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Caso Khashoggi: ¿un nuevo conflicto internacional en puerta?

El rastro del periodista crítico del régimen saudí se perdió hace dos semanas. Esto abrió una nueva crisis diplomática entre Ankara, Riad y Washington

18 de octubre, 2018 - 12:51

A la ya intricada paleta de conflictos internacionales probablemente debamos sumarle un nuevo capítulo. Jamal Khashoggi, un conocido periodista saudí y crítico de las nuevas autoridades de Arabia Saudita, desapareció el 2 de octubre tras ingresar al Consulado General de Arabia Saudita en Estambul, Turquía. El reino señala que el periodista salió del Consulado poco después de ingresar. Sin embargo, las autoridades locales reclaman a Arabia Saudita por su paradero ya que no hay evidencia alguna de aquello y se inclinan a pensar que fue asesinado dentro de sus confines. La única testigo de la postura turca es la novia del periodista, quien lo esperó en vano fuera del edificio.

El periodista Jamal Khashoggi.

Khashoggi tomó notoriedad por sus fuertes críticas al reino en materia de relaciones exteriores y el trato con sus disidentes, publicando en medios de gran alcance como el estadounidense Washington Post y el inglés The Guardian. Tanto es así que se exilió en Turquía, un rival geopolítico de Arabia Saudita.

¿En qué circunstancias desapareció? Khashoggi entró al Consulado en busca de la certificación de divorcio que lo habilitaba a contraer matrimonio con su novia turca, Hatice Cengiz. La misma que lo esperó en las afueras del edificio para nunca más verlo. Las autoridades locales creen que, efectivamente, el periodista nunca salió y el mismo presidente, Recep Tayyip Erdogan, ha exigido una visita al edificio para registrarlo. El príncipe heredero, y líder de Arabia Saudita, Mohamed Bin Salmán, ha manifestado que las puertas del consulado se abrirán ante cualquier reclamo de las autoridades locales, aun cuando es territorio soberano saudí.

Sospechosas curiosidades. Si bien las autoridades turcas han comenzado a revisar las filmaciones de las cámaras de seguridad de las inmediaciones y del aeropuerto, no han podido hacerse de aquellas pertenecientes al consulado. El propio cónsul, Mohammad al Otaibi, indicó que las cámaras del consulado registran los sucesos en vivo pero no graban. No sólo eso, el personal turco que trabaja en el consulado fue licenciado el día de la desaparición del periodista. Por otra parte, se registró el ingreso de quince ciudadanos saudíes el día de la desaparición (llegados en un vuelo chárter) y la salida de un convoy de autos oficiales del consulado poco después del ingreso de Khashoggi al mismo. Ese mismo día los quince recién llegados volvieron al reino. Las autoridades turcas afirman tener pruebas contundentes del homicidio obtenidas de una grabación del celular de Khashoggi que se encontraba sincronizado con su reloj.

Un poco de contexto. Este episodio se enmarca en un conflicto bilateral que arrastra varias rispideces. Uno de los coletazos de esta relación se da con la crisis entre Arabia Saudita y Catar, siendo este último aliado de Turquía. El reino catarí se ha erigido como el principal referente de los defensores de los procesos revolucionarios de la región, la conocida Primavera Árabe, poniéndose del otro lado del extremo de las posiciones saudíes. Ello le valió cortar relaciones con varios países aliados de Arabia Saudita. Además, el conflicto en Siria ha sido testigo de la pérdida de poder regional del reino saudí en manos de turcos e iraníes que, apoyados por Rusia, han logrado la permanencia de Bashar Al Asad en el poder; un manifiesto enemigo del reino. Tanta es la distancia que turcos y saudíes han tomado que el príncipe Bin Salmán ha declarado a Turquía como miembro del Triángulo del Mal, conformado también por Irán y los grupos islamistas radicales.   

La desaparición del periodista ha suscitado la atención y demanda de respuestas de la ONU y de numerosos líderes mundiales. Además, ha provocado el llamado a la desobediencia por aquellos que se han refugiado en otros países, como el príncipe disidente Jalid bin Farhan al Saud. En resumidas cuentas, es un conflicto que merece la atención porque podría recrudecer los peligros de una región ya muy convulsionada.

Trump, en tanto, intentó poner paños fríos a la situación y deslizó que la muerte del periodista, algo casi ya dado por hecho, se debió al accionar de “rogue agents”, un término que se suele utilizar para describir a personas que actúan autónomamente. Es decir, buscó deslindar de responsabilidades al gobierno saudita. La razón de ello se encuentra en la muy cercana relación que los Estados Unidos mantienen con el reino desde hace décadas; sostenida principalmente por la necesidad estratégica en materia geopolítica (para contener a Irán) y energética.

Los acontecimientos llevan a pensar que Arabia Saudita ha quedado acorralada y deberá intentar dar una respuesta cuyos costos sean los menores posibles.