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Argentinos buscan llegar a la Luna con la nave más pequeña de la historia

Tres jóvenes ingenieros ganaron un concurso de innovación tecnológica en Dubái. Las características de la misión Pulqui XXI

Por Redacción

25 de diciembre, 2021 - 15:26

Tres ingenieros aeronáuticos argentinos fueron premiados en un concurso de innovación tecnológica en Dubái, por desarrollar una nave espacial de 34 centímetros de altura que pretende ser "el vehículo más pequeño y económico de la historia en aterrizar en la Luna".

Franco Ruffini, Tomás Boschetto y Facundo Gavino, egresados de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), son los encargados de la misión Pulqui XXI, que aspira a convertirse en un transporte de "ultra bajo costo", utilizando el estándar de diseño CubeSat, que refiere a nanosatélites conformados por cubos de 10 centímetros.

"En total mide 10 x 10 x 34 centímetros de altura y sería el más pequeño en llegar a la superficie lunar", aseguró a Télam, Ruffini de 23 años.

 

Reconocimiento internacional

El grupo, conformado por nueve profesionales, recibió el segundo puesto en el concurso #T-TeC que se realizó el 16 de diciembre en Dubái y fue organizado por las empresas Leonardo y Telespazio, líderes mundiales en alta tecnología aeroespacial.

"Notamos que varios referentes aeroespaciales del mundo demostraron bastante interés en nuestro proyecto y esa es una de las mejores experiencias que obtuvimos del viaje", señaló Ruffini.

El equipo fue premiado con 6.000 euros, dinero que piensan invertir en el desarrollo de parte de la misión, que apuntan a hacerla a través de la UNLP: "Queremos participar en un programa de la universidad para hacer pruebas de nuestro satélite en órbitas terrestres".

 

Misión Pulqui XXI

La misión Pulqui XXI consiste en un vehículo de aproximadamente seis kilos, lo que lo distingue de otros equipos que rondan la media tonelada, a la vez que tiene la ventaja de "acceder a cráteres de muy difícil acceso".

"Nuestra nave tiene dos partes: un satélite y una sonda que simplemente se posa sobre la superficie lunar y es capaz de aguantar el impacto. Hasta ahora siempre que se aterrizó en la Luna fue con un cohete controlado", detalló Boschetto, de 25 años.

La sonda tiene la forma de una esfera y está construida por barras de aluminio encastradas siguiendo el principio de una novedosa tecnología llamada "Tensegrity", que es desarrollada en el campo académico por el profesor argentino Julián Rímoli, en la Universidad Georgia Tech de Estados Unidos, pero que todavía no fue puesta en práctica en ninguna misión.

Esta tecnología permite absorber mejor el impacto del alunizaje y "es como si fuera tirar una pelota de plastilina, se deforma sin rebotar y protege lo que va en el interior", graficó Boschetto, quien actualmente cursa una maestría en la Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich, en Suiza.

Otra característica para destacar de la esfera son las velocidades de impacto: "En las pruebas realizadas en el Centro Tecnológico Aeroespacial (CTA) de la Facultad de Ingeniería de la UNLP las velocidades fueron de 25 y 50 kilómetros por hora", indicó Gavino y remarcó que el costo del prototipo de esta bola fue de "menos de un dólar".

Toda la nave tiene un presupuesto de 120 mil dólares, "pero la diseñamos de tal manera que se puede comprar todo en el mercado", continuó el ingeniero.

"El objetivo principal es mostrar que se puede llegar con poco", subrayó el joven y comparó el proyecto con una de las últimas misiones de Israel, que tuvo un costo de 100 millones de dólares.

En la misma línea, Boschetto planteó que "si resulta tan barato desplegar equipos, nuestro proyecto tiene un potencial enorme para la expansión de la humanidad sobre el sistema solar".

Otro de los objetivos del proyecto es que la esfera de la nave transporte en su interior un instrumento científico que pese alrededor de 250 gramos y sirva para relevar parámetros de interés como presencia de agua en cráteres del polo sur, composición del polvo lunar o radiación.

El nombre de la misión hace referencia al primer avión a reacción de Argentina, y el octavo en todo el mundo, bautizado como Pulqui I, que en lengua mapuche significa "flecha" y realizó su vuelo inaugural el 9 de agosto de 1947, marcando un hito histórico en la industria aeronáutica nacional.

 

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