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Efectos de la ducha según la temperatura del agua

Por Redacción

24 de enero, 2018 - 19:41

Cuando hablamos de una ducha diaria hay que tener muy en cuenta la temperatura del agua. Es probable que al ducharse no preste mucha atención a la temperatura, pero ésto tiene mucha influencia en relación a la salud.

Diferentes efectos según el agua esté fresca, templada o caliente
-El agua fresca (24ºC) produce un efecto tonificante: colóquese bajo el chorro de agua y masajee el cuerpo un minuto. Rápidamente notará un efecto tonificante sobre la piel, ya que el agua fresca tiene una acción vasoconstrictora periférica y aumenta ligeramente la presión arterial. Se sentirá más activo y despierto.
-El agua templada (30ºC) produce un efecto relajante: si está estresado o muy cansado, nada mejor que darse una ducha con una temperatura cercana a la corporal para relajarse. Abra la llave y deje que el aire húmedo y caliente temple los músculos, y luego métase a la ducha. Si lo hace directamente, los músculos, que están tensos, podrían tensarse más todavía.
- En tanto, el agua caliente (40ºC) produce un efecto refrescante: aunque parezca raro, con la ducha a esta temperatura el cuerpo libera su propio calor, generando una suave sensación de frescura. De todos modos, es importante evitar el agua demasiado caliente, porque afecta el retorno venoso y puede agravar problemas circulatorios como las várices. En el caso de los hombres, tampoco es conveniente, para no afectar su fertilidad.
Ducharse a diario responde más a cuestiones estéticas y de convención social que higiénicas. Y es que según investigaciones médicas, bañarse en exceso puede llegar a ser perjudicial. En este sentido, asearse demasiado puede debilitar nuestro sistema inmunológico, ya que se eliminan algunas bacterias necesarias para el organismo y en cambio se multiplica la presencia de gérmenes y microorganismos que atacan la piel, además de secar y agrietar la epidermis.
 La cantidad de veces que hay que pasar por la ducha depende de factores diversos, como nuestro nivel de actividad física, el clima del entorno en el que nos movemos, nuestra edad, la estación del año en la que nos encontramos o las propias características de nuestro organismo. No obstante, un reciente estudio publicado por la revista Time concluyó tras escuchar la opinión de varios expertos que es suficiente con pasar por la ducha entre una y dos veces por semana.