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Venezuela, ¿escenario de guerra?

El papel de los Estados Unidos en la historia del petróleo en Venezuela. Pasado, presente y futuro

20 de septiembre, 2018 - 11:46

Venezuela con una reserva de más de 300.000 millones de barriles de petróleo, es el país con mayores reservas probadas de crudo pesado del mundo ¿Será éste el verdadero interés de Estados Unidos en el país latinoamericano?

 

Venezuela y el Petróleo

Desde el dominio de los pueblos originarios, el uso del petróleo por el pueblo venezolano era habitual. La diversificación de sus usos a través del tiempo permitió un gran desarrollo en torno al recurso energético por excelencia. Dichos avances encontraron su auge durante el siglo XX, momentos en donde la explotación de manera sistemática dio lugar a verdaderas industrias en los países en donde abundaba el “oro negro”. En dicho siglo, Venezuela estatizó este recurso, permitiendo la administración del mismo a través de empresas mixtas de mayoría accionaria estatal.

El éxito petrolero del siglo XXI, convirtió a Venezuela en el 5to país exportador de petróleo a nivel mundial, pero dicho éxito, lo llevó a padecer el famoso “síndrome holandés”, centrando toda la atención en el desarrollo petrolero, dejando de lado otros sectores de vital importancia como el agrario, educacional, tecnológico, etc.

Existen estudios que anticipan que, con la producción y consumo actual a nivel mundial, el petróleo se agotará en el año 2067.  Tener a disposición en el territorio la mayor reserva de petróleo probada del mundo, es un dato esperanzador para el desarrollo de Venezuela, ya que esa fecha límite no se aplicaría, debido a que, según estimaciones, si la producción se mantiene a ritmo constante de 2.8 millones de barriles por día, aún podría abastecerse por muchos años más.

En los últimos 100 años, Venezuela ha intentado diversificar su economía, y si bien se acordaron distintas alianzas estratégicas en la región latinoamericana para dar impulso al resto de las industrias, las mismas tuvieron poco éxito.  A pesar de que se lograron resultados significativos en las últimas gestiones de gobierno, el cambio de color político regional de los estados líderes en materia agraria y tecnológica, han dejado en stand by el apoyo para dichas proyecciones de desarrollo. Dicha diversificación resulta imperante teniendo en cuenta que más del 93% de las divisas que ingresan del extranjero, dependen de la industria petrolera.

 

Estados Unidos y sus intervenciones militares en búsqueda de recursos naturales.

Desde el 2001, Estados Unidos viene realizando una seguidilla de intervenciones militares en determinados países caracterizados por su gran riqueza en recursos, principalmente hidrocarburíferos.

 El atentado a las torres gemelas fue decisivamente un fenómeno mediático, sensibilizando a toda la audiencia, y como tal fue sujeto de la manipulación de las grandes cadenas de noticas estadounidenses de alcance global. Recordemos que la cadena qatarí Al Jazeera tuvo varias disputas con la CNN y que la cadena RT (rusa) recién apareció en 2005.

El argumento para atacar de manera inmediata, y sin el consentimiento del Consejo de Seguridad de la ONU, fue una “interpretación peculiar” del artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas, relativo al derecho de legítima defensa, implementando la estrategia realista de ataques ofensivos-defensivos. Eso habilitó la creación de distintas coaliciones con diferentes países para combatir de manera conjunta a una variedad de grupos terroristas. La magnitud del fenómeno y la empatía alcanzada permitió a los estados librarse de fundamentos normativos para justificar las intervenciones.

Con el manejo de los medios y de la opinión pública a su favor, bajo el lema de la “Guerra contra el Terrorismo”, Estados Unidos ha intervenido en nueve oportunidades desde el 2001 hasta la fecha, en ocho países con recursos estratégicos. La mayoría de los mismos situados en regiones ricas en reservorios de hidrocarburos o son parte indispensable en la ruta que los comercia:

Ante una comunidad internacional que ha naturalizado la existencia de dichas intervenciones, Estados Unidos se mantiene inmune en su accionar y no es casualidad que los conflictos persistan en territorios con recursos de gran importancia para Estados Unidos.

 

La Venezuela de Chávez

Durante los gobiernos de Chávez (1999-2013), el barril de petróleo se mantuvo a un precio favorable para la balanza comercial de Venezolana.

Estos años de bonanza durante su gestión permitieron grandes ingresos económicos, que no terminaron plasmándose en la ansiada diversificación, por los siguientes motivos:

En el plano nacional, se descuidó la reinversión en la industria petrolera en materia de maquinarias y capacitaciones, priorizando el gasto del dinero en financiar políticas sociales que buscaban mejorar las condiciones de vida de los venezolanos, reforzaron de esta manera el apoyo del pueblo venezolano a la gestión chavista. Un punto criticable de su gestión en términos económicos es que no se hicieron las inversiones necesarias para lograr diversificar y desarrollar el resto de las industrias, manteniendo una economía con alta dependencia del petróleo.

En el plano internacional, los años de bonanza que acompañaron a una América Latina y Caribe con presidentes de izquierda y/o progresistas, y ante un eventual desinterés de Estados Unidos en la región debido a la “guerra contra el terrorismo” (que mantuvo y aún mantiene en medio oriente), le permitieron a Venezuela realizar grandes proyecciones en su política exterior. Parte importante de su estrategia se basó en diversificar las relaciones con la comunidad internacional, además de delinear un “Plan Bolivariano” de acción a nivel regional, compitiendo con el poder de influencia de los Estados Unidos en la región, convirtiéndose en un actor clave de América Latina y el caribe.

Gracias a la integración latinoamericana y caribeña, bajo el ideario de que pertenecemos a una “patria grande”, la región empezó a tener mayor influencia a nivel global, construyendo la llamada “geopolítica contra-hegemónica”, que se basa en defender los intereses regionales/nacionales ante el imperialismo. Venezuela tuvo rol protagónico en dicha orientación política regional, de la cual surgieron organismos internacionales sin la participación de Estados Unidos, tales como el ALBA-TCP, la UNASUR y la CELAC, dejando de lado a la OEA como foro de debate de los asuntos regionales.

Debido a la búsqueda de independencia de los Estados Unidos, el nivel de integración de los países de la región y el crecimiento económico regional favorable, América Latina se convirtió en un “símbolo de resistencia contra el sistema a nivel mundial”.

 

La Venezuela de Maduro

Durante la gestión de Nicolas Maduro, el precio del barril de petróleo se mantuvo a niveles bajos, perjudicando la balanza comercial de Venezuela.

Con una economía extremadamente dependiente del petróleo, el esquema estructural del gobierno y la economía venezolana, se han visto fuertemente golpeadas, provocando un fuerte déficit comercial que se mantiene hasta el día de hoy.

En el plano nacional, el descuido político estratégico en materia de reinversión en maquinarias y capacitación en el sector petrolero, ha provocado una significativa perdida de la capacidad de producción de crudo del país. La caída de los ingresos al estado, ha sumergido a Venezuela en una crisis económica importante, lo que ha provocado la disminución el financiamiento de políticas sociales, y su capacidad para importar productos que aún no son producidos por la agroindustria venezolana.

En el plano internacional, los años de inestabilidad económica, sumado a un marcado cambio dirigencial, de tinte liberal y de derecha de los principales países latinoamericanos; frente a un retorno del interés de Estados Unidos en la región, han obstaculizado a la política exterior de Venezuela, perdiendo el poder de influencia que ejercía sobre la región, propiciando un aislamiento al país bolivariano.

 

Estados Unidos y su política Exterior hacia América Latina y el Caribe.

Desde la presidencia de Donal Trump se ha implementado una política exterior proteccionista, aislando de manera progresiva en materia económica al país. Sin embargo, la región de América Latina y el Caribe ha vuelto a tener gran relevancia en la política exterior de Estados Unidos. El aumento del número de presidentes de derecha y de tinte liberal en los países latinoamericanos, han favorecido las intenciones geopolíticas de Trump en la región.

 

Estados Unidos y Venezuela.

Entre Estados Unidos y Venezuela existe una relación de dependencia en lo económico e independencia en lo político.

Desde el punto de vista económico, la dependencia está marcada porque Estados Unidos importa de Venezuela más de 600 mil barriles diarios de petróleo, representando el 8% de las compras del recurso energético, posicionándolo como el tercer abastecedor de hidrocarburos de Estados Unidos a nivel mundial. A su vez, Estados Unidos representa el 31% de las exportaciones de petróleo de Venezuela.

Si bien Estados Unidos posee petróleo, y es uno de los principales exportadores de petróleo a nivel mundial, el recurso extraíble dentro de su territorio es de crudo liviano, por lo que necesita de la mezcla con crudo pesado para la obtención del producto final. Ellos hace  que la dependencia de este recurso mantenga una relación sine qua non.

A su vez, Venezuela no ha logrado diversificar sus exportaciones lo suficiente como para disminuir su dependencia de Estados Unidos.

Desde el punto de vista político, Estados Unidos ha incentivado, financiado y organizado distintas acciones y políticas intervencionistas en los asuntos internos de Venezuela, con el objetivo primordial de lograr un cambio de presidencia del país sur-americano. Debido a la legitimidad otorgada por el pueblo venezolano de su sistema institucional y el respaldo de las gestiones gubernamentales, dichos intentos desestabilizadores no han logrado los resultados deseados por el país norteamericano. El control monopólico de los medios de comunicación mayormente consumidos en el mundo, ha resultado fundamental (y funcional), para sostener una imagen negativa de Venezuela, con pocas voces en contra de la ideología reinante.

 

Consenso anti-Venezuela.

Ante un escenario favorable para los intereses estratégicos de Estados Unidos en la Región, y particularmente sobre Venezuela, los lineamientos de la política exterior para Venezuela estarían orientados a aislarlo y generar consenso necesario en la región ante una eventual intervención armada a Venezuela.

Sanciones Unilaterales: Tal como sugiere el gráfico anterior, una de las herramientas para lograr el consenso, es la aplicación de sanciones unilaterales por parte de Estados Unidos a Venezuela. Dichas sanciones son de distinta índole y se busca lograr un triple impacto: desestabilización interna, sofocar la economía venezolana, y por último, imponer un aislacionismo.

Las medidas unilaterales van desde sanciones económicas a ciudadanos y funcionarios venezolanos, restricciones para el sistema financiero tanto para el gobierno como para PDVSA; y buscan sofocar al gobierno y a la economía del país.

Diplomacia: Dentro de las relaciones internacionales, nada es por casualidad; y para poder divisar las verdaderas intenciones de las distintas acciones políticas se debe leer entre líneas.

Considerando el resurgimiento de la derecha en Latinoamérica y el Caribe, expuesto en párrafos anteriores, no es casual que las relaciones bilaterales y visitas de altos rangos entre Estados Unidos y los distintos países de la región se hayan incrementado. Como resultado, podemos ver la poca actividad en los organismos internacionales creados en el siglo XXI por los países latinoamericanos, marcando un pronunciado retorno del uso de los viejos sistemas de integración, como por ejemplo la OEA, o acciones tales como la suspensión de Venezuela del MERCOSUR por tiempo indefinido.

Las manifestaciones de los presidentes regionales en contra del gobierno de Maduro se han multiplicado. Por otro lado, no parece ser un dato aislado y no es un hecho menor que, por distintos motivos y razones, se haya incrementado de manera significativa la presencia militar estadounidense a través de la rehabilitación y la creación de nuevas bases militares en la región del centro y el sur del continente Americano.

Leyendo entre líneas la siguiente cita de Mike Pompeo, secretario de estado de Estados Unidos, deja entre ver los lineamientos de dichas políticas y la existencia de una campaña diplomática para sumar aliados regionales para el apoyo de futuras medidas.

Teniendo en cuenta que los países desarrollados plantean sus políticas con un anticipo mínimo de 20 años; recordando que Estados Unidos es el país más intervencionista del mundo; valorando la necesidad de crudo pesado de Estados Unidos para sostener su industria; resaltando la escases aparente del recurso para 2067; y analizando el contexto favorable para Estados Unidos en la región, aprovechar la oportunidad de crisis e intervenir con “fines humanitarios” el país con las mayores reservas del mundo en materia petrolera no resulta descabellado.