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Anemias en mascotas

17 de julio, 2018 - 08:25

Con frecuencia oímos hablar de anemia y sabemos que en medicina humana es una dolencia de regular frecuencia al punto que existen médicos especialistas que se dedican a diagnosticar y tratar este padecimiento.

Podemos decir que no es una enfermedad en sí, sino más bien una consecuencia o complicación ya que siempre está vinculada o derivada de una enfermedad subyacente. 

Se define a la anemia como la disminución de la cantidad de glóbulos rojos y/o de los componentes constitutivos de los mismos que hacen posible el transporte de oxigeno. Como enuncia en parte la definición, podemos ver que la función principal de los glóbulos rojos también llamados eritrocitos o hematíes es la de transportar el oxigeno que capturan en los pulmones y para luego distribuirlo por todo el organismo.

 

Consecuencias y síntomas

Los signos de la anemia son a menudo inespecíficos y dependen en cierto modo de la severidad de la misma. Los casos más crónicos y leves suelen pasar desapercibidos por los propietarios, pero los casos severos y sobre todo de aparición aguda, tienen síntomas muy marcados como debilidad, fatiga, agitación, apatía, disminución del apetito e intolerancia al ejercicio.

En los casos en extremo graves aparece la debilidad extrema o inmovilizante, soplos cardiacos y síncopes.

 

Causas de anemia

Podemos comentar de manera didáctica que existen tres grandes razones por las cuales un animal desarrolla anemia y si bien inciden directa o indirectamente varios factores o desordenes para que ocurra, podemos resumir en que o existe un déficit en la producción, una destrucción de los mismos  o simplemente por pérdidas de sangre.

Al hablar de déficit de producción nos referimos a la incapacidad de la fábrica de eritrocitos de generar nuevas células que repongan el constante recambio celular que existe en todo organismo. La fábrica de glóbulos rojos se encuentra preponderantemente en la médula ósea de los huesos largos y con un aporte menos importante de órganos como el bazo y el hígado.

La medula ósea debe estar sana y contar con el sustrato necesario de hierro, proteínas y vitaminas para formar eritrocitos y sobre todo contar con un aporte fundamental de un hormona producida por el riñón que es la que marca el ritmo de producción de los mismos. Por lo tanto enfermedades que asienten directamente en la médula ósea como cáncer, procesos inflamatorios crónicos, por acción algunos fármacos, déficits de hierro, proteínas y vitaminas o afecciones renales que afecten la producción de hormonas generarán inexorablemente anemia.

Existen otros procesos morbosos que afectan la producción eritrocitaria como algunos trastornos inmunológicos, metabólicos como el hipotiroidismo, o enfermedades virales sobre todo en felinos, con enfermedades  como el SIDA felino y la leucemia.

Al hablar pérdidas es fácil comprender que las hemorragias produzcan anemia aunque en ocasiones las hemorragias internas dentro de cavidades o por sangrado digestivo, resultan difícil de diagnosticar.

Las lesiones de grandes vasos generan mucha pérdida de sangre pero en ocasiones enfermedades infecciosas, parasitarias, oncológicas, inmunológicas o intoxicaciones afectan los mecanismos de coagulación y se producen múltiples hemorragias internas generalizadas no necesariamente evidentes para el propietario o el médico veterinario.

La destrucción de glóbulos rojos con cierta frecuencia se produce por efecto directo de parásitos hemáticos trasmitidos por garrapatas y por la misma acción del sistema inmune al tratar de eliminarlos. A este proceso se lo denomina hemólisis.

Dentro de las enfermedades que generan destrucción de hematíes están las afecciones del bazo ya que este órgano en estado de salud es el encargado de destruir los glóbulos anormales o viejos y cuando su estructura se encuentra afectada por cáncer y otras anomalías, comienza a destruir sistemáticamente glóbulos sanos.

 

Tratamientos

Como en todos los casos el mejor tratamiento consiste en identificar y eliminar la causa que la produce anemia y ayudar al paciente a reponer los glóbulos y sus componentes con aportes específicos para cada caso.

Es común que luego de tratar la causa en los casos que exista esa posibilidad, el aporte extraordinario de una dieta apropiada y la suplementación de ácido fólico y hierro resulta fundamental para la recuperación.

Los casos que ameritan pueden ser apoyados con el uso de anabólicos y hormonas promotoras de la génesis de eritrocitos como en los casos de anemias por insuficiencia renal.

Las anemias que comprometen la vida deben ser tratadas con transfusiones de sangre entera obtenida preferentemente de un dador compatible, aunque muy a menudo en veterinaria se realiza la primera transfusión sin tipificar tipo de sangre y se toleran sin mayores inconvenientes.