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El negocio del vino 2021 se enfrenta al efecto de los bolsillos flacos

La industria está llegando a un final de cosecha, ante nuevas tendencias de precios y con un equilibrio aún no encontrado.

27 de marzo, 2021 - 04:14

El final de la cosecha de uvas en Argentina se da en un momento en el que se conoció la fuerte caída de los despachos en febrero y que rondó casi un 10%. En realidad de un 9,8%, con un condimento a considerar seriamente: el desmoronamiento de las ventas de vinos en envases Tetra Brick de un 23%.

A esto se sumó también la disminución de las ventas de productos en envases mayores de un litro en un escenario donde volvió a crecer el mercado del vino blanco y en forma similar subió, un poco, el de los vinos varietales. Aunque con una pauta que muchos están observando en cuanto a una inestabilidad que es analizada bajo el punto de vista de varias situaciones.

Primero, debido al traslado de los nuevos precios al consumidor, lo que se ve influenciado con lo que se podría denominar el efecto de los bolsillos flacos. Porque la mayoría de la gente está comenzando a pagar precios nuevos pero con salarios viejos. En un momento clave en el país donde muchas de las paritarias aún no han cerrado. O, en su defecto, las que sí cerraron aún no han llegado a manos del consumidor en forma de dinero.

 

 

Otro preanálisis que podría surgir una vez asumido este deprimido despacho se debería concentrar en que las empresas que más venden por el momento no han tenido la fluidez de abastecimiento del producto con lo cual no lograron mantener la suficiente presión en el terreno de las ventas. 

Por ello es que gran parte de la industria ya está muy atenta considerando que la caída acumulada en los dos primeros meses del año es del 8%. Porcentaje que si se quiere proyectar empieza a acumular stocks que se suma a la caída de los vinos a granel.

Es así que el actual momento del final de la cosecha habrá que observarla con detenimiento para saber a ciencia cierta su comportamiento en un año agrícola para las uvas con destino a vinos muy particular. Más aún cuando todo el mundo sigue refiriéndose a ella por un volumen de unos 19 o 20 millones de quintales pero bajo la realidad de que todavía esos cálculos siguen siendo opiniones aún no confirmadas.

 

 

Lo que se advierte también es que en san Juan se está elaborando menos mosto. Lo que contradice la mirada mendocina que siempre señaló que esa provincia hacía mucho mientras en la localidad se hacía solamente una parte del total nacional y por ende se completaba el cupo con exportaciones.

Evidentemente alguna tentación de precios o la falta de políticas en el precio del mosto han producido que los elaboradores de mosto sanjuaninos menos, aunque es cierto también que no mucho menos, teniendo en cuenta que en esa provincia generalmente elaboran un 50% o a veces más de jugo de uva. Porque es más fácil hacer mosto que elaborar vino pero es cierto que a la semana 16 llevan elaborados un 39%. Cifra alta, pero no tanto como nos tienen acostumbrados.

Esta última situación se da por tener mucho cuidado ante la euforia de creer que hay poco vino y poca uva y ahora la señal de alerta se enciende ante el recuerdo de lo sucedido en otros años cuando se trabajó en un mercado más chico donde vuelven los excedentes a pesar o donde los stocks son un poco más altos.

 

 

Entonces habrá que estar muy atentos a esta situación donde el traslado a precios todavía no termina, solo ha comenzado y la retracción primera vista en el mercado es bastante fuerte. Que puede ser por muchas circunstancias pero ya son números que están impuestos con una alta caída en volumen.

Por lo tanto habrá que estudiar la forma en que finaliza del todo la cosecha y las nuevas tendencias en el mercado ante la búsqueda de un nuevo equilibrio del que ya se ocupó en publicaciones anteriores El Ciudadano y en las que se anticipó la necesidad de estar atentos.