|07/05/18 07:21 AM

Cuando se denuncia borocotización por despecho

07 de mayo, 2018 - 07:22

Sonó fuerte y perturbadora la acusación pública que lanzaba en el aire de Estudio 91.7 el diputado Mario Vadillo (Protectora-PI) sobre que el bloque de senadores de la intransigencia se había “partido”, apuntando como responsable directo al propio gobernador Alfredo Cornejo. Una acción, que al decir del flamante legislador, se había repetido con los partidos demócratas y justicialista en ambas cámaras del poder legislativo mendocino.

Una de las cabezas fundadoras de Protectora fue más allá en sus dichos, expresando que el  mandatario estaba dividiendo a los partidos de la oposición con dádivas y cargos. Una dura acusación que fue expresada con total seguridad de su grave contenido, mas no se sabe si con la responsable consciencia de que había llevado al propio mandatario hacia ese cono de sombra de la nociva corrupción que mucho daño le hizo (¿hace?) a las instituciones de la Nación.

Profundizando el enojo del diputado Vadillo, se pudo saber que las huestes del Partido Intransigente vieron con el ceño fruncido fotos del flamante senador Héctor Bonarrico junto a Cornejo. Cuestión que al mismo tiempo adhirieron a duras expresiones del pastor devenido en legislador contra José Luis Ramón. Las mismas fueron al diario digital Somos, donde habría dejado muy mal parada a la otra cabeza de la entidad que defiende a los consumidores, resaltando que él (Ramón) pelea, miente y falsea en sus actos”. El ejemplo de Bonarrico con su munición gruesa hacia el actual diputado nacional fue más allá expresando que “prometió que iba a bajar la luz y el gas y no lo ha cumplido. Entonces, una cosa es una propuesta a largo plazo y otra cosa es una propuesta de mentira”, lanzó sin anestesia el hombre que llegó a ocupar una banca en el Poder Legislativo con el PI detrás del discurso de Protectora.

Es de entender entonces el enojo de los dirigentes que rodean a Ramón. No así la verborragia utilizada para exteriorizar su enojo hablando de cooptación de un dirigente del PI por parte del Gobernador con cargos, dádivas y otros elementos oscuros. No porque sea incorrecto denunciarlo, por el contrario, se debe hacer sea quien sea. Lo denunciado puede o no ser verdad si hay elementos para demostrarlo. Mucho más si se amplía la denuncia involucrando a demócratas y peronistas. En ese caso se debe conocer que ambos tuvieron episodios totalmente diferentes en su relación con el Gobernador. Aunque quizá los intransigentes no conozcan la historia pública y la oculta de lo sucedido y cómo se dieron los hechos.

ero lo que no se debe hacer es transformarse en denunciadores seriales sin fundamentos documentados de lo que se está denunciando, so pena de perder credibilidad en la palabra. Ese bien tan preciado ante un ciudadano que está muy golpeado con mentiras tras mentiras de parte de una dirigencia política que, sin escrúpulos, alcanza sus objetivos bajo cualquier premisa, camino o dialecto.

Vadillo y el resto de legisladores y dirigentes de esta suerte de nueva entidad política dentro del tradicional Partido Intransigente están haciendo sus primeros pasos en las ligas mayores de la política provincial y nacional. Y si bien sus métodos innovadores para transmitir ideas a la gente como lo hicieron y hacen con la ONG Protectora son válidos, no significa que en el terreno de la política se pueda utilizar la misma semántica. Allí deberían fortalecer esa imagen de diferentes con los que la gente los apoyó con el sufragio, pero con expresiones firmes, seguras, con contenido, ajustados a la verdad y a la probalidad de alcanzar lo comprometido. De lo contrario se transformarían a corto plazo en más de lo mismo del espectro político y rápidamente sucumbirían en el fango de la política donde la misma gente se encarga de depositarlos.

El raro comportamiento de Bonarrico, apenas asumió la banca del Senado provincial, no se puede demostrar. Pero el hombre va camino a demostrar una vez más que la borocotización de la política es posible. Por consiguiente hace que se retome el añejo y no menos aclarado debate de que “a quién le pertenece la banca, si al elegido o al partido por el cual fue elegido”. Una inaceptable imagen en la que se defrauda una vez más aquel ciudadano que sufragó para que se lo represente bajo la propuesta de la que creyó para sus legítimos intereses y derechos.

Y así estamos con una entidad que tuvo fuerza electoral para barrer al tradicional Partido Demócrata y a aquella izquierda que tuvo años de gloria. La primera Organización No Gubernamental que llega a un poder del Estado de la mano de un respetado Partido Intransigente con el compromiso de defender a los ciudadanos de los abusos en los servicios públicos. Una propuesta que en esta golpeada Argentina es válida, necesaria y oportuna. Sin embargo, todo esto bajo de escalones ante el oportunismo de un dirigente que utilizó un camuflaje de defensor para luego demostrar que es depredador para sus propios intereses. Y una dirigencia que por despecho puede afirmar cosas que en la oscuridad de la política tienen un asidero no documentado.

Patético e inaceptable. Como para que el ciudadano siga esperando las buenas y claras señales que le adeuda la política mendocina.

Daniel Gallardo – Periodista de medios del Grupo Cooperativa