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La presión de la inflación y la urgente necesidad de frenarla

La escalada de los precios ya muestran niveles no alcanzados en los últimos 30 años en Argentina.

19 de abril, 2021 - 08:21

A pesar de que varios gobernantes en el país siguen apostando al mantenimiento de la apertura de las actividades económicas el temor de lo que podría suceder durante el resto de 2021 sigue en aumento ante el avance de dos realidades sin control: el aumento de los casos de coronavirus y una inflación que no muestra un punto de meseta.

Un informe conocido ayer del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, IARAF, el aumento de los precios de los alimentos en los últimos 4 años en Argentina superó a la citada inflación y entre ellos los de las frutas fueron los que más se apreciaron alcanzando una suba de un 437,7%.

Ya había sido advertido por distintos economistas que este sería un año más duro que 2020 cuando la cuarentena más larga del mundo puso de cabeza a muchas actividades que se desplomaron frente a un aumento de los precios que se dispararon durante desde el inicio de 2021 con consecuencias aún no calculadas del todo.

 

 

Sin embargo, el panorama de la endeble economía nacional sumado al inicio de la mentada segunda ola dejó sin esperanzas a quienes esperaban una recuperación del consumo que apenas mostró su cara ante la amenaza de que todos debamos quedarnos encerrados sin que se observe una luz para contener la inflación que ya muestra niveles no registrados en los últimos 30 años.

Situación por la cual ya distintas cámaras empresarias, comerciales y de servicios, comenzaron a ofrecer a sus técnicos en la materia con el fin de colaborar con el Gobierno Nacional ante lo que observan como una ausencia de un plan creíble de parte del oficialismo en Argentina.

En los últimos días, la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de Mendoza informó que el Índice de Precios al Consumidor avanzó 3,8% en marzo.  

Por esto es que Mendoza alcanzó una inflación acumulada del 11,9% para el primer trimestre. Esto solo es comparable con lo sucedido en 1991, cuando se alcanzó una inflación del 51% durante el período enero-marzo, durante lo que fue la salida de la híperinflación, recuerda la Unión Comercial e Industrial de Mendoza, UCIM.

 

 

Lo que representa a pésimas noticias para una economía que castiga, en lugar de alentar, especialmente a las actividades comerciales, productivas y a los servicios, empujando hacia la pobreza a cada vez más cantidad de hogares.

A este mal, crónico, que le ha ganado a absolutamente todas las gestiones económicas desde hace décadas, se suman los más de 160 impuestos, que debe afrontar cualquier ciudadano con iniciativas de trabajar, crecer o subsistir manteniéndose en la formalidad. 

También la falta de libertad a la hora de desarrollar negocios, lo peligroso que es invertir, dada la falta de reglas claras; la escasísima oferta de créditos, un precario tipo de cambio y una larga lista de etcéteras, son los temas recurrentes en las mesas de discusión de los empresarios. 

Hace tiempo que denuncian incertidumbre, trabas impositivas, presión fiscal, condiciones inalcanzables para ingresar al mercado formal y competencia de producción en la informalidad desalientan a los empresarios a invertir.

 

 

Lo cierto es que al pequeño empresario no le queda otra que aguantar hasta que no pueda más. Y quien posee la posibilidad de invertir, en estas condiciones, seguramente no no lo hará. O bien se resguardará en algún activo que por lo menos no le haga perder dinero. Llámese dólar, ladrillos, vehículos, entre otros bienes. Si no, siempre tendrán la posibilidad de invertir en otro país.

 

Empresas que cerraron y se fueron

En los últimos meses se retiraron de Argentina: Falabella, Walmart, las aerolíneas Latam, Air New Zealand, Emirates, Qatar Airways, Norwegian (low cost); las industrias BASF (pintura de autos), Axalta (empresa química), Saint Gobain Sekurit (fábrica de parabrisas), laboratorio Pierre Fabré; Nike, Gerresheimer, Brightstar, Danone y Glovo. Por solo nombrar las más importantes que repasa un reciente informe de UCIM.

Entre comercios pymes y otros negocios han cerrado 18.098 compañías, entre marzo y noviembre del año pasado. Es una cifra que supera ampliamente lo que ocurrió en dos años de crisis en la Argentina, entre 2018 y 2019.

El efecto de la pandemia sobre una economía que ya venía complicada fue drástico ya que en 8 meses la desaparición de compañías fue de un 66%. Porcentaje más alto que el de 2019 y un 92% mayor que el de 2018. 

 

 

Como resultado se dio que en el total de trabajadores asalariados se perdieron el año pasado 957 mil puestos. Entre los trabajadores asalariados registrados la baja fue de 274 mil. Y entre los trabajadores en negro el descenso de empleos llegó a ser de 780 mil.

De 20,7 millones de puestos que existían en el tercer trimestre de 2019, se cayó a 18,8 millones de plazas laborales en el mismo período de 2020. Los empleos registrados descendieron 3,3%, pero los más golpeados fueron los trabajadores informales o en negro, un sector que cayó 18.8%. Los monotributistas e independientes descendieron 12.2%.

Mario Grinman (foto), presidente de la Cámara Argentina de Comercio de Argentina expresó que en el área del comercio podemos hablar de 100 mil comercios cerrados como piso “y todo dependerá de la duración de toda esta tragedia. Probablemente cuando termine esto, vamos a tener 2 millones de desocupados”.

 

 

Uno de los sectores más afectados fue, sin dudas, el del turismo. Sus representantes ya calcularon que se perdieron 150 mil empleos por el impacto de la pandemia y la cuarentena en 2020. Por eso es que los empresarios hoteleros y gastronómicos están con máximo nivel de "alerta, preocupación e incertidumbre”, por las nuevas restricciones que podrían aplicarse para contener la segunda ola por la pandemia.

“Dado este panorama, frenar la inflación se vuelve una necesidad urgente. Las empresas son solo una parte de la sociedad que la padecen, pero también los responsables de poder enfrentarla y superarla para salir de la pobreza y la caída en picada”, alerta el estudio de UCIM.

También insiste en que “los responsables de la política económica nacional insisten en aplicar las mismas recetas de siempre, que hemos comprobado que no funcionan. No es una cruzada imposible, se pueden mencionar varios ejemplos de países que pudieron superarla”.

 

 

“Creatividad, compromiso de todos los sectores, medidas serias y confianza en quienes las tomen son clave para poder enfrentarla. No podemos continuar en esta vorágine de aumentos de todo, que hacen de Argentina un país inviaible y que permanentemente está expulsando a empresas, adultos y jóvenes a otras naciones. Contamos con especialistas y gente capaz de enfrentarla y todos tenemos la necesidad de hacerlo. Pues manos a la obra…”, propone.