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Arístides Villanueva, el gobernador que se destacó por su acción progresista

Fue un adelantado para la época y durante su gestión se dictaron importantes leyes para Mendoza y se ejecutaron grandes obras públicas

02 de agosto, 2021 - 08:14

Cuando cae la tarde, la calle Arístides Villanueva comienza a tomar un color muy especial. Con el dinamismo de la juventud, esta arteria ofrece una postal nocturna muy particular de Mendoza.

Ubicada a pocas cuadras del centro, cuenta con bares, pubs y otros lugares de diversión ya tradicionales entre los mendocinos y se ha transformado, sin duda alguna, en una de las más elegantes avenidas de nuestra ciudad.

Lo cierto es que el nombre de Aristides Villanueva que se le dio a esta avenida es el de uno de los personajes de mayor importancia que tuvo nuestra provincia a fines del siglo XIX, y que estuvo vinculado a una tradicional familia de Cuyo que llegó a estas tierras en los primeros años de la conquista española.

 

Antes fue juan bautista

Hijo de don José María Villanueva y de doña María Juana Chenaut, su nombre completo era Juan Bautista Arístides Villanueva y nació en Mendoza el 10 de agosto de 1825.

A los 18 días fue bautizado en el templo de la iglesia matriz, apadrinado por Francisco Videla y Josefa Moyano.

Aquella ciudad era una pequeña aldea con construcciones de adobe, y unas pocas tenían pintados sus frentes de blanco a la cal. Tenía una plaza Mayor –hoy Pedro del Castillo- rodeada de los principales templos construidos de sólidos ladrillos, y de distintos edificios comerciales que se ubicaban en la calle de la Cañada –actual calle Ituzaingó- y donde sobresalía uno en especial llamado pasaje Sotomayor.

En esa zona comercial se encontraban ubicadas tiendas, librerías y un gran café en el que se reunían los más distinguidos miembros de la sociedad mendocina para discutir de política, filosofía y ciencias.

Así era la ciudad cuando nació don Arístides, en tiempos en que Mendoza y las entonces Provincias Unidas del Río de la Plata vivían momentos bastantes difíciles a nivel político y económico. 

Pero además, la desgracia invadió a la familia Villanueva: el 26 de julio de 1827 –cuando Arístides sólo había cumplido dos años– murió su madre, y en 1831 falleció su padre.

El huérfano quedó sin fortuna: los bienes de sus padres fueron confiscados por ser unitarios. Por ello vivió en Chile con sus pequeños hermanos y desde joven tuvo que arreglárselas como pudo.

Regresó a Mendoza para casarse, el 28 de noviembre de 1844, con doña Vicenta Andrea Doncel.

El matrimonio Villanueva tuvo dos hijos: en 1849 nació Guillermo –quien se destacó como ingeniero y ocupó el cargo de ministro de Guerra y Marina durante el mandato presidencial de José Evaristo Uriburu (1895-1898)– y en 1852 Vicenta, que perdió la vida en el terremoto ocurrido el 20 de marzo de 1861.

En 1864, Arístides Villanueva ocupó la presidencia de la Cámara de Diputados de la Nación hasta el 30 de abril de 1865. Cinco años después, fue elegido primer mandatario de nuestra provincia.

 

Un adelantado para su época

Villanueva asumió como gobernador de la provincia el 20 de noviembre de 1870, y fue el sucesor de su primo Nicolás.

Durante su gestión, se dictaron importantes leyes para Mendoza y se ejecutaron grandes obras públicas. En ese sentido se destaca la primera Ley Orgánica de Tribunales y el Código de Procedimientos Civiles. El 28 de agosto de 1872 se sancionó la debatida Ley de Municipalidades, que rigió hasta la reforma de 1874. 

En el marco de su gobernación progresista, la educación fue una de las mayores prioridades. Entre otras medidas, se incrementaron los salarios de los docentes a través de un fondo permanente, y se mejoró la capacitación pedagógica.

Además, se puso en vigencia la Ley de Educación Primaria, que declaraba la obligatoriedad de concurrencia a clases para las niñas desde los 7 a los 13 años, y para los varones, desde los 7 a los 12.

Se puede decir que don Arístides fue un adelantado en su tiempo, ya que esta norma provincial se promulgo varios años antes que la Ley nacional 1420.

Asimismo, se creó una escuela primaria en la Penitenciaría provincial. Otras acciones de su gobierno fueron la construcción de la Escuela Práctica de Agricultura y la Escuela Normal. 

También se construyó un acueducto en Papagallos para la provisión de agua corriente, se realizaron importantes obras de irrigación sobre el río Tunuyán y se otorgó la concesión para el alumbrado a gas en la Ciudad.

Villanueva dejó el cargo de gobernador el 30 de octubre de 1873.

 

Autoexilio en el mediterráneo

Se cree que finalmente Arístides Villanueva se fue de nuestra provincia muy enojado por distintas razones y existe una versión oral que sostiene que al salir de los límites de Mendoza cruzando a San Luis, se sacudió los zapatos y dijo: “Ni tierra me quiero llevar de esta desgraciada provincia”.

En 1881, su esposa Vicenta falleció en Río Cuarto, provincia de Córdoba, víctima de un derrame cerebral.

El renombrado político provincial murió en Buenos Aires el 7 de agosto de 1900. Posteriormente, sus restos fueron trasladados a la ciudad cordobesa de Río Cuarto en donde hoy descansan junto a su amada esposa.

 

La avenida que no duerme

Antiguamente, la calle Arístides Villanueva se denominaba Prolongación Colón, y en los años veinte el Concejo Deliberante de la Capital la denominó como se la conoce en la actualidad.

Unos 25 años atrás, esta zona era un lugar residencial en donde existían enormes casonas, veredas anchas, imponentes árboles y muy pocos negocios. 

Entre ellos, uno de los más recordados estuvo ubicado en la esquina noroeste de Paso de los Andes y Arístides. Era un almacén llamado El Condorito, que fue demolido en 2009. Aquél autoservicio llamaba la atención porque en él se exhibían exóticas cabezas de animales embalsamados colgadas en sus paredes.

Desde hace más de una década, la avenida se convirtió poco a poco en uno de los lugares de actividad nocturna más importantes de Mendoza, con sus bares, restaurantes, pubs y cervecerías que reciben cada día a miles de personas para deleitarlas con su atención.