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Bueyes contra ranas

27 de agosto, 2018 - 11:26

Una vieja y sabia fábula del griego Esopo relata cómo la pelea entre dos grandes bueyes termina perjudicando a dos pequeñas ranas.

Los bueyes de esta historia son los EE.UU. y China, los que se encuentran enzarzados, por lo menos por ahora, en una guerra comercial. Nosotros, la Argentina, somos una de las ranas.

¿Cómo llegamos a este punto?

La cuestión se formaliza en la Conferencia de Helsinki, de julio de este año, cuando los presidentes de los EE.UU y de Rusia acuerdan poner término a la Guerra Fría que venían manteniendo desde fines de la 2da GM.

En forma paralela, el inicio por parte del presidente Donald Trump de una guerra comercial contra China, sumado a la Estrategia del Pivote, anunciada por el expresidente Obama, marcan la decisión de los EE.UU. de elegir a China como su contrincante político principal a nivel global.

Casi dos década atrás, cuando los términos de este enfrentamiento estaban ya planteados, los EE.UU. sufrieron los ataques terroristas del 11S, que lo obligaron a desviar su atención estratégica hacia ese nuevo enemigo.

Vencido, o al menos contenido, ese enemigo no estatal, EE.UU. ha decidido retomar su geopolítica de detener el desafío que representa el crecimiento y la expansión China.

Pero sucede que en el lapso de esas casi dos décadas, China las aprovechó para consolidar sus maniobras geopolíticas. Lo que implica, entre otras, la de asegurarse su provisión de insumos agropecuarios, fundamentalmente la soja, desde la América del Sur, especialmente, desde Brasil y la Argentina.

Como lógica contrapartida, los EE.UU., luego de décadas de indiferencia hacia nuestra región, comienza a mostrar un renovado interés y expresa, explícitamente, que lo hace para contener la penetración china.

En pocas palabras: el escenario está montado y el show debe seguir.