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EL PODER - CAPITULO 2018 | El nuevo amanecer de glorias olvidadas

¿Qué va a pasar con el tratado de desarme nuclear firmado por los Estados Unidos y la ex Unión de República Socialistas Soviéticas?

24 de octubre, 2018 - 19:11

Una vez más, la historia que parece no tener calma y mucho menos un desenlace, la relación entre los Estados Unidos y Rusia, que siempre pende de un hilo, está en peligro. Cada vez que alguna pequeña situación se presenta entre estos dos gigantes, crecen como las más hermosas flores de la primavera el temor ante un nuevo conflicto.

La lucha constante de poder entre estas dos naciones nos ha llevado a estar alerta ante cada movimiento que realicen en el tablero internacional. Es por esto que el sábado 20 de noviembre escuchamos con asombro al presidente Donald Trump anunciar que su país rescindirá el tratado nuclear firmado en el año 1987 con la ex Unión Soviética, donde se comprometían ambas partes a destruir por completo sus misiles nucleares de corto y medio alcance.

Esta medida fue tomada después de que el mandatario estadounidense se jactara de que su par ruso violaba el acuerdo desde hace tiempo, y que no iban a permitir dejarles realizar armamento que ellos no pueden; agregando que “Vamos a ser inteligentes, no desarrollaremos esas armas, pero si Rusia y China lo hacen, es inaceptable”. El vice ministro ruso, Serguei Riabkov, explicó y acusó a Estados Unidos de actuar torpe y toscamente por retirarse unilateralmente de acuerdos internacionales.

Por otra parte, Dmitri Peskov, vocero presidencial, sostuvo que Estados Unidos no tiene razón alguna para acusar a Rusia de violar el tratado, y que probablemente este buscando ocultar sus propias infracciones del pacto. También advirtió que la salida de Washington del pacto podría dar inicio a una carrera armamentística. Estos conflictos no son algo reciente. En el año 2014, el por entonces presidente Barack Obama acusó a Rusia de violar el pacto nuclear después de que, supuestamente, probaran un misil crucero lanzado desde tierra.

Ambas posturas se encuentran a la defensiva. Por una parte, la federación rusa poco ha dicho sobre su nuevo misil (Novator 9M729, más conocido por la OTAN como SSC-8). Por otro lado, podríamos sospechar que esta decisión estadounidense está motivada por un sueño de un mundo unipolar como lo llamaron desde el sector ruso.

El vocero ruso explicó que EEUU. se retiró del tratado de ABM (tratado de misiles antibalísticos) en 2002, abandona el INF (tratado de fuerzas nucleares) y no desea extender START (tratado de reducción de las armas estratégicas); el mundo podría encontrarse en la zona cero, “el punto de partida de la crisis de los misiles”.

Como era de esperarse, la noticia no fue recibida con buenos ojos en el viejo continente,  ya que abandonar un tratado de armas nucleares puede ser más peligroso que incumplirlo. Pero fundamentalmente, porque abre el lugar a mayores divisiones en el continente. Estas divisiones pueden mellar las relaciones dentro de la OTAN y permitir que los Estados “iliberales” se acerquen aún más a Rusia.

El que apareció también en escena fue China, quien manifiesta la disconformidad con la decisión de Trump de retirarse del tratado. Desde el este asiático sostienen que esta retirada tendrá un efecto negativo multilateral. Por su parte, Estados Unidos acusa a este país de beneficiarse de la violación del tratado por parte de Rusia. China entra en escena aquí por su avanzada en las islas Spratly, en disputa con varios países, y la desestabilización de la zona. Este es un factor fundamental para la revisión del tratado.

La historia nos ha demostrado, que, a pesar de los múltiples esfuerzos a través de los años, pasando por los distintos mandatarios, entre estas dos potencias siempre queda algo de pólvora sin mojar. La carrera armamentística que sostienen hace tantas décadas parece ser muchas veces una lucha de egos que parece no terminar y que mantiene alerta al mundo. Lejos estamos de conocer el desenlace de este nuevo capitulo entre ambas naciones, ¿Hasta cuándo?