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Mundo fútbol, el espejo en el que no queremos mirarnos

26 de noviembre, 2018 - 11:26

Como nos sucede en la vida real, en ocasiones, los espejos nos devuelven una imagen nuestra que no nos gusta. Tal parece ser el caso con las idas y vueltas en la frustrada realización del denominado superclásico en el marco de la Copa Libertadores de América.

En este sentido, vimos hinchas de una parcialidad apedrear al micro que llevaba al equipo contrario. Como si fuera poco, también, vimos a una madre ocultar pirotecnia en el cuerpo de uno de sus hijos.

Pero con lo terrible que todo esto parece ser, no es lo peor que nos sucedió.

Todo empezó con la idea de nuestro Presidente de querer jugar este partido con la hinchada visitante, demostrándonos poseer un optimismo digno de mejor causa.

Luego, los ministros de Seguridad, tanto de la Nación como de la Ciudad, rivalizaron en su impericia para garantizar su seguridad.

Tampoco los respectivos presidentes de los equipos participantes se sustrajeron de las enseñanzas de un florentino que había anticipado, hace siglos, que el fin justifica los medios.

Finalmente, los que debían jugarlo optaron por maximizar sus lesiones, demostrando poco de aquello conocido como la garra deportiva.

Pero, ¿es todo lo que la imagen nos dice? Obviamente que no.

Como una persona enferma que se mira en el espejo lo intuye, sabe que hay causas profundas para su mal aspecto.

En este caso son pocas, pero contundentes. A saber:

Primero: La prédica socialdemócrata contra toda forma de autoridad y uso legítimo de la fuerza para mantener el orden que nos infecta desde hace varias décadas. 

Segundo: La colusión de múltiples negocios (entradas, trapitos, droga, comida, merchandasing, compraventa de jugadores, etc) entre la dirigencia de los clubes, los barrabravas, el narcotráfico y los políticos y la policía corrupta que los permite.

Lo bueno de todo esto es que la imagen, a la gran mayoría de los argentinos, no nos gustó. Y tal como esa persona enferma podemos decidirnos y a hacer la vida sana que nos devuelva, tanto la salud como la imagen que nos merecemos.