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Acá tampoco funcionará el gradualismo

13 de agosto, 2018 - 21:03

COMENTARIO PREVIO: luego de una interesante charla con amigos, varios de ellos muy calificados y versados sobre nuestra historia y nuestras instituciones jurídicas, empresariales y militares, les resumo el contenido de las conclusiones a las que arribamos. Las mismas no pretenden ser ni optimistas, ni pesimistas, sino -simplemente- realistas.

Empecemos.

Los argentinos desde hace años venimos aprendiendo lecciones de cómo resolver crisis, merced a sufrir una tras otra.

Una enseñanza que nos deja la actualmente en curso es que las recetas gradualistas no funcionan. Por el simple hecho de que nadie, ni el paciente, ni los médicos ni los familiares, toleran una larga agonía cuando se sufre una enfermedad grave.

A la no resuelta y heredada enfermedad económica, se la ha sumado -recientemente- la judicial. Igualmente, ésta, tampoco tolerará -ni el país ni el mundo- una estrategia gradual.

Seguramente nos seguiremos sorprendiendo y regodeando con las escabrosas revelaciones propias de un país caníbal. Y muchos ingenuos seguirán creyendo que esto perjudica solo a una facción política determinada.

Craso error. Argentina es una marca registrada en el Mundo. Ya nos conocen bien. Otros procesos similares en otras tierras nos deberían alertar sobre lo siguiente:

1º) No poner demasiadas esperanzas en los resultados de estos procesos. Recordemos a Italia y su “mani puliti”. Nada serio parece haber cambiado en la península en forma de bota después y luego de un largo camino que incluyó -incluso- el asesinato de magistrados judiciales.

2º) Estos procesos producen recesión económica y problemas de gobernabilidad. Miremos al Brasil de hoy, que pasó de potencia emergente, integrante de los BRICs, a país en emergencia.

Todo lo dicho no implica encubrir a nadie. Pero, tampoco se puede juzgar a todo el mundo en una caza de brujas interminable. El resultado final del proceso tiene que ser, además de castigar a los culpables, el diseño de un sistema administrativo que permita un mejor manejo de los recursos del Estado, especialmente, en lo relacionado con la obra pública.

Para ello, rápidamente habrá que juzgar y condenar a los principales responsables y, cuanto antes, seguir adelante con otros temas, con otras crisis que nos afectan. Como las de la pobreza, la del narcotráfico y, fundamentalmente, la ECONÓMICA.

Tengamos en cuenta que no tenemos ni la potencia económica ni las instituciones -especialmente la judicial y las FF.AA.- de Brasil.