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Verdades de un ejército llamado de los Andes

Por Redacción

03 de agosto, 2019 - 18:55

Mes de agosto. Un mes en donde todos recordamos al Padre de la Patria, José de San Martín. Pero fue en ese mismo mes que se produjo la creación, por parte del entonces Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón, del Ejército de los Andes que dio la libertad a tres países sudamericanos.

Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón.

Conozcamos aspectos no muy difundidos de aquel ejército y de su historia.

La historia que se contó en el cole

Durante muchos años se pensó que la creación del Ejército de los Andes fue del General San Martín cuando llegó a Mendoza como gobernador de Cuyo en 1814. Lo cierto es que este ejército se creó recién el 1 de agosto de 1816, luego de la declaración de la Independencia hecha por el Soberano Congreso.

José de San Martín, nombrado General en Jefe el 1 de agosto de 1816.

En setiembre de 1814, la llegada a nuestra provincia del entonces coronel mayor y gobernador José de San Martín, trajo cierta tranquilidad ante la difícil situación que vivía el gobierno de las Provincias Unidas

Además, en una hipotética invasión realista desde Chile –lo que nunca ocurrió- era el indicado para defender a Cuyo.

Un mes después que asumiera la gobernación, se produjo lo inevitable: la pérdida de Chile. Este hecho, preocupó al Padre de la Patria, al no contar con un ejército de línea para defender un ataque a gran escala por el paso principal a través del camino de la Cumbre. Solo se encontraban las milicias urbanas –civiles casi sin instrucción para el combate- y un par de viejas culebrinas de bronce.

Sin pérdida de tiempo, San Martín partió hacia la cordillera para reconocer y evaluar la situación. En aquella zona, mandó a construir guardias y pequeñas fortificaciones, como las de Picheuta y Los Patos, y erigió los llamados "puestos militares" que debían alertar en caso caso de invasión.

Además, se estableció un destacamento en Uspallata, con once hombres que eran renovados cada quince días, al mando del capitán de Granaderos a Caballo José Aldao. También se activaron los fuertes de San Carlos y San Rafael.

Durante su estada en Uspallata, el Libertador aprovechó la oportunidad para recibir a los exiliados chilenos con unos 700 militares chilenos y acompañados por los restos del batallón Auxiliares –de los Andes o de Chile– al mando de Juan Gregorio de las Heras.

En noviembre de ese año, el Director Supremo decretó la formación del batallón de infantería N° 11 con la base de los Auxiliares. A fines de ese mes, llegó un piquete de infantería del batallón N° 8 ; un grupo de artillería al mando de Pedro Regalado de la Plaza y dos escuadrones de Granaderos a Caballo. En total, la guarnición de Cuyo –como se la denominaba- la componían unos 1.400 hombres, soldados de líneas y milicianos.

Al filo de la navaja

A principios de 1815, unos 50 residentes británicos en Mendoza, encabezados por el capitán Juan Young, le ofrecieron al coronel San Martín la creación de una compañía llamada "Cazadores Ingleses", lo que fue aceptado por el gobernador y pasó a engrosar las tropas de los Cívicos Blancos de Mendoza.

Por aquel año, ante esta difícil circunstancia, se ejecutó en forma experimental, la fundición de balas para fusil y artillería en pequeña escala; el abatanamiento y teñido de telas para los uniformes y la mezcla de pólvora para las armas. Pero no tuvo el efecto esperado.

En ese contexto, el gobierno de las Provincias Unidas sufría una crisis política interna y externa que se solucionó parcialmente al convocarse un Congreso Constituyente en Tucumán que tenía como objetivo objetivo declarar la Independencia en 1816.

A principios de ese año, la guarnición de Mendoza tenía solo poco más de 1.000 hombres que se alojaban en los principales conventos, como los de Santo Domingo y San Agustín, entre otros. Por entonces el campo de instrucción -que se encontraba a las afueras de la ciudad- servía solamente para las maniobras de todas las fuerzas del ejército, las que se establecieron en enero de ese año por casi dos meses.

La Independencia y el nuevo orden

El 9 de julio de 1816, los reunidos en aquella Asamblea Constituyente cumplieron con el objetivo propuesto.

Declaración de la Independencia en Tucumán.

El 1 de agosto de ese año, el Supremo Gobierno decretó la formación de un ejército en Cuyo denominado "Ejército de los Andes",y fue nombrado como General en jefe a José de San Martín, a quien se le abonaría un sueldo de $ 6.000 anuales. En octubre de ese año, el Director Supremo designó a San Martín como Capitán General.

Luego de declarada la Independencia, las autoridades militares de Mendoza realizaron obras en el campamento para ampliar sus instalaciones, y recién en octubre las tropas se trasladaron para concentrarse allí en su totalidad.

Es importante destacar que el Ejército Libertador recién se estableció definitivamente en el llamado “Campo de Instrucción” recién en diciembre, cuando llegaron los batallones y escuadrones de distintos puntos, entre ellos los Granaderos a Caballo. Así, sumaron un total de 3.770 efectivos.

Ayuda de Buenos Aires

El aporte de los cuyanos fue muy importante, no solamente con dinero a través de los empréstitos forzosos, sino también con la colaboración de ganado de todo tipo y la donación de varios materiales indispensables para poner en marcha al Ejército.

El compromiso entre Pueyrredón y San Martín quedó sellado al brindar todo el apoyo logístico para que la campaña de los Andes se ejecutara como se pretendía.

Desde la metrópolis del Río de la Plata se enviaron todo tipo de pertrechos de guerra, como piezas de artillería, balas de todo tipo de calibre, uniformes, fusiles y otros equipos. Todos fueron transportados por carretas que provenían desde Mendoza, donde se destacaron los empresarios Pedro Sosa, Albino Gutiérrez, Suárez y Serpa.

José Albino Gutiérrez, uno de los dueños de las carretas que transportaron armas y pertrechos para el ejército libertador.

El Estado casi se quedó sin un centavo para equipar a las tropas del Ejército de los Andes. El esfuerzo fue muy grande y la deuda que adquirió el gobierno de Pueyrredón tardó muchos años en abonarles a sus acreedores.

Invertir para ser libres

Gracias a documentos inéditos, podemos saber un poco más del costo que tuvo que enfrentar el Estado de las Provincias Unidas del Sud para equipar el Ejército de los Andes. Para tener una idea más real de los mismos, se calculó lo que salía un peso oro en relación al dólar actual. Así podemos afirmar que un uniforme completo costaba 15 pesos, un equivalente a 1.200 dólares de hoy; los sables estaban a un precio de 590 dólares por unidad; una pistola en 296 dólares, aunque podía variar el precio según la calidad de la misma, un fusil tenía un valor de 14 pesos (1.100 dólares).

Uno de los fusiles utilizados por el Ejército de los Andes.

En tanto, una pieza de artillería de montaña costaba unos 439 pesos (32.486 de la moneda estadounidense) y un barril de pólvora –que era importada del Reino Unido- costaba unos 125 dólares.

El dinero invertido en el total de la campaña desde sus comienzos hasta el año 1822 fue de 576.519 pesos fuertes: 430 millones de dólares actuales.

Esa fue la inversión más importante que hizo el gobierno por su libertad.