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Bustos Carra: "La economía regional cuyana sigue postergada"

El gerente de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo considera que “al no haber reglas claras la situación se hace cada vez más difícil”. “La solidaridad no debe ser compulsiva”, dijo

20 de enero, 2020 - 07:52

Quienes desarrollan actividades dentro de los rubros exportaciones e importaciones aseguran que el Estado nacional sigue ausente en dar respuestas a la producción agroindustrial y a los que invierten en ella, principalmente las pymes.

En ese sentido, observadores económicos indican que el asunto lleva dos décadas, atado a los vaivenes incorrectos de las políticas económicas que emanan desde Buenos Aires. 

Afirman, además, que "el tema cambiario, la inflación, inadmisibles ensañamientos con la producción, sobre todo del campo, presión tributaria, retenciones y últimamente recesión con devaluación, componen el combo explosivo. Cuya onda expansiva lleva a la desinversión, el cierre de campos y de industrias y la pérdida de fuentes de trabajo”.

Las economías regionales fueron relegadas en gran parte del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, para nada reivindicadas en la administración de Mauricio Macri y, por las primeras medidas tomadas bajo la presidencia de Alberto Fernández, seguirían siendo postergadas hasta el límite del perjuicio. Esto último, porque nadie en el ámbito de las importaciones podrá renovar maquinaria, repuestos o elementos necesarios para no perder la competitividad en el mercado externo, aunque también se las verán con muchas complicaciones en el rubro de las exportaciones.

Para conocer más acerca del duro panorama, El Ciudadano dialogó con el gerente general de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, Mario Bustos Carra, quien dijo que “la situación se hace difícil cuando no hay reglas claras. Mucho menos cuando no hay plan preestablecido que diga exactamente con claridad hacia dónde vamos”. 

"Sobre las importaciones se retoma un sistema de control que lo único que hace es perjudicar el desarrollo comercial del país, como ya quedó demostrado”. Mario Bustos Carra, gerente general de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo.

“Porque en todas esas medidas que implementó el Gobierno Nacional, con el título de ‘solidaridad económica’, omitió considerar que la solidaridad es un acto voluntario y no compulsivo, donde uno puede dar su colaboración en mayor o menor medida de sus posibilidades. Por lo tanto es inaceptable que se ponga en vigencia una rígida norma que obligue a todos ser solidarios”, consideró.

Dificultadas regionales afuera y adentro del comercio exterior

Al preguntarle sobre cuáles son los puntos más rígidos de los problemas que deben enfrentar las pymes de la región, en particular Mendoza, explicó que “este asunto perjudica al comercio exterior, tanto en las exportaciones como en las importaciones. Esto implica las retenciones, que junto a la sostenida presión tributaria (la más elevada del mundo) y el fuerte proceso inflacionario, hacen perder competitividad a toda la actividad productiva, que es la que le genera divisas genuinas al país”.

Y agregó que “las divisas son la columna vertebral de toda economía y son las que, hoy por hoy, nuestro país necesita más que nunca. Algo que la agroindustria lo sabe y lo sufre, porque ve el importante apoyo de otros países a ese sector”. 

Acerca de otros aspectos que son perjudiciales, expresó que “hay otros sectores que se ven afectados con las decisiones que toma el Gobierno nacional. Es el caso de Vaca Muerta y las áreas petrolíferas y mineras que sienten las consecuencias de la falta de un programa que sea coherente con exportaciones e importaciones por igual. Sobre estas últimas vuelven las dudas porque se retoma un sistema de control, que ya quedó demostrado que lo único que hace es perjudicar el desarrollo comercial del país”. 

“Faltan políticas para cuidar la producción y el nivel de vida” 

En otro tramo de la entrevista Bustos Carra explicó por qué el perjuicio que se le señala al Gobierno nacional al reavivar medidas hacia las importaciones, “se tiene que tener en cuenta que solo el 20% de las importaciones de nuestro país se destina a consumo directo. Mientras que el 80% restante se destina a la producción para mejorar nuestros niveles de competitividad en tecnología. Es decir que cuando se aplican trabas se lo hace por sobre lo mayoritario, la producción”.

Finalmente, consideró que “todas estas medias perjudican a las inversiones y a la posibilidad de acrecentar mano de obra. Punto que es vital para elevar el poder adquisitivo de nuestras regiones y el nivel de vida de la gente”.