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Geopolítica de fronteras

Un estudio del impacto de la geografía sobre la política, y viceversa, originaría las estrategias que permitan luchar con éxito contra el narcotráfico

31 de agosto, 2018 - 16:41

Se ha hablado mucho de la “política de fronteras”. Incluso, este Gobierno ha inaugurado una Comisión de Fronteras y, más recientemente, el presidente de un país vecino nos acaba de recordar que no debemos militarizar la que tenemos con él.

Aunque la verdad es que para muchos argentinos progresistas, éstas no sólo no deberían existir, y si así fuera difícilmente se extiendan más allá de la frontera interior conocida como “la Avenida General Paz”.

De hecho, argumentan que las fuerzas federales creadas para custodiarlas –la Gendarmería y la Prefectura–, ya no patrullan La Quiaca, Paso Laurita o la Milla 200, sino Fuerte Apache o Puerto Madero.

Si ya los romanos repetían, hace siglos, aquello de que sus legiones marcaban el espacio de su imperio –uno que empezó a decaer cuando una de ellas, la Guardia Pretoriana se hizo cargo de seleccionar, por medio del asesinato, a sus emperadores– hoy, los argentinos deberíamos preguntarnos sobre los espacios en los que deseamos ejercer el control que nos permita vivir según nuestros propios términos. Vale decir, los que están expresados en el Preámbulo de nuestra Constitución Nacional.

Para empezar por el principio, conviene comenzar por un adecuado marco conceptual, recordando que, en concordancia con su significado etimológico, a la Geopolítica  se le atribuye como objeto de estudio el impacto de la geografía sobre la política, y viceversa. 

También se la considera útil para el diseño de estrategias vinculadas al posicionamiento, al desplazamiento y al empleo de fuerzas en relación a las masas terrestres y a los espacios marítimos circundantes y a su mutua interacción.

Es en este marco que la Geopolítica nos puede aportar dos preguntas fundamentales vinculadas a nuestra situación nacional.

La primera es, siguiendo al fundador de la geopolítica tradicional, Halford Mackinder, explicar qué es un área central de pivote o núcleo. La segunda, cuáles son los peligros geopolíticos que hoy las amenazan a ella.

Vayamos por partes

Para contestar al primer interrogante comencemos recordando que la zona núcleo es aquella que concentra la masa de los recursos humanos y naturales necesarios para el pleno desarrollo de una civilización determinada. A su vez, su ubicación central debe facilitar el dominio por parte de ella sobre las zonas periféricas que la rodean. Parafraseando a Mackinder, podemos decir que “quien gobierna el Núcleo comanda la Periferia y quien comanda la Periferia comanda la Argentina".

Llegado a este punto no hay otra alternativa que interrogarnos y contestarnos sobre cuáles son estos lugares. Para empezar, creemos que es de suyo evidente que nuestro Núcleo es la Pampa húmeda.

La Pampa húmeda, como tal, se caracteriza por ser un terreno de praderas con un régimen de lluvias generoso. Concretamente, comprende a casi la totalidad de la Provincia de Buenos Aires, el sur de la de Santa Fe y de Entre Ríos, el sureste de Córdoba, el oeste de San Luis y el noreste de La Pampa.

Desde el punto de vista de la geografía humana concentra varias de las principales ciudades argentinas, a saber: Buenos Aires, Mar del Plata, Rosario y Santa Fe. Además, desde la perspectiva económica y cultural hace lo propio con las principales industrias y actividades científico-culturales más importantes que se desarrollan en nuestro país.

Su potencia geopolítica estriba en que permite la agricultura intensiva, especialmente de cereales aptos para el consumo humano y/o animal, como la soja, el trigo y el maíz. En este sentido, su importancia pasa a ser global, pues se considera que puede servir para alimentar a una porción importante de la población humana mundial. Y, por ello, se la vincula con la mayor potencia emergente del momento, que es China, a la par que plantea una tensión con su rival, los EE.UU.

Por su parte, la zona de la Periferia contiene a tres regiones, con sus respectivas ciudades principales, que dan acceso a tres espacios concomitantes al Núcleo. La ciudad de Córdoba, que lo hace por los viejos caminos de la “Salta del Tucumán", hacia los espacios del norte. La de Mendoza, que por medio de sus pasos cordilleranos lo hace hacia Chile y a la Cuenca del Pacífico. Y Corrientes, que mediante sus grandes ríos navegables, se vincula con el sur de Brasil y con el Paraguay.

La realidad del narcotráfico

Creemos que la Geografía, por un lado, y la Historia, por el otro, confirman esta caracterización, pues las mismas coinciden con las viejas corrientes colonizadoras usadas por los españoles para ocupar este gran espacio que es la Argentina. 

Fue a través de Córdoba que se accedía a todo el norte, desde Salta hasta el Perú y el Alto Perú. Fue por Mendoza, por su parte, a la que San Martín eligió para preparar a su Ejército Libertador, y Corrientes fue la clave de la Guerra contra el Paraguay.

En forma coincidente con la historia, es hoy el narcotráfico y no el Estado argentino quien mejor aprovecha estas grandes avenidas de aproximación para la expansión de sus actividades.

Fuera de la Periferia, quedan la Patagonia, sus costas y sus mares adyacentes, incluidas nuestras Islas Malvinas con su correspondiente proyección antártica, la que aparece como una región importante, pero con dificultades de conexión con la Periferia y con el Núcleo. 

Una que exige, en consecuencia, el envío de expediciones, cada tanto, para garantizar su control. Como fueron las sucesivas campañas al desierto: la primera a cargo de Hernandarias, la segunda de Juan Manuel de Rosas y la más conocida, la del general Julio A. Roca.

Ubicados geopolíticamente, nos toca, ahora, responder al segundo interrogante, cual es el relacionado a los peligros que nos amenazan.

Para empezar, cabe sostener que  consideradas como espacios en si, las zonas periféricas presentan la peculiaridad de que la del norte es un espacio ocupado y pobre, mientras que el sur es uno vacío y potencialmente rico. Por otro lado, el peligro viene –principalmente– del Norte y –secundariamente– desde el Sur.

Concretamente, en relación al Norte, nos referimos como amenaza principal al narcotráfico que conduce a la cocaína de Bolivia, Perú y Colombia y al Paraguay con su producción de marihuana, que abastecen a nuestro mercado ilícito, mayormente ubicado en los grandes centros urbanos del Núcleo.

Para terminar, luego de este breve pero completo cuadro de situación, nos toca pedir por lo que siempre pedimos. Vale decir, por políticas de Estado y por estrategias que sean dignas de ese nombre y que estén a la altura de la realidad.

El Doctor Emilio Luis Magnaghi es Director del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Nacional Santa Romana. Autor de El momento es ahora y El ABC de la Defensa Nacional.