|18/09/18 06:04 PM

El Ciclón, el sueño vivo de muchos pibes de El Bermejo

Por Redacción

18 de septiembre, 2018 - 18:04

Días pasados el club El Ciclón que funciona en el barrio Cooperativa Mi Casa de El Bermejo cumplió dos años de vida.

Los papás junto a los chicos celebraron el aniversario en la sede del club con una cena a la canasta.

Uno de los papás nos envió un emotivo texto que sintetiza el espíritu del club infantil y leyó en el vivo de la celebración y aquí reproducimos.

Felicitaciones El Ciclón

“¡Maaaaá, en el quiosco del Ale hay un cartel que dice que van a hacer una escuela de fútbol...!

-¿Adónde hijito...?

-Acá en el barrio, ¿me vas a dejar ir...?

-Seguro que hay que pagar... hijo...

-No má... ¡el papel decía gratis...!

-Pero vos vas a la escuela, nene...

-Podemos preguntar la hora...además van a haber niños de mi edad y puedo hacer amigos nuevos...y salir a jugar...

- Pero si acá en la casa jugás mi vida...

-Pero vos no me dejás ir afuera porque decís que pasan cosas feas...”.

Quizás diálogos así se dieron en varios hogares hace un par de años en el populoso barrio bermejino.

Claro, pasaron dos años cuando estando bien despierto, un pibe del barrio soñó que algo así como una escuela fútbol sería posible, aquí a la vuelta de la esquina. 

Ahí fue el Diego Medina, a buscar apoyo, y contarnos sin decir nada, que era posible, y nos fuimos sumando y restando a lo largo de este tiempo, con errores, aciertos, dudas, certezas, con todo lo que al ser humano le es propiedad. Dos años donde pasaron cosas como que de repente te aparezcan hasta 20 pibes pateando un fóbal en la esquina de casa, y mirás por la ventana y decís que lindo y que maravilloso lo que se ha logrado.

Once de la noche, frío, lluvia, algunos con los mocos colgando...  y andaban los Messi, andaban los Cristiano, Modric, a alguno se le escapó hasta un Maradona. Hasta el negro Mbappé aparece en tu puerta ganando mundiales de barro, potrero y humildad... Otro día un tal Pity Martínez golpeó la puerta de mi casa y me preguntó: ¿va a salir a jugar su hijo...?

Eso es lo más maravilloso que se ha logrado... los nuevos amigos, la contención, el sentido de pertenencia a su lugar, la risa, ese motor fundamental en cualquier niño... 

Pasaron dos años, y acá seguimos alimentando ilusiones y regando sueños...pero primeramente dejando todo para formar personas de bien, seres solidarios y de brazos abiertos... Ah... y además juegan torneos de fútbol... 

De alguna forma siempre tratamos de rescatar que los niños no estén al descubierto y sin una guía, sino que la escuelita sirva para ayudar a la educación social y deportiva, con la ayuda desinteresada de padres, allegados todos los que en mayor o menor medida colaboran para seguir adelante y lograr sacar a los niños de la zona oscura de las calles. 

 

Por: Fernando Moraga, papá de Leandro

 

TAMBIÉN TE VA A INTERESAR