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Nos robaron la pasión

Era la final histórica, entre River y Boca. Iba a quedar en la retina de los hinchas para el resto de sus vidas. Finalmente, los españoles se darán el lujo de decir “la final se jugó acá"

05 de diciembre, 2018 - 17:32

Estaba todo dado para que se defina en el Monumental. El operativo de Seguridad falló. No estuvo a la altura de las circunstancias. Fallaron el Ministerio de Justicia y Seguridad y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

La AFA tiene gran responsabilidad en todo lo que sucedió. Hace tiempo que no trabaja para combatir las barras bravas que se mueven por las canchas como si fueran el patio de su casa. Hacen y deshacen lo que quieren, dentro y fuera de los estadios. 

Los que asistimos todos los fines de semana a trabajar a las canchas, sabemos que estos individuos, que no sienten la pasión por el fútbol, tienen un circuito paralelo de entradas. Se transforman en trapitos los días de partidos. Manejan los puestos de comida. Y ahora, se dan el gusto de derribar el operativo de seguridad montado por la policía local que no pudo custodiar el micro que trasladó al plantel de Boca. Esto provocó que los jugadores sufrieran agresiones llegando al Monumental y que el partido no pueda disputarse allí. 

La Conmebol no tuvo mejor idea que trasladar la Megafinal de dos equipos argentinos al Santiago Bernabéu. Los dirigentes tienen que saber que 66 mil hinchas millonarios fueron perjudicados por 20 inadaptados que no son simpatizantes genuinos, sino que en lugar de mirar el partido en las tribunas le dan la espalda a la pelotita parados en el paravalancha.

Con esta decisión de disputarla en España, nos robaron la pasión por lo que representa un River vs. Boca en el fútbol argentino. 

La Libertadores se desarrolló durante el 2018 en Sudamérica. Se conocerá al campeón en Europa. Se jugará el domingo 9 de diciembre a las 16.30, hora de nuestro país. Este partido no tiene gusto a final de Copa. Es más, parece más un amistoso que se jugará en España para recaudar plata que una final del torneo más importante de nuestro continente. A partir de ahora, debería llamarse Copa Conquistadores de América.

Es insólito que se juegue la revancha en el Santiago Bernabéu. Los presidentes de Boca, Daniel Angelici, y el de River, Rodolfo D´Onofrio, no pudieron torcer la decisión que tomó Alejandro Domínguez, mandamás de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol). 

No son cabezas lucidas los de la Conmebol. Adjudicaron una sede española para la final de la Copa Libertadores de AMÉRICA. Otro papelón de la confederación sudamericana como para mantener su bochornosa imagen organizativa mostrada durante este año. 

Hay que remarcar que en mayo pasado se jugó la Superfinal entre Boca y River en el Estadio Malvinas Argentinas. La organización montó un operativo de seguridad muy bueno que dio las garantías suficientes para que se desarrolle con normalidad. 

Remarco este antecedente porque nadie pensó en Mendoza para que se juegue la segundad final. En ningún momento, la Conmebol reconsideró la posibilidad de que la final se dispute en un escenario argentino, fuera del Monumental.  

Es triste pero real. Madrid será escenario del River vs. Boca que tendrá en vilo al país, más allá de que esta final no tendrá el mismo gusto, un gusto amargo, de que sí se hubiera disputado en Buenos Aires. Se jugará con otro clima, con otro folclore, con otras reglas que las que se habían establecido al comienzo de la edición 2018.

Se rompe la tradición de los River-Boca. Se cambió el ambiente del Monumental por el glamour del Bernabéu. A la hamburguesa por el bocadillo.A la gaseosa por la cerveza.

La sensación es tan fea como detestable. Es como si te arrancarán el corazón al ver que se llevan el partido de todos los sueños a la Casa Blanca. Hay mucha bronca, porque se trasladó la final al exterior. Indignación, porque no se pudo organizar en nuestro país. Tristeza, de observar que la Libertadores de América se definirá en el continente europeo. Enojo, por no buscar otro escenario argentino para dicha final. Dolor, porque nos robaron la final. Envidia, porque no estamos capacitados para organizar dicho partido y en otras ciudades sí están las condiciones dadas para llevarla a cabo.

Europa se lleva la Libertadores, el partido que todo el continente siempre deseó. Cruzar el océano atlántico nunca fue tan doloroso. Ya nada será igual…