sonidos fuertes como los truenos o pirotecnia o temblores. Resulta ser que los perros que reaccionan con exageradas muestras de temor ante estos acontecimientos no lo hacen por molestias auditivas, sino porque han desarrollado fobia a los sonidos fuertes y sienten un temor inmanejable que lleva a desarrollar las expresiones que todos conocemos. 

En relación a la detección de situaciones o experiencias sobrenaturales, hay miles de testimonios para los cuales la ciencia no se ha expedido al respecto ni puede explicar, de hecho esto está más sujeto a las experiencias y creencias individuales de los lectores. Pero como dice el dicho, “las brujas no existen, pero que las hay, las hay”.

Algunos perros nacen con personalidad más agresiva que otros

Podemos asegurar que el carácter del perro es una consecuencia de variables bastante estudiadas. Este es el resultado del género, la raza, la genética, el individuo y el ambiente de crianza. 

En todos los casos el ambiente, es decir, las condiciones de crianza y sociabilización del animal, son los factores más que decisivos y determinantes del carácter canino y si bien no es el único, no todos estamos preparados o poseemos capacidades y conocimiento necesario para modificar algunas condiciones individuales o de predisposición genética que traen. 

Los perros machos de razas de guardia y defensa o de pelea serán individuos más complejos a la hora de criar si no se manejan adecuadamente. 

En algunos casos sin importar la raza y dependiendo de la herencia y la crianza temprana, algunos individuos, tanto machos como hembras, presentarán cierta tendencia a la agresividad que resultará como un caldo de cultivo donde en el futuro se desarrollarán conductas peligrosas si no sabemos trabajar adecuadamente. 

La agresividad en una fuerza natural necesaria para la sobrevivencia, pero en algunos casos, es desmesurada o inoportuna su intensidad y debe ser detectada y manejada en consecuencia. Los hijos de padres agresivos tendrán más chances de ser complicados cuando sean grandes si no se los cría dedicadamente.

El instinto es una fuerza inmodificable

Todavía existen debates sobre si existe un instinto único o si es solo sociabilización y aprendizaje. La duda es saber cuánto traen en sus genes y cuánto dependen de lo que su madre les enseño en la vida temprana. 

Sabemos que el instinto existe y queda demostrado al ver que nuestra hembra pare y cuida los cachorros con dedicación sin haber aprendido las bases exactas de cómo hacerlo en ningún manual. Con este, y miles de ejemplos más, sabemos que cierta información viene en los genes y se trasmite de generación en generación.

Si bien es un ejemplo clásico, también debemos saber que no ocurre lo mismo con las perras que fueron criadas artificialmente sin una madre biológica, ya que la mayoría de estas exhiben mayor torpeza o incompetencia a la hora de parir y criar y acuden a su dueño para que las asista y dé los primeros pasos del parto. 

Por ello se cree que la impronta que se hace desde el primer día de vida de la mascota impacta positiva o negativamente en su conducta.