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VINO EN LATA: el INV aprobó su comercialización y competirá contra la cerveza

El vino busca reivindicar su consumo en los argentinos a través de una estrategia basada en un cambio de envase para su venta. Bodegueros, creen que podría funcionar. El objetivo es quitarle clientes a la cerveza

22 de octubre, 2018 - 23:35

Este lunes se publicó en el Boletín Oficial de la Nación, la iniciativa que habilita definitivamente a las bodegas argentinas a comercializar vinos en envases de acero inoxidable.

Ahora el vino se podrá vender también en latas o “tanquecitos” de hasta 50 litros, como lo hace la bebida alcohólica con la que busca disputarse el mercado, la cerveza.

De esta manera el INV, vino a dar respuesta a una demanda que se había acrecentado y que tenía a muchas y diversas firmas bodegueras en vilo, en cuanto a soluciones para competir con el mercado “monstruoso” de la cerveza, que ha marginado al vino casi en un nivel histórico, más adelante repasaremos las cifras al respecto.

La comercialización de cerveza en lata tiene unas cuantas décadas pero en los últimos tiempos ha aumentado notablemente este tipo de consumo, incluso más que el de la birra en botella de vidrio, el histórico envase de venta de esta bebida. Por eso, el vino, buscando hacerse de una porción de mercado de consumidores “lateros”, podrá ahora ofrecer diversas soluciones en tamaños, como 330 ml, 500 ml, etc, como ofrece justamente el mercado la cerveza.

Según cifras que maneja la industria vitivinícola, el boom de la venta de cerveza se produjo entre 1997 y el 2017. A fines de los años 90´se consumían, según explicaron, 40 litros de vino per cápita por año contra 37 litros de cerveza. Las cifras “doradas” aumentaron exponencialmente al tiempo que las “borravino” decrecieron notablemente, ya en el 2017 se hizo público el dato de que el consumo anual per cápita de la bebida de zumo de uva fermentado, bajó a 20 litros per cápita y la de la cerveza aumentó a 42 litros.

En el Viejo Continente el consumo de vino en lata es una realidad desde hace tiempo y las ventas en el 2012, eran de U$S 2 millones mientras que en el 2016 aumentaron a U$S 15 millones.

Referentes bodegueros, coinciden en que la idea es original y que puede causar un nuevo impacto en consumidores jóvenes, sobre todo en el público que habitualmente realiza salidas nocturnas pero sin descuidar las demandas de por ejemplo, parejas o "familias reunidas el día domingo".

El sector bodeguero aduce que para el consumidor de vino y cerveza, este último termina ganando en las ventas ya que la lata, a $25 o $30 (precio de referencia promedio) termina siendo una opción que desde lo económico deja al vino fuera de cancha, cuestión que a partir de esta nueva normativa podría cambiar.

Se espera que en el corto plazo haya en las góndolas de supermercados diversas latas de tamaños variados, con el logo de clásicas bodegas y otras no tanto pero que en definitiva buscarán juntas, hacerle frente al mercado “birrero” y reivindicar al vino, no sólo como la más nobles de las bebidas, sino ahora también como versátil, práctica, "chic", ligera o económica según sea el caso.

Lo que hay detrás de las fotos del vino en lata para tratar este tema

 

Cabe destacar que la lata de vino es el “caballito de batalla” o la imagen más polémica y aguerrida que puede tener este tipo venta de zumo de uva fermentado, pero lo que en realidad se haría mucho más frecuente, es que es que haya vino “tirado” en las barras de bares o boliches o que se vendan los tanquecitos con la canilla para que una vez servido en la copa o jarra, el líquido que está dentro del envase de acero inoxidable (según sea su consumo y cuidado) no tenga contacto con el aire y su oxidación sea casi inexistente, por lo que cada copa servida transmitiría el sabor de una botella o tetra brik recién abierto.

En fondo el "bouquet" de esta nueva estrategia parece empezar a abrir camino para despedir a la damajuana y probar con algo distinto al tetra brick, que no terminó de dar los resultados esperados por "problemas de imagen". También cabe recordar que los mismos que se encargaron de intrincar el disfrute de los vinos con maridajes específicos, aromas hiper complejos, momentos puntuales y toda la rosca "fashion" y "chic", son los que ahora buscan quitarle todos esos recovecos y hacer su consumo más relajado, frecuente y espontáneo. Todo bien mientras el precio acompañe, sino la cuestión podría permanecer, no sólo estática para estos "caldos" sino que la cerveza les sacaría más ventaja de la que le lleva.

¿Funcionará esta nueva estrategia de venta?