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Referentes de merenderos y comedores comunitarios aseguran estar “desbordados”

Según manifiestan, el aumento de la pobreza hace cada vez más difícil que se pueda cumplir con las necesidades de muchas familias, especialmente por la cantidad de niños que deben ser atendidos

26 de abril, 2021 - 07:34

Si se buscan contundentes ejemplos de cómo la pobreza avanzó en Mendoza, la gente debería darse una vuelta por los comedores comunitarios y merenderos distribuidos en todo el territorio de nuestra provincia.

Allí verá con crudeza el porqué del crecimiento de esa condición al 44%, tal cual lo muestra el relevamiento de dos organismos oficiales como el INDEC a nivel nacional y la DEIE provincial. Al respecto, esta señaló que una familia mendocina necesitó $ 20.947 para no caer en la indigencia y $52.578 para no ser pobre.

Refrescando los últimos datos, la gran capital provincial desnudó que contiene más de 460 mil pobres y casi 60.800 indigentes. Una dureza social que se traslada a todo el territorio de Mendoza, transformando a este estado provincial cuyano en un álgido punto del país por superar nuevamente la media nacional en los porcentajes de pobreza.

El crecimiento de la concurrencia a esos lugares, esencialmente niños, donde se les brinda una tasa de leche caliente con un trozo de pan o un plato de comida, le ponen rostro a las cifras de la pobreza, su crecimiento y su incidencia en la vida de miles de mendocinos.

Por eso cayó bien la noticia sobre una acción del Gobierno nacional, que por lo menos traería alivio a todo el peso que hoy por hoy recae sobre la gente que atiende los merenderos y los que preparan sus alimentos.

Para ellos, la Nación dispuso alrededor de 70 vacunas contra el COVID-19, que serán distribuidas en Mendoza y en otras provincias para que este servicio esencial no se interrumpa.

 

Buscan apoyo del gobierno provincial

Sobre el filo de la semana pasada, con el silencio que imprime el duro momento y solo portando banderas que los identifican, una nutrida columna de mujeres y hombres, muchos de ellos con sus pequeños a cuestas, marcharon a la Casa de Gobierno.

Ellos sintetizan a todos los merenderos de la provincia, y se apostaron con el mismo silencio pero distintiva presencia frente al edificio que es sede del Poder Ejecutivo provincial en busca de poder mostrar necesidades y respuestas de ellas.

El Ciudadano fue el único medio que estuvo presente y dialogó con representantes de algunos de los merenderos, como la señora Sandra Ibáñez, del ‘Abajo la Rana’, del departamento de San Martín, quien explicó: “Nosotros estamos haciendo pedidos al Gobierno provincial para mejorar la alimentación que damos a muchos chicos que llegan a nuestro humilde merendero. No nos puede faltarla leche diaria para que esos niños no tengan el estómago vacío, como ocurre en la mayoría de ellos. Chicos que, junto a sus familias deben y necesitan tener una mejor vivienda, que también pedimos”.

Al consultarle si lo expresado habla de la gravedad social del momento, respondió: “Sí, en nuestra zona hay mucha necesidad. Es necesario que se dé respuesta a muchas cosas esenciales para la gente que allí vive. Mejorar su vida con agua potable, calles transitables y otros servicios que son importantes y que hacen a la dignidad de mucha gente que la está pasando mal”.

“Todos nosotros hacemos esto por vocación y voluntad de servicio a través de un movimiento que integramos todos los comedores comunitarios y merenderos de la provincia. En mi caso, cumplo tareas dos días a la semana atendiendo chicos que en un principio eran pocos, pero en pocas semanas se incrementaron de 35 a 40 y la proyección es crecer, lamentablemente. Y digo esto porque a medida que aumenta la concurrencia por una taza de leche aumenta la demanda de leche y pan”, remarcó la voluntaria social.

Cuando se le preguntó respecto de otras comidas, aclaró: “No, nosotros brindamos merienda, la comida la reciben de otros comedores comunitarios tres veces a la semana. Tanto a uno como a otro concurren muchos chicos, esencialmente, pero también adultos mayores y personas con discapacidad”.

 

“No queremos planes sociales sino que se respalde el servicio”

Nuestro diario también dialogó con la señora Elsa Pizarro, del merendero Rayito de Sol, de Gustavo André (Lavalle), quien al consultarle sobre lo que esperan del Gobierno, respondió: “Nosotros esperamos que nos dé una ayuda con mercaderías. Trabajamos preparando alimentos al aire libre para todos los niños que van ahí. Por eso también necesitamos un merendero dentro de un salón, donde cocinemos y nuestros niños puedan recibir ese alimento tan necesario debajo de un techo”.

“No necesitamos que nos den planes sociales, necesitamos que nos ayuden a mantener este servicio apoyando a todo el personal que son esos brazos voluntarios para atender a cada vez más chicos. En nuestro merendero también creció el número de niños que llegan a alimentarse y con eso se nota cómo la pobreza avanza en más y más hogares”, destacó.

Al momento de remarcar las necesidades y el número de chicos que allí atienden, contestó que “por eso el merendero necesita leche, mucha harina, aceite o grasa, casi en forma permanente, a diario. Contamos con un número importante de niños, que muchos superan los cien y por eso también pensamos en aprovechar que vienen y enseñarles tareas manuales, además de hacer apoyo de lo que aprenden en la escuela. Al respecto estamos requiriendo profesores que enseñen a fabricar alpargatas, vasijas o trabajar hilos y lanas”.

Finalmente consideró: “Entendemos que es grande la pobreza de la gente que llega a nuestro merendero, como las que van a otros en la provincia. Son parte de esa pobreza y nosotros también lo somos, solo que tenemos algunas posibilidades para enfrentarla y decidimos entonces ayudar a que mucha gente la enfrente. Sobre todo los niños que la sufren con sus familias, en casas precarias, sin servicios y con mucha hambre”.

 

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