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Trasladan a los 10 osos pardos del Ecoparque a un santuario en EE.UU.

En un procedimiento inédito, la totalidad de los osos del ex-zoológico son llevados a su hábitat natural

Por Redacción

04 de diciembre, 2019 - 08:41

Este lunes culminó el proceso que demandó más de dos años de trabajo, para lograr el traslado de los últimos 10 osos pardos que habitaban en el Ecoparque Mendoza al renombrado Santuario Internacional “The Wild Animal Sanctuary”, situado en Keenesburg, Colorado, Estados Unidos.

El traslado fue iniciado por el Gobierno provincial como parte del Plan de Derivaciones de Animales Exóticos. Precisamente, esta especie de oso es propia de Europa y de Norteamérica y si bien en vida salvaje pueden alcanzar una edad aproximada de 25 años, en cautiverio logran vivir más.

El gobernador Alfredo Cornejo detalló el operativo de traslado de los osos: “En viaje de cuatro días, en el que se toman todas los recaudos bajo un procedimiento elaborado por el personal de la planta permanente del Ecoparque. Los trabajadores llevan tres días con tareas enormes, porque se trata de varios animales que, en algunos casos llevan casi 20 años encerrados”.

Cornejo agregó que “mejorar la vida de los animales del ex-zoológico y trasladar a las especies exóticas a santuarios, “es una demanda social que no existía fuertemente hasta hace 10 años y que nosotros encaramos con decisión. Un ejemplo que ya está siendo tomado en otros sitios de la Argentina”.

Por su parte, la directora de Ecoparque, Mariana Caram, dijo: “En el marco del Plan de Derivaciones de Animales Exóticos, continuamos trasladando animales a reconocidos santuarios naturales del mundo, velando por la mejor calidad e vida de todos los animales que se alojan en el Ecoparque de Mendoza. Entendemos que el mundo está cambiando de paradigma y los animales no merecen ser un objeto de exhibicionismo para el entretenimiento de los demás”.

Los 10 ejemplares nacieron en cautiverio y pasaron largos años en jaulas, con condiciones completamente ajenas a sus hábitats naturales, como los son el cemento y las rejas.

Uno de los casos más tristes es el del oso Athila, uno de los ejemplares más grandes que habitó en el ex zoológico de Mendoza, quién por haber intentado escapar de su recinto fue confinado a pasar casi 20 años en un pequeño recinto a modo de fosa oculto al público, originalmente destinado para períodos de reproducción de esta especie. Este espacio no cumple con las condiciones mínimas aceptables para él.