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Escrito en el agua

Nadie alaba las grietas, salvo excepciones. Todos hablan de cerrarla. Pero abrimos nuevas con paciencia y esmero cada vez que la más mínima chance asoma. Como pasa con la Ley 7.722 en cuanto al uso del agua

22 de diciembre, 2019 - 12:59

Grietas, de las que quieras. Abundan por donde se mire y cruzan cualquier punto donde haya posibilidad de opinar diferente. Entonces, ya no se trata de opinar distinto, sino de aplastar la opinión contraria.

Si no comés carne, entonces podés escrachar restaurantes que la sirvan. Si sos feminista, podrás agredir e insultar a un periodista que está trabajando y cubriendo tu marcha y gritar “muerte al macho”. Si sos senadora y tu postura resultó aprobada, podrás hacer el célebre gesto de pasar a degüello, popularizado por Guillermo Moreno en cadena nacional.

Nadie alaba las grietas, salvo excepciones. Todos hablan de cerrarla. Pero abrimos nuevas con paciencia y esmero cada vez que la más mínima chance asoma.

Son una forma de vida, y acaso prospere esa idea de que, ante la falta de una identidad y convicción firme, lo que más nos define son nuestros enemigos. Entonces, ponemos más pasión en construir enemigos que en fortalecer nuestras propias identidades. Un expresidente construyó su poder con esta receta, mal no le fue.

En Mendoza estamos reinaugurando una grieta gigantesca. Vuelan agravios, descalificaciones, acusaciones, en un tema que merece algunas consideraciones que deben hacerse, esencialmente porque la postura santificada tampoco garantiza nada y no parece defender, en serio, lo que dice defender.

El debate sobre la reforma de la 7.722 indica que habría un uso virtuoso del agua y uno vicioso. Así, la agricultura aparece como un refugio plagado de humanidad y romanticismo en el uso de nuestros ríos, mientras que la actividad minera sería asesina, depredadora, la mismísima cara del demonio.

Sin minería, Mendoza vive su décimo año de crisis, los glaciares ya están degradados y el uso del agua es pésimo. Cada racimo de uvas se lleva mil litros de agua. Un litro de leche también. Si pensamos en un kilo de carne, la suma sube 15.515 litros. Un kilo de chocolate implica utilizar 24,000 litros, y una prenda de vestir 2.000, mucho menos que un zapato.

El concepto de responsabilidad en el uso de los recursos no pasa por portar una pancarta en una marcha o publicar un posteo en redes sociales.

Veo gente que toma esa actitud y se compra una hidrolavadora para lavar el auto o la vereda, y te miran desde arriba como si la pancarta los elevara a un Olimpo moral.

Sin minería, la matriz del uso del recurso en Mendoza es irracional. El consumo per cápita en litros duplica lo normal. El riego a manto sigue siendo un dispendio, las pérdidas por filtración y evaporación en el sistema son monumentales, pero cuando se debatió hace poco un acueducto, mucho más razonable que un canal, se bochó la propuesta y a otra cosa. Esa era un agua que no interesaba, nadie la “militó”.

La ruina hídrica de Mendoza no es por la minería. La ruina llegó con la 7.722 en plena vigencia. Llegó por el uso actual, no el uso futuro.

Una vez más estamos evitando la discusión necesaria, que es nuestra propia conciencia en el uso de los recursos.

Nuestra huella hídrica es tan mala como nuestra huella de carbono (salvo excepciones como Godoy Cruz, que ha trabajado de modo notable en este tema).

Por otra parte, las crisis siempre remiten a nuestra crónica incapacidad de controlar. En un país donde la ignorancia supina en política y las prédicas irresponsables han hecho pensar que todo tipo de control es “facho” (y quienes aman la palabra son los más fachos de todos) nos confesamos de entrada incapaces de controlar nada.

Actividades que en todos lados tienen reglas y controles aquí se hacen sin que a nadie le preocupe, y sin control todas las actividades económicas terminan siendo depredadoras.

Todo se remite a eso: ¿somos capaces de controlar las actividades para garantizar que se hagan bien, que cuiden los recursos, que busquen procesos más amigables con el ambiente?

Pero la pregunta en este debate no existe, está escrita en el agua.