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A cuatro años de la muerte de Nisman, piden que Lagomarsino sea detenido

Manuel Romero Victorica, abogado de las hijas del fiscal asesinado, aseguró que se cumplen cuatro años de impunidad

Por Redacción

18 de enero, 2019 - 13:58

En un nuevo aniversario de la muerte del fiscal Alberto Nisman, el abogado de las hijas, Manuel Romero Victorica, sostuvo que el especialista en informática Diego Lagormasino “tiene que estar preso”.

El fiscal apareció muerto en el baño de su departamento de la torre Le Parc, en Puerto Madero, con un tiro en la cabeza el 18 de enero de 2015. Lagomarsino fue señalado como uno de los principales sospechosos por haber sido uno de los últimos en ver al fiscal con vida. Además, le dio el arma Bersa que disparó el tiro mortal.

Además, en las últimas pericias se pudo determinar que hubo varios WhatsApp en los que Lagomarsino contactó a Nisman y no como lo contó él ante la Justicia. “Embarra su propia situación. Tiene que estar preso”, comentó el abogado al respecto.

Por otro lado, Romero Victorica aseguró que los custodios encargados de la seguridad del fiscal tuvieron declaraciones incongruentes. “Uno de ellos testificó tres veces cosas distintas“, especificó.

Al ser consultado sobre la muerte del fiscal que investigaba el atentado a la AMIA, el abogado sostuvo que se trató de un asesinato para “no dejarlo declarar en el Congreso“. “En las pericias se recreó lo que pasó en el baño. Se cumplen 4 años de impunidad“, recalcó.

El funcionario judicial tenía pautada el día siguiente de su muerte (lunes 19 de enero) una reunión en una comisión del Parlamento donde iba a dar detalles de la denuncia que había presentado unos días antes ante la prensa.

La acusación de Alberto Nisman era contra Cristina Kirchner, presidenta en ese momento, y varios funcionarios y dirigentes cercanos, entre ellos el entonces canciller Héctor Timerman, por traición a la patria. En su escrito el fiscal sostenía que había habido una alianza con grupos terroristas iraníes para proteger a quienes estaban sospechados de poner una bomba en la sede de la AMIA en 1994. En la explosión hubo 85 muertos.