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Cuestionan el relevamiento de aprendizaje aplicado por la DGE

El SUTE considera que el Gobierno sabe muy bien que la situación es grave y debería destinar fondos para solucionar otros problemas

10 de noviembre, 2021 - 07:39

Tras la puesta en marcha de una particular forma de evaluar a diferentes grados de las escuelas primarias y del nivel secundario, el gobierno escolar mendocino encaró por primera vez en la provincia una mirada sobre materias específicas en tiempos en que se retornó a la presencialidad en el sistema educativo, dominado por las medidas sanitarias contra la pandemia de COVID-19.

De acuerdo con lo expresado por la directora de Evaluación de la Calidad Educativa de la Dirección General de Escuelas (DGE), Mercedes Monzó, la medida “tiene dos componentes principales: la posibilidad de realizar evaluaciones estandarizadas desde el Gobierno e invitar a los docentes a crear sus propios instrumentos de evaluación”.

La funcionaria indicó que lo que se puso en marcha el lunes pasado en toda la provincia “es una evaluación creada por los docentes de la provincia para docentes de la provincia, a través de equipos disciplinarios de Lengua y Matemáticas, en donde se tuvo en cuenta el diseño curricular provincial. Se tuvo en cuenta los saberes prioritarios que se socializaron durante la cuarentena del año pasado”.

Para DGE, “es evaluar cómo llegan los educandos tras dos difíciles años para el sistema educativo, su preparación y trayectorias de aprendizajes. Donde se apoya a esos alumnos y donde se requiere apoyos extras”.

Dicen las autoridades educativas que “esto es un relevamiento para tener más información de todo el sistema educativo. Para eso hacemos una selección de diferentes escuelas que tienen cierta representatividad provincial que nos permite inferir sobre el resto de los establecimientos educacionales”.

 

“Es algo que solo tiene señales de control”

Para el Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE), es inaceptable la acción puesta en marcha por la DGE. El duro análisis lo hizo una docente especializada en este tipo de medidas, quien fue entrevistada por El Ciudadano. Se trata de Virginia Pescarmona, que, al ir directamente al tema, consideró que “lo que se está haciendo es un control para tener números que no sirven para nada en la realidad de cada uno de esas chicas, chicos y adolescentes”.

 

Virginia Pescarmona.

 

—¿Por qué no sirven?

—Porque entran en una plataforma, sin presencialidad en las escuelas. En esa plataforma se entra a Gestión Educativa Mendoza (GEM), se completa un formulario y opinan que eso es evaluar. Y eso no es evaluar, eso es controlar algo que ya sabemos, que en cualquier escuela se sabe.

“La educación se evalúa, se evalúa permanentemente. Los docentes evaluamos, hacemos seguimiento para tomar decisiones, para poder acompañar, poder reforzar y equiparar las posibilidades de todos y que puedan salir adelante”, señaló con énfasis la docente.

 

—Entre otras cosas, ¿cuál es el punto débil?

—Es la conectividad. Fíjese que en un año y medio de pandemia la clave fue la virtualidad, es decir que claramente sabemos que no hay conectividad en Mendoza.

 

—Es decir que el tema no solo afecta al sistema educativo...

—Claro, no es un problema solo de las escuelas, porque en general, en Mendoza no hay conectividad. Esto muestra que miles de alumnos de manera clara no pudieron continuar diariamente con la relación con sus maestras, con sus compañeros y con la escuela. Esto significa que la trayectoria del conjunto de los estudiantes ha sido débil y, obviamente, los que menos recursos tienen la han pasado peor. Para completarla, los profesores que tuvieron que acompañar para poder sacarlos adelante hace tres meses que no cobran. Esos también son los números que hay que evaluar.

 

—En concreto y para criterio del SUTE, poco y nada sirve esta acción de evaluar...

—Sinceramente no. El primer problema que surgió el lunes es el problema de la conectividad, es decir que no importaba si los chicos sabían, si no sabían, si habían estudiado, si habían podido transitar este año y medio catastrófico de pandemia para la educación. Porque, directamente se les caía su conexión y no podían completar sus evaluaciones. Entonces nosotros quisiéramos dar vuelta esa carga que el Gobierno permanentemente tira sobre la familia y los estudiantes y las estudiantes.

 

—¿Por qué dice esto?

—Porque así es poner el peso sobre ellos para evaluar el sistema. Y nosotros queremos evaluar qué está pasando con la DGE, qué está pasando con el Gobierno de Mendoza. El año pasado 8.000 estudiantes se quedaron fuera del sistema, en este 2021 hay otros 3.500 estudiantes que se están quedando fuera del sistema, y si hay 35.000 estudiantes que están en trayectorias débiles, el Gobierno ya tiene el diagnóstico. 

“¿Por qué, entonces, no cumple con lo que tiene que cumplir, acompañar efectivamente a esos estudiantes y esas familias? ¿Por qué no se garantiza la conexión en cada uno de esos hogares para que esos pibes no se queden fuera de la escuela?”, se preguntó la docente.

 

Muchos puntos en conflicto

—¿Tiene pronóstico reservado el futuro inmediato de la educación mendocina?

—Y... lo que se está viendo es que son muchos manotazos de ahogado. Fíjese que previo a la pandemia tuvimos todo un debate, para nada serio, cuando se cambió el diseño curricular de primaria, la forma de enseñar a leer y escribir. Sobre esto todavía no hay ninguna evaluación de qué pasó con eso, que desde nuestro punto de vista fue un gran negocio con una editorial, pero después los resultados siguen siendo los mismos.

“Sobre todo, cuando el año pasado intentaron imponer una ley de educación, que como no fue consensuada, como dejaba fuera a la mayoría, significó que miles salgamos a la calle, incluso en pandemia, en caravanas. Lucha que implicó que esta iniciativa del Gobierno se cajonee. Por eso, estos manotazos de ahogados, más la pandemia, la falta de inversión y una realidad de infraestructura a lo que no se destinan fondos, deja una sola conclusión, y es que la situación es muy grave”, concluyó Pescarmona.