|09/03/21 07:25 AM

Según un estudio, docentes mendocinos están entre “los peores pagos del mundo”

El Centro de Investigación Social de Mendoza comparó el sueldo de los maestros de la provincia con lo que cobran en otros países. Al respecto, el profesor Claudio Paz detalló la forma en que se realizó el análisis y qué parámetros tuvieron en cuenta

09 de marzo, 2021 - 07:25

En un nuevo trabajo realizado por equipos del Centro de Investigación Social de Mendoza (CISME) se puede visibilizar el salario real de un docente mendocino. Algo que nuestro diario ya había reflejado el año pasado y que ahora es más elocuente con puntos concretos de comparación en el orden internacional.

El trabajo, al que tuvo acceso El Ciudadano, indica en su presentación que “es propicio aclarar que el año 2020 estuvo signado por la crisis sanitaria mundial ocasionada por el COVID-19, y a partir de lo cual la educación debió adoptar por otra modalidad de cursado: la virtualidad. Durante este período las y los trabajadores de la educación debieron redoblar esfuerzos para poder transmitir contenidos a sus estudiantes en este nuevo formato, que implicó hasta la disposición de sus recursos personales para continuar con su labor docente”.

Más adelante, y antes de entrar en los cuadros de referencia, el CISME considera también que “comparativamente con los países participantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Argentina es el país que posee los peores salarios de las/os trabajadores de la educación”. 

Y agrega: “Por su parte, Mendoza es una de las provincias en la que esto se acentúa, ubicando a las/os educadores mendocinos casi al final de un largo listado. Los y las educadoras argentinas, a pesar de ser quienes más trabajan, ya que son quienes más horas de trabajo cumplen, están entre los que menos ganan. Según lo informado por el Ministerio de Educación de la Nación a la OCDE, el trabajo por un cargo docente en Argentina implica mínimo ocho horas diarias”.

El sondeo comparativo del salario docente en el orden internacional comenzó con “datos de Mendoza que fueron calculados según la última paritaria y convertido a salario anual en dólares, utilizando las tasas de conversión publicadas por Word Economic Outlook Database, del Fondo Monetario Internacional (FMI), de octubre de 2020”. 

Al abrir el cuadro comparativo, se puede notar profundas diferencias, y para hacerlo más entendible el CISME lo plasmó en pesos. De allí que se tomó el salario anual de un docente con diez años de antigüedad, “por ejemplo de Luxemburgo es de $90.915; de Alemania $73.555: Estados Unidos $54.457; España $45.715 y Chile $28.716. En el caso de nuestro país, el promedio del año 2019 fue de $18.901; de un maestro de Mendoza en ese mismo año $16.948 y de un profesor $14.526”.

Ante estos datos, el trabajo aclara que “la comparación estadística de la tabla anterior se realiza en ‘Unidades de Paridad de Poder Adquisitivo’ (también llamados dólares PPA) que permite comparar el poder adquisitivo de cada región y cuya cotización la indica el Banco Mundial. El salario testigo utilizado para el estudio tuvo de promedio $22.000. En cuanto a las y los docentes mendocinos y su relación con el promedio nacional, observamos que estos se ubican por debajo del mismo”.

Al observar el detalle de lo que se plasmó minuciosamente en el proceso sufrido por el salario del docente mendocino, el sondeo tomó a un docente de primaria con diez años de antigüedad y la medición en los últimos diez años, arrancando desde 2010, cuando el salario en bruto era de $2.986,13, en dólares US$ 759,64; en 2015 $9.510,53, US$ 1.045,26, y en 2020 $35.319. US$ 501,75. 

“Aquí encontramos que en los últimos diez años los docentes de la provincia han sufrido una pérdida enorme de su poder adquisitivo. En 2015 se alcanzó un pico de US$ 1.045 mensuales, mientras que en 2020 nos encontramos con el peor salario de la última década, llegando a percibir US$ 544 menos que en el año 2015”, reflexiona el equipo de profesionales del CISME.

 

“El salario docente de Mendoza cayó el 52%”

Buscando más detalles del relevamiento, nuestro diario entrevistó a Claudio Paz, programador universitario, profesor de informática de la UNCuyo, docente titular en el nivel secundario y autor del simulador salarial del gremio de los docentes privados, SADOP. Además integró los equipos del CISME para este nuevo trabajo. 

Ante la consulta sobre el trabajo, respondió: “En el relevamiento que llevamos a cabo con el CISME, hicimos comparaciones con el salario docente desde 2008, aunque el trabajo fuerte tuvo punto de partida en el 2010 en base a simulaciones que teníamos”.

 

—¿Cómo fue la trazabilidad?

—Comenzamos comparando el salario con el dólar, la evolución de la canasta familiar, la inflación y otros indicadores. Pero finalmente dejamos la comparación con el dólar. Allí pudimos detectar que el poder adquisitivo tuvo una pérdida muy importante, que se ejemplifica en una caída del 52% del salario. 

“Un dato que marca con claridad que esta situación al docente no le permite prácticamente vivir, especialmente en los últimos cinco años, cuando la caída fue más abrupta”, comentó.

 

—Entonces, ¿cómo es la situación actual? 

—En estos momentos, un salario inicial está cercano a la línea de pobreza y no es un dato menor, pues para poder estar frente a alumnos debemos tener un título de nivel superior, gozar de salud y concursar por el cargo docente que aspiramos con legítimo derecho profesional y laboral. Sin embargo, tras haber alcanzado el cargo, la paga por el mismo significa convivir con nuestras familias entre la pobreza.

 

—Ante esa precariedad, ¿se pierde la calidad educativa?

—Sí, por supuesto, porque esta evaluación del sueldo se traduce en calidad educativa en forma indirecta. Porque no es lo mismo tener un docente en el aula que esté descansado, a alguien que tiene varios trabajos informales para llegar a fin de mes y poder mantener su familia, alimentar y educar a sus hijos.

 

—¿Por dónde deberían pasar las respuestas que reviertan esto?

—Mire, en estos últimos años hubo una gran baja en la inversión educativa. Algo que se nota claramente cuando se habla del gasto educativo y eso está acompañado con un conjunto de políticas de precarización de la actividad docente. 

“A pesar de ello es admirable la dedicación de los docentes para cumplirles a sus alumnos, pero también son personas que viven de su salario. Por lo tanto, si mejora la inversión en educación, podrán tener los docentes mejores sueldos. Sin dejar de lado que hay que pensar en que el Estado tenga mejores recursos, más y mejores recursos para nuestros estudiantes”, reflexionó Paz.

 

TAGS