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El presidente de la Primera Junta en Mendoza

22 de octubre, 2018 - 16:23

Poco se conoce que don Cornelio Saavedra fue confinado a Cuyo y que vivió un tiempo  en Mendoza y también en la provincia de San Juan.

Como muchos patriotas, el expresidente de la Primera Junta formada en Mayo de 1810 sufrió su destierro junto a su familia.

La Primera Junta reunida en pleno.

Tardó varios años en revindicar su figura como un patriota, ya que por mucho tiempo sus adversarios políticos lo degradaron y lo llevaron al exilio. Conozcamos un poco más de su vida en Cuyo.

Condenado al exilio

Después del desastre de Huaqui, batalla entre los patriotas y realistas producida en junio 1811, Cornelio Saavedra, presidente de la Junta Grande, partió desde Buenos Aires hacia el Norte para hacerse cargo del diezmado ejército.

El desastre de la batalle de Huaqui, en 1811.

En Buenos Aires, y al saber que el militar se encontraba de viaje, algunos patriotas se reunieron y disolvieron el gobierno denominado Junta Grande y se formó uno nuevo, al que llamaron Triunvirato.

En diciembre de ese año, se produjo en la capital metropolitana un levantamiento del Regimiento de Patricios para reclamar el regreso de Saavedra y la renuncia de Belgrano, en el llamado Motín de las Trenzas, lo que luego terminó en una fatal revuelta entre los amotinados.

El Triunvirato ordenó al ex presidente de la Junta Grande que desde Salta se trasladara a San Juan. 

En varias ocasiones el gobierno intentó ponerlo preso a Saavedra, pero siempre pudo esquivar la cárcel pero no así su exilio. Fue así que el patriota de origen boliviano, llegó a Cuyo y se afincó en Mendoza.

Una imagen de la Mendoza antigua.

Entre Mendoza y San Juan

Cornelio Saavedra, llegó a Mendoza y estuvo unos meses para luego pasar a la ciudad de San Juan. En nuestra provincia, estuvo alojado en Luján por un tiempo bajo estricta vigilancia, y luego viajó hacia la capital sanjuanina para pasar a encontrarse con su esposa, Saturnina Otárola, y sus hijos.

Todos se establecieron muy lejos de la ciudad sanjuanina, más precisamente en un inhóspito lugar llamado Colangüil, ubicado a 5.200 metros de altura, en plena plena cordillera de los Andes.

Su casa era un rancho con paredes de barro apisonado y techo a dos aguas sobre la armadura de ramas. Humilde y baja.

Además de su familia, la única compañía de Saavedra en Colangüil fue un peón. En sus Memorias anotó que allí "cuando iba a comprar carne tardaba tres días, en los que no tenía más compañía que la de los leones y guanacos que abundan en aquellas soledades".

Aquel lugar en donde se hospedó pertenecía a una antigua familia de apellido Montaño, la que se comprometió a cuidarlos de cualquier peligro.

El cruce de los Andes

En 1814 el Director Supremo Gervasio Antonio de Posadas viajó hacia la capital chilena. En octubre de ese año, los patriotas fueron vencidos en Rancagua y con ello se produjo el éxodo hacia Mendoza por el camino de la cumbre.

Casi un millar de hombres cruzaron la cordillera para poder refugiarse de la persecución realista. Entre ellos estaba Saavedra, quien venía junto al entonces diputado por Buenos Aires doctor Juan José Paso y el teniente coronel Juan Gregorio de Las Heras.

En Uspallata fueron recibido por el gobernador de Cuyo, el entonces coronel mayor José de San Martín, y posteriormente alojados en la ciudad de Mendoza.

El patriota de Mayo regresó con su familia a San Juan y luego de un tiempo volvió a Buenos Aires.

Regreso con gloria

En 1818, y gracias a la intervención del Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón, el héroe de Mayo fue reivindicado con el grado de brigadier general de Ejército.

Luego asumió el cargo de comandante de la Guardia de Luján, en Buenos Aires, y tuvo otras importantes participaciones referente a lo militar.

Cuando se produjo la "anarquía del Año XX”, el militar se exilió en Montevideo, pero un año después regresó a Buenos Aires en donde se estableció hasta su muerte, ocurrida el 29 de marzo de 1829.