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El Rey de los papeles

“Sos la intención de volver una y otra vez a alentarte” , dice Roger Aguilera en este hermoso texto de hincha y papá Chacarero

30 de enero, 2019 - 18:23

Hermano, mirá qué postal... Cómo no van a ser de San Martín nuestros hijos si la cancha es como el patio de su casa. 

Cuando me preguntan de qué equipo soy y esperan la respuesta que jamás les voy a dar, recuerdo estas imágenes y les digo que el ACSM es mi hogar, que si no hay fútbol voy y me siento en la tribuna a mirar el pasto, el pasado a soñar. Les digo orgulloso que no tengo que esperar una vez al año para alentar a un equipo que no sabe ni quién soy ni las locuras que hice por él. 

San Martín es mi hogar, allí nos encontramos con amigos, con gente desconocida que no le importa quién sos a la hora de abrazarte para celebrar un gol y apretarte con lágrimas en los ojos como si fueras su hermano.

Cómo no van a ser de San Martín nuestros hijos, si sus primeros colores desde una sala de parto fueron rojos y blancos, su babero tiene un escudo enorme con un león en el margen, si sus primeros pasos fueron agarrados de la vieja tela de la popular y abriendo tanto los ojos que el mundo cabía en ellos. 

Él es el Rey de los papeles que vuelan, el que se asusta cuando ruge el León en un gol interminable y sale corriendo a abrazarse a su papá, que no le alcanza el corazón para seguir viviendo. 

Cómo no ser del Chaca, si las primeras palabras nombran historias de goles épicos, si sus ídolos son reales, pibes que los saludan y abrazan cuando los ven en la calle. 

Cómo no van a ser de San Martín, si no le damos opción porque es el único amor que conocemos, los convencemos de que no existe otro lugar en el mundo más lindo y entrañable que nuestro estadio, que su gente y sus latidos.

Dejame que te mire, una y otra vez, Rey de los papeles en el viento, porque sos la razón de seguir creyendo que se puede, sos la intención de volver una y otra vez a alentarte. 

Dejame que te mire, y si ves que estoy llorando no te asustés, no es tristeza. Simplemente te estoy viendo crecer y no puedo entender que mi Leoncito esté tan grande y mucho menos que esté a mi lado alentando. 

A veces las historias pueden ser tan reales como un ascenso, como un gol desde fuera del área, como la lluvia que cae al terminar un partido o simplemente como un niño jugando con papeles de colores.

 

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