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Crece la cantidad de casos de grooming en Mendoza

Serían 25 los registrados en Mendoza, pero aseguran que las cifras reales son superiores

17 de julio, 2018 - 12:10

El grooming es la acción delictual sobre menores que además de la extorsión, finaliza con pasos letales como el abuso sexual o ser cooptados para la trata. 

En cualquiera de estas modalidades se ha detectado que los groomer, en el último tiempo, obtuvieron ganancias que superan los US$ 2.500 millones.

La cifra de solo 25 casos registrados hasta ahora en nuestra provincia, deja en evidencia una alarmante desidia por parte del Estado sobre un tema que, solo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), hasta el pasado mes de mayo, registró 20.000 denuncias. Esta cifra ya supera la medición anual en 2017.

La excepción en el ámbito local es la vicegobernación, que encaró el tema a través de la Oficina de Relaciones Institucionales. Desde allí se comenzó el trabajo de concientización comunitaria, tras haberse comunicado con la fiscal federal de Cibercrimen, Daniela Dupuy, quien combina, con fuerzas de seguridad federal, acciones que marca el protocolo internacional de la Red 27/4 creada por el FBI, Interpol y organismos contra el ciberdelito. 

Al respecto, El Ciudadano entrevistó a la titular de la Oficina, Silvia Sorichetti, quien opinó que “la tecnología digital es muy buena porque nos agiliza tareas, pero también tiene su problemática. Teniendo en cuenta que niños y adolescentes manejan muy bien esa problemática, porque ellos nacieron en la era digital”.

“Lamentablemente los adultos no hemos tomado en cuenta que allí está abierta la posibilidad para que ellos, nuestros chicos, pueden ser víctimas de abuso a través de las redes sociales”, comentó la funcionaria.

Y agregó que “el grooming es el primer contacto que una persona adulta tiene con un niño para tener un acercamiento de índole sexual, con cuatro etapas bien definidas. Primero el contacto, el segundo es crear la confianza en ese niño como el gran amigo al que se le puede contar todo. Allí ese niño, niña o adolescente deja al descubierto toda su intimidad. La tercera etapa es el pedido de material de índole sexual (fotografías y videos). La cuarta es la extorsión, cuando la víctima no quiere ceder al material que groomer le pide. Esta cuarta etapa también encierra que el adulto pueda hacer contacto con el niño o adolescente para el abuso sexual o para secuestrarlo hacia el mundo de la trata”.

Consultada sobre los datos que arroja este terrible tema en Mendoza, Sorichetti respondió: “Hasta lo que sabemos, se han registrado aquí solo 25 casos. En realidad si hubiera una estadística real, estaríamos hablando de una cifra muy superior a esa”.

La funcionaria aseguró que se está trabajando en clubes, establecimientos educacionales, centros de salud y todo lugar donde se pueda reunir a padres para dar toda la información para prevenir desde la familia.

Otro aspecto de la difusión que ha encarado la vicegobernación mendocina sobre este flagelo, es la promoción del grooming en las unidades de la empresa de colectivos El Cacique. 

Finalmente, Sorichetti marcó algunas pautas para actuar ante una situación de grooming: “Los padres tomar el lugar de la víctima para poder llegar al groomer, ni bloquear la comunicación. Solo hay que hacer una captura de pantalla, continuar con la comunicación y hacer la inmediata denuncia”. 

"Si esos pasos se dan así, se puede llegar al groomer. Hay que hablar con los chicos para que en el medio de sus temores confíen en sus padres y no bloqueen al acosador”, aseguró.

 

¿Qué es Grooming?

El término proviene del inglés "groom" que significa acicalar o cepillar en caso de animales. Sin embargo, según la definición de Wikipedia (la Real Academia Española todavía no ha incluido el término en su diccionario), el "grooming" es "un nuevo tipo de problema relativo a la seguridad de los menores en Internet, consistente en acciones deliberadas por parte de un adulto de cara a establecer lazos de amistad con un niño o niña en Internet, con el objetivo de obtener una satisfacción sexual mediante imágenes eróticas o pornográficas del menor o incluso como preparación para un encuentro sexual".

Las principales dificultades para atajarlo y terminar con él son el anonimato de los delincuentes, la inocencia de los menores y la fácil accesibilidad de Internet. Y es que, a diferencia del ciberacoso, en el "grooming" "el acosador es un adulto y existe una intención sexual".

No se trata de nuevos delitos, sino de antiguas formas de abuso de menores que se han readaptado a los nuevos tiempos y al anonimato de la Red. De hecho, explican, "a pesar de que estas situaciones comienzan en la red, con frecuencia suelen trascender al mundo físico, derivando en delitos tales como el tráfico de pornografía infantil o el abuso físico a menores".

 

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