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Granizo y las monstruosas fuerzas de la naturaleza

La complejidad del fenómeno exige un programa de investigación para mitigarlo que hoy no hay.

03 de diciembre, 2020 - 11:51

Una súper celda representa solo a uno de los cuatro modelos de tormentas graniceras que se observan en Mendoza. No siempre atacan a zonas pobladas o cultivadas y aparecen entre los meses de octubre y marzo.

En promedio, se producen 2 ó 3 en el año y sus dimensiones son descomunales. Representan, según las estadísticas provinciales, un 80% de los daños anuales graves que afectan a los cultivos por el fenómeno meteorológico conocido como granizo o piedra. Claro, todo es una cuestión de tamaños.

Sus dimensiones suelen ser de unos 50 kilómetros de ancho, por unos 100 kilómetros de largo y unos 25 kilómetros de alto, “hasta el tope”, apunta Raúl Pérez, físico atmósfera mendocino.

Si la distancia entre Mendoza y su zona Este es de unos 50 kilómetros, podremos imaginar rápidamente que cuando eso ocurre la formación de tormenta de la que estamos hablando “es un monstruo”, califica el científico abriendo los brazos sobre la mesa.

Lo cual sentencia que cuando se está ante esto último, la lucha de mitigación del granizo no puede hacer nada. Lo bueno es que son solamente 2 o 3 en el año y algunas veces descargan su furia en áreas no cultivadas como en la localidad de Ñancuñán, en Santa Rosa, que heredó su nombre de un antiguo cacique que guarda una apasionante historia sanmartiniana.

 

Los cuatro modelos

Uno es lo que se conoce como la monocelda y la otra es la multicelda desorganizada. “Cuando esto último ocurre y llegan a haber 13 celdas graniceras a la vez con cuatro aviones no se puede combatir”, describe el hombre de ciencia que descree que actualmente se esté utilizando ese número de aeronaves en Mendoza. Pérez está seguro que se están usando “solamente dos”. Uno que despega desde San Rafael y otro desde El Plumerillo, en Las Heras.

Después podemos considerar lo que se llama la multicelda organizada “donde se forman celdas una al lado de la otra y por lo tanto son más fáciles de ser sembradas con yoduro de plata con aviones”, explica.

“La de la tormenta del martes por la noche fue una multicelda desorganizada que es muy difícil de ser combatida. La cuarta es la súper celda”, repasa. Y agrega: “Por eso es un absurdo escuchar que alguien piense que la tormenta se forma por culpa de El Carrizal o el Embalse Potrerillos. Harían falta miles de Potrerillos para formarla”, ejemplifica.

 

Ausente: la siembra de altura

En el mundo está comprobado que una eficiencia aceptable de un sistema de mitigación de granizo requiere tanto de siembra de nubes, con yoduro de plata, de base y de tope. Esto significa decir en su parte baja y desde arriba. “Hay que sembrar entre los 6 mil y los 9 mil metros”, explica Pérez.

Este modelo solamente se aplicó en Mendoza durante la época en el que el sistema era operado por la compañía estadounidense Weather Modification, entre 1999 y 2004, en tiempos de Julio Cobos gobernador. El ministro de Economía era Gabriel Fidel y el secretario Luis Steindl. 

“Antes de eso la lucha se realizaba con cohetes. Cuando llegaron los aviones quedó demostrado que tenían un 40% más de eficiencia”, reconoce el especialista que en ese momento era parte de un grupo de auditores que controlaban científicamente al sistema. “Fue a partir de un contrato que hizo la UNCuyo con el Gobierno de Mendoza. El equipo de trabajo estaba compuesto por Hugo Martínez, Rubén Santos y Raúl Pérez”, recuerda. El último es el otro físico atmosférico que vive en Mendoza de un total de unos 100 que hay en todo el mundo.

Actualmente, el sistema opera con aviones Piper Chayanne 2 que solamente pueden resolver la siembra en la base nubosa. En tiempos de la Weather, hubo un Lear Jet que podía sembrar en altura pero cuando la empresa se fue “se llevaron el avión”. En ese momento “cuando averiguamos, un Lear Jet usado costaba cerca de un millón dos cientos mil dólares”.

Nada que hacer

En verano en Mendoza el 0 grado se encuentra a unos 4.500 metros de altura. “Como está a baja presión no congela. Entonces el aire caliente sigue subiendo por la conectividad provocada por la masa de aire muy frío superior. Por eso el granizo se empieza a formar entre los 2 y los 10 grados bajo cero. Entre los 5 mil y los 9 mil metros”, detalla.

El método antigranizo consiste en que se produzca granizo pequeño y masivo. No escaso y grande. En su viaje al suelo se espera que el granizo pequeño se derrita y finalmente si no lo hace, que no sea dañino. Por eso se utiliza yoduro de plata.

“Brand Fouter de Estados Unidos decía que si se siembra tarde a una nube granicera es como darle penicilina a un muerto. O sea que debe hacerse antes de que se forme el granizo. Cuando el granizo está formado ya no hay nada que hacer”, sentencia.

Esto es básico porque limita las operaciones.

 

Tiempo

Una tormenta desde que se forma hasta que descarga su energía como granizo y agua o piedra tarda unos 40 minutos. El yoduro de plata tarda en entre 10 y 15 minutos en hacer la reacción química en la nube. “Entonces nos quedan entre 25 y 30 minutos para actuar”, define Pérez.

Entre que se detecta el primer eco de radar de una perturbación meteorológica y el avión está en el aire se usan unos 10 minutos. Y si en el combate no se siembra a la nube con la adecuada cantidad de yoduro de plata la formación de granizo será inevitable.

“Por eso es que la consideración de los tiempos a la hora del combate también es vital”, repasa el experto.

 

La génesis

La generación de celdas graniceras se produce debido a la presencia de altas temperaturas en superficie y de bajas en altura, muy bajas. Cuando esto ocurre el aire empieza a ascender hasta que el vapor se condensa. Pasa a un estado líquido por condensación en el ascenso. Cuando el fenómeno es fuerte e intenso el aire sigue ascendiendo y llega a temperaturas de congelamiento.

En Mendoza siempre se repiten las mismas experiencias en lo que se conoce como las zonas de génesis de tormentas. “Una está en el Noroeste de Tupungato y otra en el Norte de Uspallata. En el Sur una es al Suroeste de San Rafael, sobre la localidad de Juncalito y otra bien al Sur, por el lado de Bowen. Pero siempre se repite el mismo camino”, asegura Pérez.

Como en verano el aire está caliente abajo y frío arriba, cuando se cruzan se produce lo que se llama la convección “que significa que el aire sube por atracción de la masa fría”, completa. 

 

Fuerza descomunal

"Desarrollar un programa de lucha antigranizo efectivo es una empresa gigantesca para llevar adelante. Que tiene muchos gastos en recursos y que enfrenta a fuerzas descomunales de la naturaleza. Sin la esperanza de obtener muchos resultados ideales", analiza Pérez.

"Por eso hay que acompañarlo con estudios y mucho trabajo. Con la participación inobjetable de las universidades, de los productores y de las compañías de seguros. Claramente también del Gobierno", cierra convencido.