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El as bajo la manga de Guillermo

Por Redacción

20 de noviembre, 2018 - 15:13

La final de la Copa Libertadores será el sábado que viene en el Monumental. Se definirá como una partida de truco. Boca apostará a la carta más influyente y ganadora de su plantel. Un as bajo la manga como táctica para silenciar el Monumental. Se llama Carlos Tevez, quien ostenta 26 títulos en su haber. Es el segundo argentino más ganador, detrás de Lionel Messi con 35.

El jugador “del Pueblo”, como fue definido en su momento, le puede inyectar al equipo verticalidad, despliegue por todo el frente de ataque y poder en ofensiva. Además, de pases filtrados entre líneas para habilitar a Wanchope Ábila. Puede asumir el rol de líder dentro del campo de juego y ser la conexión entre los mediocampistas y delanteros.

En una final como ésta pesa mucho lo emocional. Su personalidad, madurez y liderazgo, su pasado como campeón de Libertadores y totalmente identificado con la camiseta azul y oro, parecen jugar un papel especial para ser el encargado de ponerse el equipo al hombro.

La relación Tevez-Guillermo mejoró en los últimos meses. Había tocado fondo en la previa al choque ante Huracán por la tercera fecha de la Superliga. Para ese partido, el exJuventus no fue parte del equipo alternativo ni fue citado para ir al banco de suplentes. Ante este panorama, le planteo al director técnico su no convocatoria y la relación se rompió.

El director técnico adujó que el Apache arrastraba irregularidad y bajo rendimiento. Con el correr de los partidos, tuvieron una charla para limar asperezas por el bien común de ambos y la relación se fue acomodando. No estuvieron peleados, sí distanciados, aunque siempre mantuvieron una relación de respeto.

Guillermo volvería apostar por Tevez desde su personalidad y sabiendo que el número 23 regresó a Boca para ser campeón de la Libertadores. Es un jugador que en los últimos partidos no rindió como titular, salvo el sábado pasado ante Patronato por la Superliga, pero fue determinante entrando en el segundo tiempo.

La influencia de Tevez puede ser vital desde lo anímico por el peso específico de su apellido. Sí hay algo que le aporta al equipo es su presencia antidepresiva. Un aporte psíquico que fortalece al equipo, contagia persistencia y obligaría a Gallardo a planear su estrategia de otra manera, con el asterisco de tener a Tevez en la vereda de enfrente.

Respetado por los amantes del fútbol, admirado por sus colegas y querido por sus hinchas, Tevez tendrá la posibilidad de cumplir el objetivo que lo devolvió a Boca: ganar la Séptima Libertadores.

Tevez asumirá la presión y la responsabilidad de lo que está en juego. De este tipo de finales esta curtido. Un dato no menor para justificar su presencia sería que es el único de los 22 protagonistas que ganó una Champions Legue con el Manchester United en 2008 (también obtuvo el Mundial de Clubes) y una Copa Libertadores con el Xenezie en el 2003.

El Apache no tiene miedo de jugar de visitante, menos en un estadio donde marcó historia. Como en aquella noche épica del 17 de junio de 2004 cuando Carlos Bianchi lo mandó al campo de juego, marcó un gol sobre la hora y Boca avanzó a la final de la Libertadores a través de los penales.

Él durante la semana previa a la final expresó su deseo de jugar la revancha, a la que la definió como “mi final más importante. Hay que estar a la altura, no por mí, sino por el club, por Boca. Mi vuelta anterior había sido por mí, esta vez es por la gloria del club”.

Tevez sabe que podría la última final de su estupenda carrera profesional. Y el incentivo es doble, mayor. En Boca todas las cartas están puestas en él, ya sea de titular o ingresando cuando el técnico lo decida. Guillermo tiene un as bajo la manga para utilizar en la última partida de truco que le queda para ser campeón de Sudamérica.