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Los bandoleros de Ciccone excarcelados, ¿son presos políticos?

Todos los personajes involucrados en el caso Ciccone Calcográfica son marginales protegidos por una política pestilente y oscura

17 de diciembre, 2018 - 07:19

La capacidad de sorpresa de la golpeada sociedad argentina está a prueba de todo. Sucesos acaecidos por estos días lo demuestran. Algo que se inicia cuando manso como oscura agua de estanque y con la misma cínica expresión, Amado Boudou salió del presidio donde cumple condena de seis años con el beneficio de excarcelación y dijo que, como no se puede demostrar nada en su contra (¿?) se lo deja en libertad.

Inmediatamente arremetió contra los Poderes Ejecutivo y Judicial diciendo que es un preso político como el resto de sus compañeros que están detenidos en distintos penales de la nación. Refiriéndose, obviamente, a exfuncionarios y empresarios ligados a la millonaria estafa al país producida durante la administración kirchnerista.

A las pocas horas de su excarcelación sucedió lo mismo con su socio en grandes maniobras fraudulentas contra el Estado, José María Núñez Carmona, aunque éste último no emitió ninguna palabra.

La verdadera historia de estos delincuentes institucionales es que ambos pagaron una fianza de $1 millón y se les colocó una tobillera magnética, no pueden salir del país y tienen limitadas muchas cuestiones de su vida.

Los dos están sentenciados a cumplir penas de seis años (Boudou) y cinco años y seis meses de prisión (Núñez Carmona) por haber sido encontrados culpables de cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública en la causa Ciccone Calcográfica. Como la sentencia fue apelada inmediatamente, los abogados defensores de ambos lograron que fueran excarcelados hasta que el juzgamiento quede firme.

En el medio y como dato no menor, se está instrumentando el segundo juicio por la causa Ciccone, que indicaría que la libertad que hoy tienen está más que comprometida.

Pero por lo visto esto poco y nada les importa. Son marginales que viven en el halo protector de una política pestilente y oscura. El mismo costado desde donde deben haber sacado el millón de pesos para logar su excarcelación. Cifra que le muestra a la gente que estos tipos se hicieron con parte de aproximadamente $21.400 millones que implicó esa primera acción de fabricar billetes de $20, una vez concretada la operación mafiosa de tener Ciccone Calcográfica.

Montos que fueron aglutinados en sus alforjas de ladrones y que hoy les sirve para pagar excarcelaciones y seguir pasándola a lo grande. Riéndose de la gente, de las instituciones del país y de la justicia. Esta última, que por un lado muestra valiente actitud ajustada a derecho pase lo que pase y pese a quien le pese.

Sin embargo también tiene ese otro costado que, congratulado con el aparato del kirchnerismo todavía activo, le dicen al ciudadano que el Poder Judicial está acondicionado, presionado y manipulado por la derecha gobernante para que las cárceles del país estén repletas de presos políticos.

La gente hoy más que nunca debe, puede y tiene que sostener la memoria colectiva. Es cierto que la Nación no está bien, la pobreza creció y a ella se agregan millones de conciudadanos. Un inmerecido combo de inapropiadas y desacertadas políticas económicas y financieras que ha implementado el actual Gobierno.

Pero el ciudadano no debe olvidar que muchos de quienes hoy señalan esos errores del Gobierno fueron parte de los comensales de esa gran fiesta que maltrató impunemente los bienes de la Argentina. Esos mismos que desfilan en los tribunales procesados y esperando ser juzgados por lo que le hicieron al país.

Todos ellos no son políticos perseguidos o encarcelados. No fueron ni serán procesados y encarcelados por su pensamiento ideológico. Son delincuentes con pedido de captura y procesos judiciales por corrupción.

Una cosa más, para no olvidar: el tal Amado Boudou fue parte de las tantas bocas de ilícitos que utilizó el cerebro mafioso del kirchnerismo. Como premio a eso fue ungido vicepresidente de la Nación, así calzaba impunidad por el trabajo realizado.

Núñez Carmona, un busca devenido a empresario que se conchabó con su amigo de oscuros caminos, Boudou, por millones en la ruleta oscura del poder; Alejandro Vandenbroele, un aceitado testaferro de ambos; Gildo Insfrán, Ricardo Echegaray y otros, constituyen aquellos políticos con dudoso poder en el país, suficiente para apalancar las  maniobras fraudulentas por las que el hoy excarcelado Boudou deberá responder en los estrados judiciales.

No por preso político, sino como delincuente procesado. Claro y sin eufemismo alguno.