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Vaca Muerta: de promesa a incertidumbre

24 de noviembre, 2019 - 13:10

Si algo ha quedado claro en el devenir de la economía argentina, es que todos ven a la cuenca de petróleo y gas no convencionales de Vaca Muerta como el nuevo 'Eldorado', la promesa de fondos y trabajo que se configure como la futura Pampa Húmeda, a la hora de proveer dólares frescos a la Argentina.

En poco tiempo, la puesta en marcha sirvió para solucionar los problemas de falta de gas y trasformó el lejano y desértico pueblo de Añelo en una meca de inversores, aventureros y soñadores con un futuro venturoso.

Pero las últimas noticias que llegan de una zona que ocupa vastos territorios en el sur mendocino, y que promete una jugosa tajada para nuestra provincia, no parecen tan alentadoras.

Las estimaciones de los expertos es que el complejo necesita inversiones por US$ 27.000 millones en los próximos cuatro años, pero también se indica que se frenaron las inversiones, y recién se reactivaría en 2021 según cálculos optimistas. La producción estaría bastante paralizada y unos 2.000 trabajadores no tienen tareas.

Un informe de la consultora especializada Analytica remarcó los problemas que enfrenta el proyecto: "La principal señal que necesitan conocer los inversores es el precio. Se prevé una desaceleración importante de actividad en los próximos dos a tres meses, con posibles despidos y suspensiones, en especial en cuenca neuquina".

Mientras que resaltan que "el año que viene (2020) será de transición y dar señales correctas. Sin arreglo por el tema de la deuda (soberana), no habrá inversión extranjera directa. Y la única forma de lograr desembolsos por entre US$ 5.000 millones y US$ 10.000 millones anuales, es con capital extranjero".

En este contexto, trascendió un borrador del plan que se pergeña desde las usinas del futuro gobierno, una especie de paraguas especial sobre Vaca Muerta, con garantías y seguridades que exceden por lejos las que se brinda al resto de las actividades económicas.

Algunos puntos, tendientes a garantizar seguridad jurídica y baja de costos, estaría en la creación de un Régimen Especial y Temporario (RET) por 25 años, aunque prorrogables por un plazo indefinido. Para algunos, esto remeda el acuerdo YPF – Chevron y la ley nacional 27.007, con la que el kirchnerismo generalizó las concesiones por 35 años, prorrogables por 10 más.

Un “régimen de estabilidad fiscal” con congelamiento de impuestos, tasas, gravámenes beneficiaría no solo a las empresas, sino también a accionistas y socios de los beneficiarios.

El paraguas incluye la denominada Garantía cambiaria: la libre disponibilidad de la totalidad de las divisas provenientes de la exportación, sin limitación, sin repatriación y con posibilidad de giro de utilidades.

A su vez, las beneficiarias estarán excluidas de cualquier tipo de cepo. Garantía de estabilidad regulatoria para la actividad de licuefacción y comercialización de GNL: las empresas podrán exportar aun cuando haya problemas de abastecimiento en Argentina.

En cuanto a lo laboral, figura en los trascendidos la “Garantía de preservación de instrumentos en materia laboral”, es decir, la celebración de convenios colectivos de trabajo por empresa.

Impositivamente, se propone la devolución o acreditación del IVA por la compra, fabricación, elaboración o importación definitiva de bienes de capital o realización de obras de infraestructura. En ganancias podrán deducir los gastos de exploración en el año en que se producen; y los de desarrollo entre el primer año (60%) y los dos siguientes (40%); entre otras formas.

Régimen de importaciones: la importación de bienes, equipos, partes o insumos, estará exenta del pago de todo derecho de importación, IVA o cualquier otro derecho, impuesto o gravamen. Derechos de exportación: las retenciones para la exportación de GNL serán del 0%.

La alícuota para el pago de regalías correspondientes a hidrocarburos incluidos en los proyectos, será de 5% los primeros 5 años, 7,5% durante los próximos 5 años, 10% en los diez años siguientes, y luego el 12%. La ley 27.007/14 ya permitía reducir las regalías del 12 al 5%, que según se indica son las más bajas del mundo.

Como se observa, es tal vez el programa más ultraliberal del que se tenga constancia. Aun así, se verá si logra convencer a los posibles explotadores, desconfiados por historia de un país que se ha cansado de cambiar las reglas de juego.

Demasiadas cosas deben salir bien para que Vaca Muerta provea a la Argentina de los dólares y el desarrollo que promete. No parece que se haya comenzado con el pie derecho, solo con políticas de derecha. Curiosa paradoja estando de por medio el Instituto Patria.