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Fisuras en el Frente Cambia Mendoza, ¿se repite la historia?

La discusión por los ATN era un inmejorable momento para asestarle un golpe político al Frente, pero los opositores subestimaron en demasía la figura del Gobernador, quien el 1º de mayo les cerró la posibilidad de intentarlo.

03 de mayo, 2020 - 13:17

El bloque oficial volvería a una zona de turbulencia, como en aquellas épocas de la administración de Alfredo Cornejo. Momentos en los que se intercalaron objetivos políticos que se impuso a sí mismo el entonces gobernador.

Ahí afloraron fuertes diferencias que tuvieron epicentro en la Legislatura, mucho más que en el Poder Judicial.

Para los partidos integrantes de la coalición mendocina, excepto la UCR, había cosas que no correspondían, que al darlas a conocer solo encendían fuertes reproches y actitudes de parte del primer mandatario.

El 'ítem aula', la reforma constitucional, la postergación de mujeres en lugares claves de la Justicia, la Oficina de Conciliación Obligatoria (OCO) o la ampliación de los miembros de la Corte, entre otros, fueron limando las relaciones internas del FCM.

La campaña hacia la Gobernación, esencialmente en el tramo de las primarias, fue el momento de máxima tirantez, aunque todo quedó ahí.

Si bien no hubo desmembramientos y el frente continuó hasta nuestros días, pareciera que un nuevo foco de tormenta se habría instalado. La cuarentena por la pandemia del coronavirus ocultó, y solo momentáneamente la cinchada entre el radicalismo y sus aliados.

Para muchos observadores, el tema venía muy delicado a punto tal que muchas de esas miradas no se atrevían asegurar que esta vez no se fuera a romper la coalición ganadora desde el 2015.

Quizá porque subestimaron la capacidad de reacción política que Rodolfo Suarez no había mostrado hasta ahora y que a más de uno sorprendería en pocos días.

La discordia habría comenzado en pleno aislamiento obligatorio por el COVID-19, donde en las sesiones virtuales fueron receptores de proyectos de resolución por parte de diputados de diferentes partidos.

Ahí, dos legisladores del puro riñón frentista y de la tierra del actual gobernador, San Carlos, Jorge Difonso y Mauricio Torres, fueron punta de lanza para pedir por medio de un proyecto que la Administración provincial coparticipe los Adelantos del Tesoro Nacional (ATN) con todos los municipios de la provincia.

Acción legislativa que habría confeccionado Difonso por pedido del intendente de San Carlos, Rolando Scanio, la que acompañó Torres, y que encerraría el espíritu de todas las intendencias de Mendoza.

Éstas, con un criterio que va más allá de cualquier ideología, consideran que así como la Provincia recibe apoyo financiero de la Nación para enfrentar el duro momento que nos ha impuesto la cuarentena, debería la Provincia apoyar a los municipios.

Con fuertes argumentos, la Gobernación negó desde un principio coparticipar los más de $5.000 millones que recibiría. Una cifra comprometida por la administración de Alberto Fernández con la figura de ATN para hacer frente a la cuarentena y sus consecuencias.

Y es aquí donde aparece la pata peronista tratando de meterse en la dura puja oficialista. El máximo partido de la oposición considera que los intendentes tienen razón y que Suarez debe coparticipar los ATN.

La última sesión virtual extraordinaria de la Cámara de Diputados pretendió pasar inadvertida. Había fuertes razones para ello: en la misma, Jorge Difonso presentó su proyecto acompañado por los bloques opositores del PJ, Protectora Fuerza Política y el FIT.  E internamente en su bloque por Mercedes Llano (PD), Mauricio Torres y José María Videla.

Si bien la partida la ganó el legislador del Frente Renovador, no pudo pasar los dos tercios que necesitaba para aprobar la resolución. De todas maneras el acontecimiento se transformó en un primer golpe al radicalismo y una señal que el tiempo que viene después del primero de mayo, Cambia Mendoza podría no contar con sus mismos integrantes.

Los que conocen la historia aseguran que el diputado Difonso no había recibido un buen trato político interno desde un principio. Que las diferencias se acrecentaron con la ley 7.722, de la cual es coautor.

Esto y un cúmulo de cosas mostraban un futuro incierto del frente, que se agrava aún más con las posturas rebeldes que asumieron los otros tres legisladores que acompañaron a Difonso en su proyecto, sobre todo la de la joven diputada demócrata Mercedes Llano.

Lo que podría suceder en los meses posteriores al primero de mayo depende de la muñeca política del radicalismo. El oficialismo sabe que las bajas en su bloque no es lo aconsejable y que el peronismo está al acecho para tratar de debilitarlo.

Ésto podría ser lo que intentarían los peronistas en las primeras sesiones ordinarias a la hora de tratar el proyecto de coparticipar las ATN con las municipalidades que ya tiene confeccionado.

El bloque opositor sabe que es un inmejorable momento para asestarle un golpe político a los radicales, cosa que no sucede desde hace muchos años.

La visión de la política local considera que la oposición subestimó en demasía la figura de Suarez, quizá porque el dirigente jamás había demostrado movimientos que mostraran su perfil para jugar en las ligas mayores de la política mendocina.

Y en ese terreno se dirigieron hacia las primeras sesiones ordinarias considerando que algunas manos se alzarían desde el bloque del Frente Cambia Mendoza.

Para la oposición, la figura de Difonso era clave por sus convicciones hacia los municipios. Y no estaban equivocados en el diagnóstico. Pero dentro de ese análisis no estaba lo que Suarez reservó para su discurso del primero de mayo, donde anunció que la Provincia coparticipará las ATN con los municipios.

El tema está terminado y la decisión cerró dos cuestiones: evitar que la gente del Frente Renovador rompa relaciones con el radicalismo, con el arrastre de otros legisladores. Y además, frustró una nueva oportunidad de que el justicialismo perfore el muro inexpugnable de Cambia Mendoza.

Un justicialismo que solo se quedó con la mano levantada de Difonso para señalar que su bloque sigue en la coalición. Lugar donde, por ahora, las fisuras se vuelven a cerrar.

 

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