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IMPSA será la proveedora de turbinas para Portezuelo del Viento

Finalmente se presentaron las ofertas para la represa y central hidroeléctrica del Sur mendocino, con una única UTE oferente, integrada, entre otras, por IMPSA, que proveerá la tecnología para la producción de energía

06 de julio, 2020 - 07:36

La empresa mendocina IMPSA es líder mundial en tecnología para centrales hidroeléctricas, con una trayectoria que ha colocado sus productos en muchas de las principales represas de la tierra. Por esa razón no es raro que sea una de las protagonistas centrales de la Unión Transitoria de Empresas que compite para Portezuelo. Junto a la china Sinohydro, y Ceosa y Obras Andinas, de nuestra provincia, aspiran a ser parte de la concreción del proyecto más anhelado por los mendocinos.

Juan Carlos Fernández, el CEO de IMPSA, dialogó con CNN Radio Mendoza, en el programa Estudio Económico, donde describió cómo fue el armado de esta unión y qué parámetros se tomaron en cuenta, señalando. “Nosotros para la conformación del consorcio tuvimos en cuenta dos cosas: primero maximizar el contenido mendocino, por eso armamos un consorcio donde el 60% son empresas de Mendoza, y el segundo punto es que necesitábamos tener la mejor tecnología, sobre todo en lo que es la presa”, explicó.

Portezuelo presenta desafíos de ingeniería muy grandes, por su magnitud y porque involucra un sistema constructivo no usado antes aquí. “Esta presa es muy especial, no hay otras de esta tecnología, que se llama concreto compactado con rodillos”, puntualizó el ingeniero. “Para eso encontramos muy buena experiencia en dos empresas chinas, una que es Sinohydro –que es la que lidera por requerimiento del pliego, ya que el constructor civil es el que lidera el consorcio– pero en asociación con la empresa Gezhouva, también de China, ambas con muchísima experiencia que han hecho las mayores presas del mundo”.

Vale recordar que Sinohydro encabezó la construcción de la que es, hasta ahora, la mayor represa del mundo, la gigantesca Tres Gargantas sobre el río Yangtsé, en su país, que también es la obra de construcción más costosa hasta ahora, con 75 mil millones de dólares de presupuesto, y que empleó a 27 mil personas.

“Esa combinación de tecnología con contenido local nos pareció que era una combinación fundamental para un proyecto que lleva 40 años en estudio”, completó Fernández.

 

Las contramarchas

La obra sigue sufriendo contratiempos por intereses políticos que no tienen que ver puntualmente con la provincia. La férrea oposición de La Pampa –que cobró cash y no con obras lo que le correspondía en compensación por las promociones industriales, a diferencia de Mendoza que prefirió cobrarlo con la represa–, intenta frenar nuevamente la realización.

Para el CEO de IMPSA, “los nubarrones son políticos. Somos empresas que estudiamos antes de lanzarnos a un proceso licitatorio –recuerde que esto comenzó en septiembre, han pasado diez meses- hemos invertido más de 2 millones de dólares entre todas las empresas, y hemos tenido más de cien personas trabajando en forma permanente”.

Recalcó que “hay que invertir muchos recursos en este tipo de proyectos, y por supuesto antes de hacerlo hacemos un estudio sobre si las condiciones técnicas son lógicas, si el proyecto puede seguir adelante, si va a tener fondeo o si las aprobaciones de medio ambiente están, y nos quedamos todos muy conformes. La principal duda que teníamos al principio era el cambio de gobierno, pero nosotros apostamos a que independientemente de la administración que estuviera en la Casa Rosada, la Nación iba a seguir pagando la deuda que tiene con Mendoza, y así ha sido; cambió el gobierno y las partidas de la Nación a Mendoza siguieron circulando”.

Sobre el particular, concluyo: “El tema es político y lo tiene que arreglar la política. Creemos que va a haber un entendimiento entre las distintas provincias para que el proyecto continúe como está previsto”.

Y agregó que “mientras San Juan ha hecho tres centrales hidroeléctricas en los últimos 15 años nosotros no hicimos ninguna, la última fue Potrerillos, que se hizo hace 20 años. Es necesario avanzar, hay decisiones que hay que tomar para dar trabajo a la gente, energía cuyos ingresos son para Mendoza. Entonces me parece que lo importante es lo que está haciendo este Gobierno, seguir adelante. Si no, seguimos discutiendo y no se hace nada”.

 

Ingeniería de avanzada

En otro tramo del diálogo, se puntualizó el papel de IMPSA dentro de la obra y los recursos que involucra estar a la altura del desafío. “Una vez que se termina la construcción de la presa, la obra civil se termina. En cambio, las turbinas tienen que seguir funcionando por 60 años. Entonces, siendo una parte menor dentro del proyecto completo, porque representa aproximadamente un 20% todo el equipamiento, es muy importante en una de las principales funciones que es la generación de energía”, señaló Fernández.

Es necesario destacar que, además, son desarrollos tecnológicos propios. “Para la turbina lo primero que nosotros tenemos que hacer es un ensayo de modelo que cuesta aproximadamente 500 mil dólares. Ese ensayo, que se hace en laboratorio de IMPSA, en el carril Rodríguez Peña, ya está terminado; nosotros lo hemos hecho a riesgo para poder presentar una oferta que tenga certeza absoluta de la turbina que vamos a poner”, explicó el ingeniero, y destacó: “Esto es algo que hacemos en pocos proyectos, pero creímos que era muy importante e interesante y fuimos adelante. Hoy esta máquina que tenemos para Portezuelo del Viento es una de las que tiene mayor eficiencia del mundo”.

Yendo a detalles técnicos, agregó: “Es un tipo de turbina que se llama Kaplan, que es la más grande del mundo, y la tenemos montada en la planta, donde está también el primer reactor nuclear para la generación de energía, que está en estado muy avanzado de construcción. Desde hace 40 años fuimos armando un laboratorio de hidráulica y desarrollando nuestra propia tecnología. Hoy tenemos 250 personas, entre ingenieros y técnicos, trabajando en nuestro sector de ingeniería”.

IMPSA, según su descripción, es la número uno del mundo. “En occidente somos cuatro empresas: una alemana, una austríaca, una estadounidense y nosotros. Eso se ha desarrollado con argentino, en Mendoza, en lo que es el sector de ingeniería y del laboratorio de hidráulica”, detalló Fernández.

Finalmente, resaltó que “el diseño se hace en el laboratorio, mientras que la fabricación es una combinación entre IMPSA y los subcontratados, en este caso diez pymes mendocinas metalmecánicas, para hacer el 50% del equipamiento”.