Los planteos de la metalmecánica mendocina al ministro Martín Guzmán

Pasó por Mendoza el ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, y entre las numerosas actividades que desarrolló una fue encontrarse con empresarios pymes locales. Y uno de los sectores presentes fue el de la metalurgia, que exhibió toda su problemática en búsqueda de soluciones ante el funcionario nacional.

Siendo rigurosos en el relato, la economía mendocina concentrada en sus pymes contuvo a todos los sectores que hacen a la producción agrícola, industrial y comercial de la provincia. Allí, Guzmán se topó con la realidad local de los que tuvieron que soportar –lo más que se podía y mucho más– el durísimo 2020 y puñados de meses de encierro y parálisis que no tienen precedentes en la economía regional, mucho menos de Mendoza.

El sector de la metalmecánica se transformó en el gran protagonista pyme en los tiempos que, traccionado con una trayectoria de 40 años por la empresa metalúrgica de bandera de nuestro país Industrias Metalúrgica Pescarmona (IMPSA), alcanzó protagonismo y aporte a la economía mendocina junto a otros tradicionales sectores. 

Por eso, también sintió los cimbronazos de una economía con mucha turbulencia que terminó recibiendo el tiro de gracia que ha implicado para todos la pandemia de coronavirus y las fuertes medidas tomadas destinadas a detener su incontrolable avance de contagios y muertes.

Hay que recordar que la metalúrgica local, tras difíciles meses en el 2020, llegó a septiembre con una caída del 4,3%. Inmediatamente y profundizando los problemas, octubre golpeó al sector con otra caída, en este caso del 6,3%. 

Todo esto significó que las pymes llegaran a finales del año pasado en una situación más que crítica, con ocupación de la capacidad instalada por debajo del 50%. Tiempos en los que solo resaltó el hecho de que no cerró ninguna empresa y no quedó ningún mendocino en la calle, quizá porque el recurso humano capacitado es lo más valioso del sector.

Lento repunte en 2021

Con todos los problemas económicos, impositivos y operativos del año pasado, las pymes metalúrgicas comenzaron a transitar el año en curso. Resguardaron, como lo hicieron en el 2020, los puestos de trabajo más allá de las inversiones. Para el empresario del sector, el perfeccionamiento del recurso humano es importante parte de esas inversiones y clave para su desarrollo y crecimiento.

Así lo reflejó en un diálogo con El Ciudadano el joven empresario pyme Juan Pablo Solís, quien participó del encuentro con el ministro Guzmán el viernes pasado. 

Al preguntarle qué pasa en la actualidad con la metalurgia local a pesar de todo el análisis precedente, el entrevistado respondió que “el sector metalmecánico viene demostrando un repunte que se ha empezado a consolidar a partir de marzo del 2021 hasta la actualidad”.

—Sobre esto, ¿maneja datos precisos?

—Sí, son los datos con los que venimos trabajando con la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) y los coordinamos con la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Mendoza (ASINMET). De ese trabajo podemos comprobar que estamos por debajo de la media nacional.

—Es decir que se mantienen por debajo del 50%...

—No es tan así. Si bien no logramos tener los niveles prepandemia, creemos que aproximadamente en Mendoza se trabaja al 52% de su capacidad instalada, mientras que a nivel nacional se está trabajando al 58,4%.

La inflación y el costo del acero en dólares, un dolor de cabeza

Como en cualquier sector de la golpeada economía, al empresario pyme metalúrgico le cuesta adquirir materia prima por sus altos costos provocados por la inestabilidad imperante, un destacado punto que se discutió con el ministro Guzmán.

—¿Cuáles son los problemas que transmitieron al funcionario nacional?

—Los inconvenientes que tenemos en los insumos, como puede ser el acero, que es nuestra materia prima fundamental. Nosotros hicimos un análisis pormenorizado desde marzo del 2020 a julio del 2021 y notamos claramente que los incrementos han sido exorbitantes y la mayoría de los precios están dolarizados, ya sean nacionales o importados.

—¿En qué aspecto se acentúa esto?

–A nivel de la chapa de carbono, que en esos períodos que marcamos aumentó un 65% de su precio en dólares, es decir kilo por dólar. El tubo estructural se incrementó en un 64%, mientras que perfiles y el resto de los segmentos de acero treparon entre el 70% y el 80%.

—¿La inflación también incide?

—Sí, por supuesto que influye y seguirá influyendo, lamentablemente. Todo esto implica que nos cuesta mantener un mercado competitivo con la inmensa infraestructura y recurso humano que alcanzó la metalurgia en las últimas décadas. 

“La inflación y los altos costos en dólares hacen que ese repunte del que hablamos al principio no pueda alcanzar los niveles prepandemia que supo tener la metalmecánica mendocina”, finalizó diciendo Solís.