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Turismo, una de las formas importantes de libertad

El negocio del viajero cambió a partir de la pandemia y las nuevas oportunidades ya están a la vista.

12 de febrero, 2021 - 12:06

El viejo negocio del viajero fue definido como una de las expresiones más importantes de libertad de la humanidad. Fue durante el seminario brindado en Mendoza por Gabriel Fidel, miembro fundador de la Organización Mundial del Enoturismo.

El exsubsecretario de turismo provincial estuvo a cargo del Seminario Taller en la Tierra del Vino en el Templo del Vino localizado en el Parque Agnesi en San Martín orientado al desarrollo del enoturismo por invitación del intendente Raúl Rufeil.

Fidel, ante un público integrado por casi unas 100 personas ofreció los conceptos para que se desarrolle el enoturismo en la Zona Este de Mendoza introduciendo: “Nada más práctico que una buena teoría. Vamos a pensar cómo se desarrolla un destino turístico. Para eso hay que tener en cuenta un poco de teoría”.

 

 

Celebró la idea de que “el turismo es parte de la economía y deben trabajar juntos. Un destino turístico se define cuando la sociedad se siente como tal. Un municipio turístico es una comuna que pone todo para su desarrollo”.

“El turismo del vino no es turismo de bodegas nada más. Y muy poco hablamos del viñedo. Porque se pueden hacer actividades en el viñedo. Y también considerando la cultura de un territorio. Por eso es importante la identidad para generar productos”, definió.

El especialista en turismo del vino comunicó que “es una actividad que da satisfacción a la demanda y a la oferta. Donde se debe citar tanto al paisaje como a lo cultural del turismo del vino. El vino es un producto que se relaciona con el origen geográfico. Donde lo que no es igual es la cultura en todos lados”.

“Por ejemplo, cuando se habla de San Martín es cuando se deberá hablar de la tierra de libertador. Y es en ese momento en el que la historia cobrará un valor vital para comunicar el origen de un vino. Por lo tanto la historia de una bodega es mucho más que los ladrillos con la que está construida”, sentenció.

 

 

Desafió que “es necesario que con esas ideas y esos conceptos un emprendimiento vitivinícola que se quiere lanzar al enoturismo piense en esos términos. Por eso el turismo del vino es el resto de todo lo demás que lo complementa, como el turismo cultural y el turismo rural”.

Según Fidel “el turismo se define en un territorio determinado. El enoturismo es una de la manifestaciones del turismo temático. Es una de las variedades del turismo que más ha crecido en los últimos años. Es el turismo vivencial, donde uno se lleva una vivencia determinada. No es lo mismo que ir a una playa. El turismo temático te hace crecer”. 

Apuntó que “cuando hablamos del turismo del vino debemos identificar quién es nuestra demanda. Primero vienen los que saben de vinos, un enólogo, un gerente de bodega, pero ellos no son los que pagan para tomar vino. Son importantes pero no es la meta perseguida. Los segundos son los especializados, quienes trabajan en la industria”.

“Luego vienen los enófilos”, dijo, “que son los interesados que viven en cualquier parte del mundo y ese es el público que nos interesan, porque gastan mucho y siguen las novedades de los productos. Esa gente es capaz de ahorrar toda su vida con tal de darse grandes gustos relacionados al vino. Pero la gran mayoría son los iniciales aficionados que conocen al vino y de repente se enamoraron del vino”.

 

 

Explicó que “puede ser una familia que llega desde Santa Fe, un médico que viene a un congreso, al igual que un kiniesólogo. Ellos son la gran mayoría del segmento que más nos interesa. El turismo se desarrolla a partir de lo que llamamos recursos. A partir de ese inventario es que deberemos desarrollar productos. Donde tenemos recursos materiales e inmateriales y la cultura y la historia pertenecen a la segunda categoría que son vitales”.

“Con lo cual no siempre vendemos recursos materiales. Esto es en lo que deben pensar las bodegas que quieran iniciarse en el turismo del vino. Por ejemplo, al recopilar la historia de los inmigrantes y todo lo que tenga que ver con las riquezas culturales del lugar hay que ponerlas en valor. Y entonces la región se enriquece contando, por ejemplo, que allí nació un Premio Nobel”, señaló.

Para Fidel “esa es una de las maneras de diferenciarse respecto a los que se consideran como competidores. Como el Templo del Vino de San Martín que es único en su arquitectura en Mendoza”.

 

 

“Entendido el desafío se deben armar los productos. Porque el turismo se define por sus productos no por los lugares solamente. Hay que pensar productos desde la demanda y mi primer mercado siempre son mis vecinos esto quedó muy claro con la pandemia. Después pueden ser los habitantes de San Luis o de Córdoba”, afirmó. 

E insistió: “El turismo del vino es un turista temático y por lo tanto se quiere llevar consigo una experiencia. Porque cuando se van seguramente se acuerdan de algunos paisajes pero seguramente no se olvidarán de alguna anécdota que se llevaron en el corazón”. 

“Por lo tanto el turismo es la expresión más importante de la libertad, que nos permite viajar y tener nuevas experiencias y eso es lo que buscan los viajeros cuando llegan a un destino”, valoró. 

Para el autor del libro Turismo del Vino, la Experiencia del vino: “Lo productos también deben ser viables y complementarios con la producción y con el resto de las actividades productivas. Por eso debemos desarrollar productos que sean viables para el turista. Es importante tener en cuenta que hay que ser parte de la oferta turística y ser parte de ella”. 

 

 

“Otro punto es la necesidad de identificar el clúster, que se refiere al entramado de todo el sector. Por ejemplo la gente de la vitivinicultura con la del turismo. Además se deberá tener sostenibilidad y socialmente sustentable y acorde con la tecnología que es la que usa el viajero para determinar su viaje”, explicó.

Admitió que “el Estado debe ser facilitador pero no debe ser exclusivamente necesario. Debe empezar a hacer que las cosas sucedan y que después se sigan desarrollando solas. Todos son partes del clúster, como los guías, los artesanos o las bodegas, entre otras”.

“Podemos tener un lugar hermoso pero si no tiene vida y no se transforma en un producto no existe. Por ello no todas las bodegas deben ser todas hermosas. Si vas a una humilde donde te atiende una familia con cariño seguramente los recordarán más que a una fastuosa”, amplió.

Añadió que “si no generamos algo innovador no se podrá crear un producto distinto, atractivo. Y aquí hay que preguntarse si somos ciertamente innovadores. Como no hay una sola manera de cocinar tampoco hay una sola manera de crear productos en el turismo del vino”.

 

 

“Por ejemplo se deberá tener lo que significa el disfrute al aire libre, con buenos quesos, empanadas inolvidables y embutidos maravillosos que hacen los mismos vecinos. Esto significa que no necesariamente hay que tener una gran inversión para ganarse la elección de los turistas. Y más ahora que la gente elige el aire libre necesariamente por la pandemia”, sugirió.

Comparó que “no siempre la arquitectura sofisticada es la más atrayente. También el arte del vino es muy interesante para explotar o el paisaje que definen los viñedos a través de los distintos sistemas de conducción como las hileras o los parrales. También es muy interesante vincular a deporte con el vino, como con carreras de distintos tipos”. 

“Por lo tanto se debe tener en cuenta que un plan no es el del intendente. Tampoco el de los directores. Deberá ser el de la comunidad que se deberá transformar en una política de Estado como el Plan Bonarda. Es vital que a un plan lo acompañen no solo las fuerzas políticas sino también las instituciones educativas, por ejemplo. Eso sucede en el Valle de Uco donde todos hablan el mismo idioma donde se puede comprobar que es muy bueno que hayan múltiples identidades”.

Ampliando la mirada dijo que “en todo esto hay que considerar los grandes cambios que hemos visto en los últimos años y que se refiere al turismo de masas. Por que hoy es mucho más fácil viajar que antes aunque ahora estemos limitados por la pandemia. La gente cambió y nos reconfiguramos con las modalidades de turismo, de informarse, de vivir”.

 

 

“Aunque los más pesimistas crean que el turismo no va a volver, yo creo que volverá, aunque no volverá nunca a ser el mismo. Creceremos pero con una curva distinta a la anterior. Por eso hay que esperar a un turista que va a abrazar a la sostenibilidad social y a valorar a la comunidad. Y es fundamental trabajar mucho en la conectividad”, observó.

Hizo hincapié en que “hoy hay que tener difusión, presencia virtual, hay que saber de marketing y de mercados y sobre todo conocer a quién será mi turista objetivo que será el que busque cambiar, por ejemplo, los alojamientos tradicionales”.

“Por eso debemos ver el éxito que tuvo Malargüe este año en comparación con San Rafael, porque vende naturalidad y espacios abiertos. Gracias a la pandemia hubo una vuelta a la naturaleza y a las actividades al aire libre”, cerró.

Jorge Corrales, director de Turismo, informó por su parte que "el departamento de General San Martín es la única localidad que recibió ese nombre con el prócer en vida, que vino a reemplazar el nombre de Los Barriales en 1814. En el Este mendocino fue que creó el canal de riego De la Patria".

 

 

En la charla magistral de Fidel además se pudo ver entre la concurrencia a Julio Acevedo, director de Desarrollo Económico de San Martín, Mauricio Petri, secretario de Gobierno departamental y a Laura Uano, directora de Cultura del departamento del Este mendocino quien ventiló estar preparando una galería de arte para talentos locales.