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“La educación no puede estar hoy en manos de los políticos”

Alejandro Castro Santander analizó el pobre desempeño de los chicos argentinos en las pruebas de aprendizaje y señaló los caminos para salir de la decadencia del sistema educativo

01 de diciembre, 2021 - 07:45

Luego de las evaluaciones realizadas por la UNESCO, los resultados mostraron que la Argentina tuvo el peor desempeño en su historia, incluso siendo superados por los del resto de la región, en la que alguna vez supo ser el mejor modelo, inspiración para muchos otros países.

Según los resultados obtenidos, la Argentina se ubicaría en el anteúltimo lugar de Sudamérica, solo por encima de Paraguay y por debajo de Brasil, Uruguay, Colombia, Perú y Ecuador. En las dos áreas evaluadas a los niños de tercer grado, los argentinos quedaron 8 puntos debajo del promedio, lo que muestra una diferencia significativa. Obtuvieron 689 puntos de promedio en lectura y 690 en matemática.

"En lengua, el 46% de los chicos rindió en el nivel 1, el más bajo, mientras que en matemática el 48,9% registró los desempeños más básicos”, indica la información, y para el caso de los sextos grados, en el área lectura obtuvieron 698 puntos, y las asignaturas más deficientes fueron matemática (690 puntos, 7 abajo de la región) y ciencias naturales (682 puntos, 20 abajo de la región). 

Ahora comenzarán a realizarse las pruebas Aprender en 23 mil escuelas de todo el país, con la participación de 770 mil estudiantes de sexto, abarcando las áreas de lenguas y matemáticas. 

Alejandro Castro Santander es psicopedagogo institucional y licenciado en Gestión Educativa, además de docente, investigador y escritor. En diálogo con FM 91.7 analizó este presente.

 

Entrevista a Alejandro Castro Santander. / Imagen de archivo.

 

Consultado sobre los resultados, marcó: “En general, no nos asombra, y nos dan bronca nada más, a esta altura ya nos dan bronca”, y a la vez agregó: “No deja de ser lo esperado esto. La pregunta en realidad sería qué hicimos para que nos pasara otra cosa, porque más allá de las culpas que se van echando, van pasando los años y siempre estamos un poquito peor”.

Para el especialista, es fruto de “no hacer las cosas como corresponden, no hacerlas de manera integral. Se hacen un montón de cosas pero, en general, no impactan después en lo que importa, que es en el aprendizaje de los chicos bien. Es real que uno lo que espera es eso, más allá del esfuerzo que pueden hacer los directivos y docentes en general, y te diría por ahí algunos funcionarios que saben que están subordinados a un sistema que los limita, porque para eso en todo caso teníamos que hacer cambios muy profundos, que en definitiva es lo que necesitamos, pero nadie se anima a hacerlo”.

Según su visión, se hacen cambios de términos: “El término repetir por permanecer, que para algunos funcionarios fue un cambio de paradigma, y nos agarrábamos la cabeza diciendo ‘eso no es un cambio paradigma’. Ya estamos acostumbrados a escuchar cuando se hace el gatopardismo y le cambias el nombre a algo, pero se sigue haciendo exactamente lo mismo, en consecuencia, vas a tener los mismos resultados”.

Esto que empezó con esta última gestión, de aprendizaje basado en proyecto, es estrategia vieja, que algunos la han usado mucho tiempo y otros no tanto. Entonces mientras vayamos así, haciendo como que estamos tratando de que el sistema cambia, nos seguimos mintiendo y bueno, los resultados son estos que vemos”, enfatizó.

 

Pérdida de valor social

Más allá de discutir los presupuestos, los proyectos educativos y demás, da la sensación de que la educación, en el contexto social dejó de ser un valor, dejó de ser la garantía de la movilidad social ascendente.

Al respecto, Castro Santander indicó: “Tomemos el año 2000, cuando Jaim Echeverry escribe ese libro, La tragedia educativa. ¿Qué es lo que plantea? Con una mirada realista se preguntaba ‘a quién le importa la educación’. Desde las políticas públicas se habla de los valores de la educación, pero no se le pone lo que se tiene que poner para que sea realmente de calidad. Y en la gente se da el fenómeno del tercer fluido, esto de ¿qué opina usted de la educación?, es mala; ¿y la de su hijo? anda bien, no hay problema. O sea, el problema lo tienen siempre los otros, yo no tengo nada que ver con el asunto”.

Además, agregó: “A medida que va pasando el tiempo, cuando uno tiene una mirada por ahí un poco más internacional, hay también un relajamiento generalizado. Estaba viendo ahí propuestas que vienen en estos últimos años, donde ya no importa tanto un título universitario, sino que vos tengas determinado tipo de competencias que te alcanzan para poder tener un trabajo. Entonces te habilitan para esas competencias, tres o cuatro cositas con las que vos puedas jugar. Ahí está el tema, en general ha ido perdiendo ese ese valor que le dábamos”. 

 

Siempre se puede estar peor

Yendo a los resultados de las pruebas en sí, explicó que siempre habíamos estado bien en relación con los países de la región, pero “ya en el 2013 estábamos en algunos temas flojos y en otros igual. En esta nos caímos del ranking".

"¿Cuál es el tema? Qué es lo que tenemos que mirar: en muchos países fueron mejorando, hay que reconocer lo que hace Perú que ya lo veníamos nombrando hace unos años. Ecuador, por ejemplo, ni que hablar, ha cambiado muchísimo, pero nosotros somos los que vamos bajando. Ese es el problema, no somos capaces ni de mantenernos”, consideró.

“Entonces tiene que haber una mirada que nadie se animaría, este es el problema, nadie se animarla, todos se echan culpas. Hoy mismo el ministro de Educación de la Nación culpó a Macri por el desfinanciamiento, cuando ellos mismos presentan ahora el nuevo presupuesto donde hay un recorte también en educación”.

Consultado acerca de las medidas para mejorar, Castro Santander fue tajante: “La educación es un valor y, nos guste o no, se tiene que poner la plata. Necesita la financiación que corresponde para sacarla adelante, y eso junto con ideas”. 

Y a la hora de citar un ejemplo, usó a Finlandia: “Tienen una mirada global, se juntan los docentes y se preguntan si este alumno está como para seguir, aunque tenga algunas falencias, sigamos acompañándolo para que no se nos vaya quedando en el camino”, lo que configura todo un sistema que cuida al estudiante y pone todo lo que hace falta para que siga avanzando. 

“Acá tenés los políticos no Ministerio de Educación de la Nación, los sindicatos que también es todo un tema para tratar, y está faltando la tercera silla. Para mí, la tercera son las organizaciones de la sociedad civil junto con las familias, que son los que tienen que empujar el cambio. La educación no puede estar en manos hoy de los políticos”, concluyó.