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El día que exhumaron los restos de los hermanos Carrera

03 de octubre, 2019 - 14:02

Muy poco se conoce sobre la suerte de los restos de los caudillos chilenos Juan José, Luis y José Miguel Carrera, luego que fueron ajusticiados en la plaza Mayor de Mendoza, los dos primeros en 1818 y el último y más importante tres años después.

Mucho se especuló sobre el tema al no conocerse con exactitud el lugar donde fueron enterrados los cuerpos de estos patriotas trasandinos, pero siempre se supo que fueron inhumados en el campo santo del entonces templo de La Caridad, en plena ciudad vieja. Pero años después el gobierno de Chile le pidió al de Mendoza su exhumación para que los despojos fuesen depositados en Santiago de Chile.

Hermanos "peligrosos"

Al poco tiempo de producirse la Revolución de Mayo, las noticias de la creación de una Junta en Buenos Aires a favor de la recuperación del rey de España Fernando VII, quien estaba preso, también llegaron al entonces reino de Chile, que el 18 de setiembre de 1810 se adhirió a los hechos del 25 de mayo.

Posteriormente, entre  los patriotas chilenos se destacaron los hermanos José Miguel, Juan José y Luis Carrera, pero no cabe dudas que el de más trascendencia fue José Miguel, quien ocupó la presidencia de la Junta Provisional de Gobierno desde 1811 y luego fue elegido Primer Mandatario hasta la caída de Chile a manos del ejército realista el 2 de octubre de 1814.

José Miguel Carrera, uno de los principales actores de la llamada Patria Vieja, murió en Mendoza en 1821.
Juan José Carrera.
Luis Carrera.

Este personaje controvertido en la historia trasandina, llegó a Mendoza en ese mes junto a sus hermanos y familiares. Inmediatamente de ser recibidos por el mandatario de Cuyo José de San Martín, estos tuvieron graves diferencias y partieron a los pocos días hacia Buenos Aires con otros exiliados.

Fue el inicio de una mala relación entre el Libertador y los Carrera, que tendrá mayores consecuencias posteriormente.

Después de la campaña de los Andes y la liberación de Chile por parte de los patriotas, los Carrera intentaron retornar a ese país. Ellos tenían otros planes muy diferentes a los que el Director Supremo Bernardo O’Higgins y el General José de San Martín estaban realizando.

La idea de O’Higgins y San Martín era muy clara: seguir con el plan de liberar al Perú –que era el principal baluarte de los realistas en América del  Sur- y de independizarse de España.

Pero Juan José y Luis Carrera encabezaron un levantamiento armado que finalizó con la detención y juicio en Mendoza de los cabecillas y el fusilamiento de ambos. Lo mismo le ocurrió a su hermano José Miguel, quien se alzó en armas contra nuestra provincia, en plena anarquía.

El caudillo José Miguel Carrera, momentos antes de ser fusilado en la Plaza Mayor de Mendoza.

Este caudillo fue vencido por el general José Albino Gutiérrez en la batalla de Punta del  Médano y conducido a la ciudad de Mendoza para ser juzgado por un tribunal que lo encontró culpable. El 4 de setiembre de 1821 fue ejecutado junto a otros seguidores.

Los cuerpos de Juan José, Luis y José Miguel fueron enterrados por las autoridades mendocinas en el cementerio llamado de La Caridad, lugar en donde se enterraba a los pobres y los ajusticiados.

Pedido de los chilenos

En abril de 1828, una comisión encabezada por el coronel Juan Antonio Cotapos, José Paciente de la Sota, el joven Pío Valdez y el cónsul de Chile en Mendoza, Domingo Godoy, partieron desde Santiago de Chile con rumbo a nuestra provincia.

Pío Valdéz era hijo de Javiera Carrera –hermana de los desdichados caudillos- y llevaba en sus manos un decreto nacional promulgado por la Convención Constituyente de ese año en donde proponía la repatriación de los restos de José Miguel, Luis y Juan José Carrera.

Javiera Carrera Verdugo, hermana de los patriotas chilenos ajusticiados, llegó a Mendoza en 1828 para repatriar los restos.

Después de 15 días de viaje por el camino cordillerano de la Cumbre –hoy Ruta Internacional 7– la comisión llegó a la ciudad y fue atendida por el entonces gobernador Juan Corvalán.

En aquel momento, nuestro país estaba envuelto en una guerra contra Brasil y tenía además importantes conflictos internos. Por eso, el gobernador Corvalán comprendió la importancia que tenía aceptar la repatriación de los chilenos y dio la orden de exhumar los cuerpos.

Reconocido por un diente de oro

La comisión encabezada por Pío Valdéz decidió llevarse sus exequias lo más rápido posible para que no se cerrara el paso de la cordillera por las posibles nevadas que comenzaban a caer para esa fecha. A los pocos días de estar alojados en la casa del cónsul chileno Godoy, procedieron con su cometido y para el día 19 por la mañana, los tres llegaron al cementerio de La Caridad.

Se le preguntó a un sepulturero llamado Tomasito dónde estaban enterrados y éste señaló el lugar. Luego se puso a exhumar los huesos de Luis, Juan José y Miguel, que estaban junto a sus dos compañeros de patíbulo, el coronel Felipe Álvarez y el cabo Monroy.

A Miguel Carrera lo reconoció uno de los comisionados, que sabía que tenía un diente de oro que se había colocado en Estados Unidos.

Los restos fueron puestos en sus respectivos ataúdes y llevados hacia el convento de San Francisco.

En la tarde del 19 de abril de 1828, en la iglesia de San Francisco -ex Jesuitas- se realizó una ceremonia para rendir los honores.

La tumba de los hermanos Carrera en la Catedral de Santiago de Chile.