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Boca recurre a los ídolos: Batistuta y Palermo analizan su participación

Boca atraviesa momentos convulsionados de cara a las elecciones a presidente del 8 de diciembre. En las últimas semanas, hubo un revuelo institucional y se confirmaron las listas. Tres de los máximos ídolos de la institución ingresarían en el escenario político y definirán sus futuros. ¿Quiénes son y que roles ocuparían en las elecciones?

27 de noviembre, 2019 - 16:36

Los ídolos jugarán un papel preponderante en la puja política. En muchos casos son utilizados por los candidatos para llegar al poder. Y en las elecciones a presidente de Boca no serán la excepción. Y ahí pondrán en juego el poder de los ídolos.

Juan Román Riquelme, por ser el máximo ídolo, tendrá el poder del convencimiento para aquellos socios que todavía no definieron su voto. Su participación refleja seriedad, compromiso y la intención de sacar al club del pozo en el que se encuentra tras años y años de fracasar sin poder cumplir con el objetivo de ganar la tan ansiada Copa Libertadores.

Confirmada su presencia en la lista de Jorge Amor Ameal, el máximo referente de la institución se metió en el electorado. En principio como vocal, pero en caso de ganar las elecciones pasará a ser nombrado vicepresidente segundo y será el encargado de manejar el fútbol profesional.

El máximo ídolo boquense coqueteó con todos los candidatos, pero finalmente se decidió por la lista “Frente por la identidad Xeneize”, encabezada por Jorge Amor Ameal y Mario Pergolini.

Hace tres semanas, Román pidió la unidad de los candidatos, pero como no hubo consenso mantuvo conversaciones con todos hasta el miércoles 20 de noviembre inclusive, día que se cerraron las listas definitivas.

Sabida la presencia de Riquelme, los otros dos candidatos salieron a reunirse con viejas glorias del club para jugar fuerte. José Beraldi y Royco Ferrari mantienen charlas muy encaminadas con Gabriel Batistuta. La idea es que el “batigol” sea el Mánager y a la vez, le presentó a la dupla un proyecto integral para encabezar el Consejo de Fútbol.

Por su parte, otro de los máximos ídolos, Martin Palermo, quién acaba de dejar el cargo como director técnico en el Pachuca de México, fue tentado por Cristian Gribaudo y Juan Carlos Crespi para ocupar el cargo de mánager. El exjugador quiere continuar como entrenador, pero analiza la propuesta para sumarse a la lista del oficialismo. Aunque su representante, Gustavo Goñi, dejó en claro que no participará políticamente en ninguna lista.

Otro de los ídolos que tomó postura fue Carlos Tevez. Su contrato finalizará el 30 de diciembre. Su continuidad dependerá del nuevo presidente, pero si el oficialismo se mantiene en el poder, le ofrecerán renovar su contrato por un año más. Todo se debe a su buena relación con el actual presidente, Daniel Angelici. En caso de que uno de los dos opositores ocupe el sillón de Boca, se sentarán a hablar, pero el futuro del “Apache” estaría ligado más al exterior que al fútbol local.

En caso de confirmarse la participación de Gabriel Batistuta en la lista “Volver a ganar” (Beraldi-Ferrari), la de Palermo en el espacio oficialista (Gribaudo-Crespi) y la ya confirmada presencia de Juan Román Riquelme en “Frente por la Identidad Xeneize” (Amor Ameal-Pergolini) los máximos referentes ponen en juego su idolatría.

Tanto Riquelme como Palermo tienen sus estatuas en Brandsen 805 y un pasado extraordinario que podría opacarse con una gestión que no esté a la altura de lo prometido.

Una cosa es cuando ambos manejaron la pelotita y sus rendimientos en el campo de juego dependían pura y exclusivamente de ellos. Y otra muy distinta, es poner en juego lo que lograron como futbolistas, hasta ser definidos como ídolos indiscutidos, y dejar toda su idolatría en manos de “políticos” de turno, donde indudablemente el juego no pasa por la pelota.

Hoy, el gran capital de Riquelme reposa en la memoria de los hinchas por los títulos ganados, sus grandes jugadas y las hazañas logradas en el Boca bicampeón del Mundo. Lo mismo para Martín Palermo, prócer de los goles importantes. Un escalón por debajo está Batistuta, que sin bien ganó un sólo torneo local, se metió rápidamente en el corazón del hincha genuino xeneize.

Tanto Riquelme, Palermo o Batistuta deberán saber que a partir de su desembarcó en el club sin la camiseta puesta el lazo de afecto con el hincha podría cambiar. Pasarán a ser observados y juzgados por los refuerzos, por como está armado el equipo, por el director técnico que traigan, por sí le dan o no cabida a los juveniles, por sí las instalaciones del club están acordes para entrenar, por sí salen campeón o fracasan en el intento. Serán mirados con el ojo crítico. Y evaluados al respecto.

Los tres tienen que saber que el panorama de Boca cambió con respecto a cuando ellos posaban con las camisetas puestas. Hoy, el Xenezie está urgido de ganar una Copa Libertadores, y la presión es cada vez más grande cuando pasan los años y se sigue postergando la séptima. Es una olla a presión y lo único que hizo apaciguar un poco las aguas fue que River perdió la final de la Libertadores 2019 ante Flamengo.

El 8 de diciembre los socios de Boca tendrán la posibilidad de votar y darán su veredicto.